El desequilibrio en el tiempo dedicado al trabajo doméstico que no recibe pago tiene implicaciones en una menor incorporación de mujeres al mercado laboral o accediendo a este, pero a través de empleos de baja calidad que ofrecen flexibilidad, advierte ONU Mujeres.
Redacción/Villahermosa
Las labores domésticas y de cuidados que realizaron las mujeres mexicanas en 2024, aportaron 2.7 veces más valor económico que las que desempeñaron los hombres, reveló la Cuenta satélite del trabajo no remunerado en labores domésticas y cuidados (CSTNRHM) presentada por el Inegi.
El informe destaca que las mujeres destinan 62% de sus horas por semana al trabajo doméstico, una cifra desproporcionadamente dispar con respecto al tiempo que dedican los hombres (26.5%) a estas tareas. Esta realidad tiene efectos en el mercado laboral en nuestro país, principalmente para el empleo femenino.
Agrega que el valor económico de este sector (entre hombres y mujeres mayores de 12 años) representó el año pasado el equivalente a 8 billones de pesos, lo que sería 23.9% del Producto Interno Bruto (PIB) del total de la economía nacional.
Estos resultados mantienen la tendencia que a nivel internacional destaca ONU Mujeres: “Entre cocinar, limpiar, ir a buscar agua o leña o cuidar de las niñas, los niños y las personas mayores, las mujeres realizan mayor trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que los hombres”.
El desequilibrio en el tiempo dedicado al trabajo doméstico no remunerado tiene implicaciones en una menor incorporación de mujeres al mercado laboral o accediendo a este, pero a través de empleos de baja calidad que ofrecen flexibilidad, consideran algunos especialistas.
De acuerdo con ONU Mujeres, el trabajo no remunerado de las mujeres sufraga el costo en cuidados que sustenta a las familias, apoya a las economías y a menudo suple las carencias en materia de servicios sociales. Sin embargo, pocas veces se reconoce como “trabajo”.
El valor del trabajo de cuidado no remunerado y del trabajo doméstico representa entre un 10 y un 39 por ciento del producto interior bruto; puede pesar más en la economía de un país de lo que pesan la industria manufacturera, el sector del comercio o el del transporte. Con los daños producidos por el cambio climático, el trabajo no remunerado de las mujeres en la agricultura, la recolección de agua y de combustible sigue aumentando cada vez más.
Destaca el organismo que para acelerar el progreso en materia de empoderamiento económico de las mujeres, se necesitan con carácter urgente políticas que ofrezcan servicios, protecciones sociales e infraestructuras básicas, que promuevan la distribución del trabajo de cuidado y doméstico entre las mujeres y los hombres, y que permitan crear más empleos remunerados en la economía asistencial.
EL TRABAJO QUE NO SE PAGA
El valor que se generó por el trabajo no remunerado de los hogares (TNRH), como porcentaje del PIB del total de la economía, superó algunas actividades económicas, como la industria manufacturera (20.1 %) y el comercio (18.7 %), agrega el reporte del Inegi.
En 2024, la población que realizó TNRH se compuso mayoritariamente de mujeres, con 53.9 % del total. Los hombres representaron 46.1 por ciento. Sin embargo, al medir este trabajo en número de horas y en valor económico, las mujeres aportaron casi tres cuartas partes del total de esta actividad.
Al desglosar el total del TNRH por tipo de actividad, la limpieza y mantenimiento a la vivienda participaron con 26.8 %del valor económico total; las actividades de cuidados y apoyo contribuyeron con 23.6 %; las de alimentación, con 23.0 %; las compras y administración del hogar, con 10.4 %; la ayuda a otros hogares y trabajo voluntario, con 8.7 %, mientras que la limpieza y cuidado de la ropa y calzado, con 7.5 %.
Por tipo de función, las mujeres contribuyeron más en actividades como la alimentación, con 82.0 % y limpieza y cuidado de la ropa y calzado, con 78.1 por ciento. La participación de los hombres fue mayor en actividades como compras y administración del hogar, con 41.4 % y en ayuda a otros hogares y trabajo voluntario, con 35.4 %.
El valor económico neto anual fue de 60 379 pesos, en promedio, por persona. De dicho monto, cada mujer realizó TNRH equivalente a 82 339 pesos anuales. Por su parte, cada hombre realizó actividades similares por un monto promedio de 34 695 pesos.
El valor económico promedio anual cambia cuando se consideran las condiciones sociales de quienes realizan el trabajo no remunerado del hogar. En el caso en que la mujer se identificó como jefa de hogar el valor económico promedió 83 494 pesos; sin embargo, las mujeres que generaron un mayor valor son aquellas que se reportaron como cónyuge, con 105 923 pesos.
En 2024, el valor económico del trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados fue de poco más de 8 billones de pesos. De ese total, los estados que aportaron una mayor participación fueron: México, con 11.6 %; Ciudad de México, con 6.7 %; Jalisco, con 6.6 %; Veracruz, con 6.3 %, y Nuevo León, con 5.6 por ciento.
Por su parte, al revisar el valor del trabajo no remunerado de cada entidad federativa respecto del PIB que generaron, los estados con los niveles más altos fueron: Chiapas (58.4 %), Guerrero (50.3 %), Tlaxcala (46.9 %), Oaxaca (42.9 %) e Hidalgo (38.9 %).
Brecha de género afecta la economía y el bienestar
Redacción/Villahermosa
La brecha de género en el mundo laboral no sólo es relevante por cuestiones de equidad, sino porque cuando la participación de la mujer es muy reducida, como en el caso de México, se resta una parte muy importante del potencial de la economía de un país y eso incide en el bienestar social, afirmó la economista Norma Samaniego Breach.
La integrante del Grupo Nuevo Curso de Desarrollo de la UNAM y del Consejo Académico Asesor del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo dijo que esa brecha se manifiesta no sólo en la participación de las mujeres en el mercado laboral, sino además en los salarios, tipo de ocupaciones, el trabajo a tiempo parcial y el empleo informal, el acceso y monto de las pensiones, o en los “pisos pegajosos” y “techos de cristal”, entre otros aspectos.
La experta destacó que, en el caso de México, 62 % de la población de 15 años y más participa en el mercado laboral, “porcentaje que no es muy diferente del que se registra en el ámbito mundial, que es de 60.5 de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2023)”.
Donde hay una diferencia muy marcada es en la participación entre hombres (76.1) y mujeres (46.1); la femenina es menor, incluso, que en muchos países de América Latina, de igual o menor desarrollo que México, mencionó.
En el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), la especialista que ha sido consultora externa de gobiernos y organismos internacionales como el Banco Mundial, destacó que la brecha en los salarios es otro indicador de la desigualdad de género, fenómeno que se observa en todo el mundo.
Algunas de las razones que ha encontrado la OIT para ello son que, con mucha frecuencia, las mujeres tienen ocupaciones de tiempo parcial con menores prestaciones y remuneración que las de tiempo completo; tienen más discontinuidad en su carrera laboral; obtienen empleos que ofrecen sueldos muy bajos; o bien, existen prejuicios que les impiden avanzar a puestos de mayor responsabilidad e ingresos.
Al presentar la conferencia, Patricia Llanas Oliva, secretaria técnica del IIEc, mencionó que Claudia Goldin descubrió factores clave de la diferencia de género en el mercado laboral y proporcionó el primer relato completo de los ingresos de las mujeres y su participación en el mercado a lo largo de los siglos.
“La brecha de género nace en casa, no en el trabajo. Las mujeres siempre han trabajado, aunque no siempre les pagaron por ello; las tareas del hogar constituyen un empleo fuera del circuito laboral remunerado, y por eso es ahí y no en la empresa donde nace esa brecha de género”
Norma Samaniego Breach
Economista“Se necesitan con carácter urgente políticas que ofrezcan servicios, protecciones sociales e infraestructuras básicas, que promuevan la distribución del trabajo de cuidado y doméstico entre las mujeres y los hombres, y que permitan crear más empleos remunerados en la economía asistencial”
ONU Mujeres
PANORAMA
De acuerdo con ONU Mujeres, el trabajo no remunerado de las mujeres sufraga el costo en cuidados que sustenta a las familias, apoya a las economías y a menudo suple las carencias en materia de servicios sociales.
2.7 veces más valor económico que los hombres, las labores realizadas por las mujeres.
62% de las horas por semana destinan las mujeres a estas tareas.
26.5% destinan los hombres.
8 billones de pesos del PIB representó en 2024.
ACTIVIDADES
Cuidados a niños y adultos mayores.
Alimentación.
Limpieza y mantenimiento de vivienda.
Limpieza y cuidado de la ropa y calzado.
Trabajo voluntario.
Compras.
Administración del hogar.
DESVENTAJAS
Las mujeres tienen ocupaciones de tiempo parcial con menores prestaciones y remuneración que las de tiempo completo.
Discontinuidad en su carrera laboral.
Obtienen empleos que ofrecen sueldos muy bajos.
Existen prejuicios que les impiden avanzar a puestos de mayor responsabilidad e ingresos.
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