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La autora explica por qué sanar no es olvidar, sino hacerse cargo de la propia historia y del impacto que la infancia tiene en la vida adulta.
Cesia Ocaña
Villahermosa
La autora y psicóloga Machi Guerrero presenta Sanar tu historia, un libro que invita a mirar el pasado con compasión para comprender quiénes somos hoy y cómo nos relacionamos con los demás. La obra fue presentada en la Feria Internacional del Libro (FIL), donde la autora participó en una firma de un espacio que describe como una oportunidad para encontrarse, abrazarse y dialogar con los lectores.
Aunque muchas personas identifican a Machi Guerrero con temas de crianza, este libro va más allá. Sanar tu historia parte de una idea poderosa: todos fuimos niños, y la forma en que fuimos cuidados, o no, impacta directamente en nuestra vida adulta. “No es un tema exclusivo de quienes tienen hijos”, explica la autora. “Siempre hay niños cerca de nosotros y siempre estamos opinando desde nuestra experiencia, muchas veces sin información”.
El libro propone un ejercicio profundo pero accesible, mirar el pasado para sanarlo, no para borrar lo vivido ni para obligarse a perdonar, sino para hacerse cargo de la propia historia. Guerrero señala que muchas personas evitan revisar su infancia porque está cargada de dolor, creyendo que el silencio evita el sufrimiento. Sin embargo, ese dolor no resuelto se manifiesta en relaciones conflictivas, patrones repetidos y vínculos que lastiman.
Uno de los ejes centrales del libro es comprender que sanar no significa olvidar, sino dejar de mirarse desde la culpa infantil. “Seguimos actuando como el niño que busca aprobación, aunque tengamos 40 años”, afirma. La sanación ocurre cuando el adulto puede darse hoy aquello que no recibió entonces, entendiendo que las carencias no fueron por falta de valor personal, sino por los límites emocionales de quienes cuidaron.
Sanar tu historia integra conceptos de neurociencia, teoría del apego y trauma, explicados en un lenguaje sencillo y cercano. La autora reconoce que muchos textos sobre estos temas resultan demasiado técnicos o caen en una autoayuda superficial y positivista. Su apuesta fue “poner lo complejo en fácil”, usando ejemplos cotidianos, historias y ejercicios prácticos que ayuden al lector a identificar patrones, nombrar su experiencia y avanzar con mayor conciencia.
El apego, explica Guerrero, se forma desde el primer año de vida y puede influir hasta en un 70% de nuestras relaciones adultas. Sin embargo, subraya que los vínculos que dañan también pueden sanar, ya que es en nuevas relaciones seguras donde se resignifican las heridas del pasado.
Los ejercicios del libro no buscan respuestas inmediatas, sino acompañar procesos distintos según el momento vital de cada lector. Hay capítulos que resuenan más que otros, y eso también forma parte del camino. “Lo que te choca, te checa”, dice la autora, recordando que aquello que incomoda suele señalar lo que necesita atención.
Sobre los proyectos futuros, Machi Guerrero no descarta profundizar en un segundo volumen o regresar al tema de la crianza, ahora desde una base más consciente: primero sanar la historia personal para no repetir el daño con las nuevas generaciones.
Finalmente, deja un mensaje claro para quienes atraviesan momentos emocionales difíciles: no vivir el dolor en soledad. “Nos sanamos en relación con otros”, afirma. Pedir ayuda, buscar acompañamiento y permitir que alguien tome nuestra mano puede hacer que el peso del dolor sea más llevadero.
