Gabriel Orozco crea un ‘Oroxxo’

Donald Trump es una bad news”, dijo Gabriel Orozco, el artista mexicano vivo mejor cotizado en el mercado, al presentar en México su más reciente creación artística, la instalación e intervención de su propia tienda de conveniencia: el Oroxxo.

“Como parte de la coyuntura, un artista tiene que tomar postura, lo digo como neoyorkino y como mexicano; desde que tengo memoria, Trump en Nueva York siempre representó a las malas noticias, hacía un edificio o decía algo en el periódico y era horrible. Desde hace mucho lo hemos padecido bastante, pero es parte del paisaje cultural del mundo… porque cada país tiene su propio Trumpcito”, respondió, al preguntarle su opinión sobre las relaciones entre México y Estados Unidos.

Detrás del mostrador del mostrador de tienda de conveniencia, Gabriel Orozco mostró su juego y planteó sus reglas específicas de compra y venta en este Oxxo que instaló en la Galería Kurimanzutto siguiendo los lineamientos de la franquicia, por la cual no tuvo que desembolsar ni un peso.

El creador, quien es el tercer mexicano en exponer su obra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), convocó a una conferencia de prensa inusual para anunciar su nueva propuesta: la instalación y la intervención artística de esta tienda de conveniencia, una más de las 14 mil tiendas que existen en el país, donde el público podrá entrar y comprar bienes de consumo cotidiano, pero intervenidos artísticamente, con un antilogo, una especie de firma y certificación de la obra.

Instalado como si fuera a cobrar uno de sus “productos”, habló de dos universos, el del consumo de productos cotidianos y el del mercado del arte.

Detalló que su propósito es que el público y los coleccionistas de arte visiten la instalación y compren desde una bolsa de papas, donas, refrescos, paquetes de cigarros, latas cervezas, hasta condones con el sello de Gabriel Orozco, sin que por eso, su nombre, aclara, sea una marca registrada.

“Las calcomanías que llevarán los productos son de muy buena calidad, libres de ácido y muy bien impresas; en teoría van a durar bastante tiempo, de hecho llevarán un holograma en a parte de atrás con mi firma y una cierto certificado de autenticidad”, precisó el artista, quien reside desde hace dos años en Japón.

Sin portar el uniforme del Oxxo, de color rojo y amarillo, Gabriel Orozco, explicó que hace seis meses empezaron a planear este diálogo entre los iconos y los productos que son conocidos por todos, algunos de los cuales han sido parte de nuestra memoria colectiva, de nuestra identidad: “tal vez hemos consumidos y disfrutado esos productos, y ahora que México está cambiando como todo el mundo, quiero también referirme (con esa intervención artística) a cómo ha cambiado el mercado del arte en México y desarrollado el arte contemporánea en los últimos 20 años”.

Exposición con antecedentes

Casi a punto de terminar su montaje, Gabriel Orozco explicó que este proyecto tiene algunos antecedentes: “alguna vez convertí una galería en un estacionamiento, en Amberes, en Bélgica; en otra ocasión trabajé con productos de supermercado, con desechos y con productos de la vida cotidiana”.

En este caso al hacer dicho intercambio entre el OXXO y la Galería Kurimanzutto, propone un intercambio también de iconos y de objetos. “De los 3 mil productos que, por lo general, se encuentran a la venta en un OXXO, solo 300 de ellos fueron intervenidos”.

Los productos seleccionados, que por la intervención de Gabriel Orozco se convertirán en obras de arte, son únicamente 300 de los 3 mil que regularmente se ofertan en un Oxxo común y corriente, y se exhibirán en una trastienda de donde saldrán a la venta en series individuales de 10 pizas cada una, replicando exponencialmente el precio por unidad, para un máximo de 3 mil piezas, las cuales serán intervenidas hasta el momento en que sean compradas por el consumidor y coleccionista, como en cualquier exposición, aclaró el director de la Galería Kurimanzutto, Raúl Zorrilla.

“El precio de los productos intervenidos tiene que ver con la fábula del ajedrez. Cuando se inventa este juego y el rey le pregunta al inventor que cuánto quiere cobrar por el juego, este le responde que quiere un arroz por el primer cuadros, dos arroces por el segundo, , y así sucesivamente hasta llegar al cuadro 64. Al principio, al rey se le hace barato, pero luego se da cuenta de que no era posible pagarle porque la cantidad de arroz que le pedía era enorme; pues bien, esa fábula la retoma Gabriel Orozco en este proyecto, entonces los productos pueden empezar en un precio de 60 dólares, el más barato hasta duplicarse y duplicarse para alcanzar los 15 mil dólares”, precisó.

La intervención artística podrá visitarse desde el 8 de febrero y hasta el 16 de marzo en la Galería Kurimanzutto, ubicada en la calle Gobernador Rafael Rebollar 94, en la Colonia San Miguel Chapultepec, en la Ciudad de México.

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