NO ES UN ADIÓS… ES UN ‘HASTA PRONTO’

Los pilares que sostenían las jaulas de las aves vivas en los locales nueve y diez del mercado José María Pino Suárez fueron los primeros en caer en lo que es el inicio de la demolición de 54 años de historia de un inmueble que ha soportado fuego, agua, abundancia, historias y sinnúmero de anécdotas de sus comerciantes.

Aunque nadie lo esperaba, un grupo de jóvenes con sobreros de obrero, chalecos reflectores y marros en las manos, arribaron cerca de las 11 de la mañana al área de venta de aves en pie del mercado público y minutos después comenzó a escucharse por los pasillos el eco de los golpes, mientras que a los presentes les costaba creer que se cumpliera con la promesa de comenzar a demoler el inmueble.

Los locales nueve y diez, que se desocuparon desde el pasado 10 de febrero fueron los primeros en sucumbir entre las voces de algunos locatarios que decían: “¿no que darían siete días más de prórroga?”.

Cerca del medio día los sonidos de martilleo se hacían más frecuentes: se trataba del local 543 de la Unión de Fondas que estaba siendo desmantelado de su mosaico por dos trabajadores; minutos después la demolición se extendió hasta los locales de ropa, cerca de la entrada al área de pescados y mariscos.

TRABAJARÁN DÍA Y NOCHE

El director de Obras Públicas de la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas (Sotop), Eleazin González Hernández, sostuvo que a partir del próximo lunes ya no debe haber ningún locatario en el mercado, pues entrará la maquinaría pesada para derribar el inmueble.

Agregó que el tiempo estimado para que la estructura sea reducida a escombros es de cuatro meses.

El funcionario estatal dijo que desde este martes van a trabajar las 24 horas del día con la demolición de los 120 locales que ya se encuentran desocupados.

Por su parte, el Ayuntamiento de Centro realiza el levantamiento de un censo para ratificar las medidas de cada local para que se les respete en la nueva sede; el secretario del Ayuntamiento, Roberto Romero del Valle, señaló que estos trabajos se pretenden realizar en el transcurso de los próximos tres días con la fe notarial de José Manuel Cervantes Calcáneo, de la Notaría Pública no. 12 y Miguel Cachón Álvarez, de la Notaría No. 01.

Se espera que una vez que se derriben los locales de aves de corral se  continúe con los del área de esotéricos y los que se vayan desocupando, para la próxima semana se realicen cierres parciales de las calles Constitución, Bastar Zozaya y Pino Suárez para permitir el ingreso de la maquinaria pesada que demolerá la actual sede.

UNA NUEVA ERA

Fundaron el Pino Suárez y están listos para ser nuevamente parte de la historia: los locatarios Guadalupe Cabrales y Félix Garmendia, quienes formaron parte de los inicios del actual inmueble, expresaron con profundo sentimiento a Novedades de Tabasco todo lo que están dispuestos a dejar atrás.

A sus 75 años, don Guadalupe Cabrales aún tiene en sus recuerdos sus inicios en el mercado público José María Pino Suárez, cuando apenas era un joven de 14 años de edad y la sede se encontraba justo frente del Parque Juárez.

Al pie de los locales marcados con los números 590, 591 y 592, que están a nombre suyo, de su hija y de su ex esposa, Don Guadalupe dijo estar listo para mudarse una vez más, señalando que de ninguna manera siente esa nostalgia, aunque sus ojos mostraban tristeza y se llenaban de lágrimas que contuvo hasta el último momento, salvo de una que logró limpiar rápidamente.

Tuvo la oportunidad de estar en la sede provisional (donde ahora es ‘La verdad de los Precios’) antes de que los ubicaran en la actual sede de la calle Pino Suárez, donde diariamente se levantaban desde las 2:30 de la madrugada para acomodar la fruta que la gente llegaba a comprar.

“Afortunadamente con este local pude sacar para heredar un techo a mis hijos. Ya experimenté un cambio y no me importa enfrentar uno más; he vivido mucho en este mercado del que estoy orgulloso de ser uno de sus fundadores”, refirió.

REFUNDARÁ EL MERCADO

Un día como cualquier otro tuvo la oportunidad de adquirir un local en el mercado Pino Suárez para vender diferentes tipos de chiles y especies. En ese entonces no imaginó poder ver la demolición del lugar que lo vio crecer.

Se trata de don Félix Garbendia Moreno, de 92 años de edad, quien expresó que es difícil alejarse de un lugar que lo vio levantarse en varias ocasiones, incluso en aquella devastadora inundación de 2007.

Señaló que en cierto modo la tristeza se debe a todos esos momentos como la vez en que por un corto circuito, el mercado estuvo a punto de volverse cenizas y que afortunadamente no pasó a mayores.

En entrevista con Novedades de Tabasco, dijo no estar completamente triste de irse de la actual sede, pues a lo largo de sus años vendiendo condimentos logró sacar adelante a su familia, además de tener el orgullo de decir que fue uno de los fundadores, de los cuales quedan pocos.

Expresó que si Dios le presta vida, podrá ser una de las pocas personas que tenga el honor de refundar el mercado Pino Suárez en el mismo lugar, pero con un diferente rostro.

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