Eduardo Medina Mora, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, propondrá condenar al Instituto Mexicano del Seguro Social al pago de una indemnización millonaria y otorgar el amparo a un joven que, cuando tenían 12 años, fue infectado del virus VIH/sida durante su estancia en el Centro Médico La Raza, debido a una negligencia médica.
Si la propuesta del ministro es aprobada por la Segunda Sala de la Corte, se sentará el primer precedente a nivel nacional donde se cuantifica la reparación del daño en casos cuando el Estado provoca una afectación a la salud de un menor de edad.
Medina someterá a consulta un proyecto de sentencia en el que se condena al IMSS a pagar a la víctima 11 millones 600 mil pesos como indemnización por concepto de daño moral; Asimismo, que el instituto desembolse 9 millones 360 mil pesos más como indemnización por concepto de daño personal.
Además, que reciba atención médica y psicológica de manera gratuita y vitalicia.
En 2015, MILENIO consultó a las autoridades del IMSS sobre ambos casos, y éstas puntualizaron que acatarían lo que resuelva la Corte; mientras que el Senado de la República se pronunció porque se le indemnizara con 50 millones de pesos.
El joven viaja constantemente de Pachuca, Hidalgo, a la Ciudad de México; él (quien se siente agredido y a fin de evitar la revictimización) deberá recibir atención médica y psicológica de manera gratuita y vitalicia en centros hospitalarios distintos al Hospital La Raza, no sólo respecto del padecimiento por infección de VIH.
El IMSS habrá de hacerse cargo de manera integral de la salud del quejoso originario de Hidalgo (lo mismo que del otro joven), incluso en el supuesto de presentar padecimientos cuyo origen no pueda ser directamente atribuible o vinculable a la condición de seropositividad.
El ministro también pidió condenar al IMSS a hacerse cargo de la atención psicológica que requieran los padres y hermanos del joven, en forma gratuita y vitalicia; también se ordena al Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa que se pronuncie conforme a derecho sobre la pretensión de los hoy quejosos relativa al pago de gastos y costas judiciales.
LOS ARGUMENTOS DEL MINISTRO
Aunque la víctima no está incapacitada totalmente, desde el punto de vista meramente físico, señaló el ministro, tiene una incapacidad parcial que limita sus opciones de vida, incluyendo las laborales, en el entendido de que se trata de una enfermedad de carácter inmunodeficiente que evoluciona con el paso del tiempo.
«No obstante, debido a diversos factores, es claro que una persona infectada no puede llevar a cabo las mismas actividades que una persona que goza de salud. En este sentido, la infección en sí misma reduce las expectativas de actividades que efectivamente pueden ser desarrolladas. Por tanto, si bien no estamos frente a una incapacidad física total, también lo es que las personas con VIH/sida tienen opciones reducidas de empleo.
«Por otra parte, la discriminación y el estigma en contra de las personas que viven con VIH/sida, es un problema público y notorio que se presenta a nivel global… y muchas veces consiste en la asociación de la infección con el uso de drogas, prostitución, o prácticas y preferencias sexuales, que también conllevan un estigma social importante…». Lo anterior, abundó el ministro, hace que sus opciones se encuentren reducidas.
HISTORIA
El joven de Hidalgo fue contagiado del virus en 2008, cuando tenía 12 años de edad. Su presencia en el Hospital La Raza se debía a que padecía anemia aplástica grave.
Él no fue el único menor que resultó infectado por VIH/sida en el mismo hospital. Un niño de nueve años de edad que era atendido por leucemia corrió con la misma suerte, pero su caso aún no llega a la Corte.
El amparo del menor de Hidalgo tuvo su origen en un juicio contencioso administrativo, promovido por su papá, quien impugnó el oficio en el que el IMSS pretendía indemnizar a su hijo con un millón 336 mil 24 pesos para compensarle el daño moral y material ocasionado durante una transfusión sanguínea.
En su demanda, el papá argumentó que el IMSS «únicamente intenta evadir su responsabilidad, a través de una indemnización que es por lo menos ofensiva, atendiendo a la magnitud del daño causado».