Ganaban 2 mdd al día con ‘narcolaboratorio’

Sobre una vaguada rodeada de arroyos secos, en una zona casi impenetrable por las condiciones geográficas, el cártel de Sinaloa construyó un laboratorio de producción de metanfetamina de alta pureza a escala industrial, que le dejaron ingresos de hasta dos millones de dólares al día.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) localizó el complejo, uno de los más grandes de su tipo, cerca del poblado El Veinticuatro, en el que se llegaron a producir 200 kilos de cristal cada 24 horas.

Narcotraficantes lo instalaron mediante técnicas rústicas, apoyados en bestias de carga, trabajadores a pie y carretillas en aproximadamente un mes.

En el momento de mayor producción se calcula que llegó a fabricar 200 kilos diarios de metanfetamina y en el de menor unos 100 kilos, explicó el coronel Omar Díaz Alcaraz, comandante del 110 Batallón de Infantería.

En la frontera con Estados Unidos el kilo de esta droga de diseño llega a los 10 mil dólares, por lo que a pesar de que no se han cuantificado exactamente las ganancias para el narco, se sabe que fueron millonarias.

Tropas del Ejército que realizaban labores de localización y erradicación de plantíos de amapola y mariguana en esta región de Sinaloa descubrieron el narcolaboratorio el 7 de marzo de 2017, fecha desde la que lo resguardan en espera de que la PGR lo desmantele con el apoyo de empresas especializadas.

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Para llegar hasta este laboratorio, imposible de detectar desde el aire a través de sobrevuelos de la Fuerza Aérea Mexicana, se deben recorrer dos kilómetros a pie desde el poblado El Veinticuatro, de menos de 60 habitantes.

El camino es accidentado, el mayor es el lecho de un arroyo que está seco en esta temporada y que en tramos se estrecha hasta medio metro.

Por eso los narcotraficantes decidieron que todo lo necesario para construir las instalaciones se cargara en mulas, caballos y carretillas; además de que utilizaron sistemas de rodillos colocando pequeños troncos de madera a manera de riel para mover la carga pesada.

El complejo se edificó al lado de una pequeña cañada sobre una superficie de 600 metros cuadrados, en medio de árboles y tierra secos.

Se ubica a unos 40 kilómetros “en línea recta” de la capital Culiacán, que se recorren en su mayoría por terracería; durante el trayecto se cruzan dos o tres “poblados”, algunos con menos de 10 casas.

Las instalaciones están cubiertas con malla del color de la tierra, camuflaje perfecto para evitar ser detectadas durante reconocimientos militares aéreos.

“Es un camino aislado pero muy pisado, por lo suelta y floja que se encuentra la tierra nos damos cuenta que fue muy transitado durante la construcción del laboratorio”, indicó un soldado.

El cártel de Sinaloa ordenó que por estas brechas fueran transportados los insumos y maquinaria, así como plantas industriales de energía que funcionaban con gasolina.

A pesar de que se encuentra al aire libre, el olor a químicos es penetrante, por eso la Sedena proporciona mascarillas y uniformes especiales para acercarse a este complejo, como una medida de protección y seguridad.

El teniente coronel Jesús Ochoa, vocero de la Novena Zona Militar, señaló que además de los daños a la salud que los delincuentes provocan con la venta de las metanfetaminas, también provocaron una severa contaminación en la zona.

Los químicos utilizados en la fabricación de metanfetaminas se filtran en el agua y la tierra.

El mando afirmó que el Ejército mexicano asestó un duro golpe a las finanzas del crimen organizado con el hallazgo de estas instalaciones.

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Más de 60 ollas de peltre, tanques de gas, decenas de bidones con sustancias químicas y cuatro secciones para el procesamiento de droga todavía están en el lugar que es resguardado por militares.

“Normalmente estas instalaciones no se encuentran en áreas de muy fácil acceso, porque ellos buscan que ese laboratorio perdure mínimo seis meses produciendo…

“Entonces están entre cañadas donde no hay acceso para vehículos y se complica el reconocimiento de los helicópteros, porque la vaguada no permite que el helicóptero se acerque mucho, por seguridad, además de que lo cubren con lonas”, puntualizó el coronel Díaz Alcaraz.

“El costo promedio que se maneja por libra (medio kilo) es de 5 mil dólares en la frontera y aquí en esta área, que es de producción, se maneja hasta en 25 mil pesos por libra”, precisó.

Agregó que desde 2008 que en México se prohibió la importación de efedrina y seudoefedrina, la producción de cristal se complicó, por lo que los criminales elaboran la seudometanfetamina que combinan con éter o con acetona para obtener el cristal.

La pureza en Sinaloa es alta y desplazó en cuanto a producción a Michoacán.

Personal del Ejército tiene más de un mes resguardando el sitio, que debe ser desmantelado por la PGR a través de empresas especializadas en el manejo de desechos industriales altamente contaminantes y tóxicos.

Se calcula que en el sitio laboraban al menos 15 personas, conocidas como cocineros, que son los encargados de preparar la metanfetamina a través de diversos procesos químicos.

Un militar comentó que el promedio de vida de estas personas es corto.

“No viven mucho tiempo desde que se dedican a esta ilícita actividad, sufren secuelas graves por estar en contacto, aun con protección, con este tipo de químicos altamente tóxicos. En promedio están cinco días cocinando y vuelven en dos semanas, se les puede reconocer porque sus manos se vuelven amarillas y la piel de la cara se les quema”.

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