Donar sangre, debe ser un acto completamente voluntario y altruista, ya que lucrar con la necesidad de quienes requieren sangre para tratamientos médicos o intervenciones quirúrgicas está penado por la Ley General de Salud, y para quienes no reúnen el número de donadores solicitados, siempre existen otras alternativas, aseveró la doctora Julieta Rojo Medina,directora general del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea, dependiente de la Secretaría de Salud (Ssa).
Con el objetivo de dar fin a quienes en la donación de sangre han encontrado un negocio, adelantó, se tiene una propuesta –entregada al IMSS y próximamente se presentará al ISSSTE-, para eliminar de todas las instituciones de salud el esquema de reposición de sangre cuando una persona es trasfundida, para evitar que la gente busque donadores remunerados y lograr así fortalecer el esquema de donadores voluntarios que en el país suman más de dos millones de personas al año.
Si se logra invertir este esquema en todas las instituciones del sector salud, comentó, entonces logramos el efecto de fomentar la donación, al tiempo de darle la tranquilidad al paciente y a sus familiares de que cuenta con el tejido necesario para su intervención o su tratamiento y dejen de angustiarse por estar consiguiendo a los donadores.
“Si la familia requiere donadores y no los tiene, es mejor hablar con la verdad. Pueden acudir al Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea en donde tenemos convenio con todas las instituciones y podemos atender estos requerimientos. Lo que no queremos es que ningún paciente esté preocupado por conseguir donadores y menos orillado a esta situación de comercio”, subrayó.
Si los familiares o el paciente no reúnen el número de donadores que le piden, puede comunicarse al Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea 51-19-46-20 al 28, o al 63-92-22-50 al 99 en donde recibirá el apoyo necesario, señaló.
VENDER SANGRE, DELITO. La Ley General de Salud, recordó Rojo Medina, en los artículos 327 y 462 establece que se prohíbe el comercio de órganos, tejidos y células y para el caso de la sangre, considerada un tejido. Quien vende su sangre puede recibir una pena que va de los 6 a 17 años de prisión y una multa equivalente de 2 mil a 17 mil días de salario mínimo.
Señaló que la ley es muy clara y lo que se busca es proteger al paciente de una sangre de fuente insegura, como ocurrió a finales de la década de los 80, cuando familias enteras se contagiaron de SIDA por sangre contaminada.
Destacó que en México existe una cultura de la donación que se ha venido arraigando y fortaleciendo con el paso de los años.
Refirió que la Organización Panamericana de la Salud (OPM), contempla que para estar en niveles óptimos, se debe tener una tasa anual de 100 y 300 donadores por cada 10 mil habitantes, y en el país son alrededor de 160 por cada 10 mil habitantes, lo cual nos coloca en un buen rango.
Esto nos permite asegurar que no tenemos carencia de sangre para transfundir, ya que tan sólo en los últimos cinco años se ha duplicado la donación en los bancos de sangre de la Secretaría de Salud (Ssa).
Fuentes inseguras. Entrevistada por Crónica, la doctora Rojo Medina aclaró que las personas que venden su sangre afuera de los hospitales, son fuentes no seguras, y la gente debe abstenerse de hacer tratos con ellas.
Admitió que para las autoridades de salud resulta complicado poder aplicar sanciones a quienes comercian con su sangre, porque no hay cómo poder comprobar que hay un pago de por medio.
Los médicos, confesó, ya tienen mucha experiencia y se percatan cuándo un donador es remunerado, porque traen las venas picadas, no saben los datos del pacientes ni de los familiares y en términos generales tiene síntomas fácilmente identificables.
Una fuente de sangre segura son los donadores voluntarios y de repetición, de ahí la importancia de que los pacientes que requieren donadores no se sientan presionados por cumplir determinado número de personas, porque una institución de salud no le puede exigir donadores a cambio de un servicio médico y en caso de no contar con donadores, la trabajadora social, debe ofrecer alternativas”, estableció.
Requisitos para ser donador
El donador debe tener entre 18 a 65 años, un peso mínimo de 50 kilogramos, no estar tomando ningún medicamento, no estar enfermo ni desvelado; mujeres de preferencia no embarazadas ni lactando, no tener factores de riesgo como piercings o tatuajes –por el virus de la hepatitis C-, valorar que no se haya puesto recientemente alguna vacuna.
Los controles son tan estrictos, que al tomar una muestra de sangre se analiza que no tenga virus del VIH, hepatitis B o C, o enfermedades como chagas, sífilis y brucella. Si todas estas pruebas salen negativas, la sangre se autoriza para su uso.
Una vez que se obtiene la sangre, los glóbulos rojos pueden ser almacenados hasta por 35 a 40 días