Ansiedad, fobias, estrés postraumático y ansiedad generalizada, son algunos de los padecimientos psicológicos en la población mexicana afectada por los sismos de este mes en el centro y sur del país, señalan especialistas. Estas secuelas han generado una “emergencia psicológica” en la ciudadanía que perdió a un ser querido por la catástrofe o sufre la pérdida de su patrimonio.
Pero también rescatistas, brigadistas, así como toda persona abrumada por los sismos, señala Óscar Galicia, coordinador de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Iberoamericana, quien recomendó a estos afectados acercarse a un especialista.
“Para quienes perdieron su patrimonio y seres queridos es difícil de procesar la situación que están viviendo. Están pasando por un periodo de pérdida agudo, en donde el dolor es lo que predomina en sus respuestas, no hay lógica, explicación o nada que valga que les quite ese dolor”, añade el también investigador en neurociencias.
Las personas que tuvieron fuertes pérdidas debido a los sismos pasarán por las etapas de duelo (dolor, negación, enojo y resolución), las cuales se manifestarán de diferentes formas según la personalidad y sus recursos psicológicos. Así como hay personas que pueden quedar atorados en cualquier etapa, agrega, hay quienes logran llegar a la resolución.
Óscar Galicia también enfatiza que los rescatistas y brigadistas están en un estado de ánimo y psicológico de emergencia, pues muchos de ellos han excedido sus límites físicos, se han obligado a trabajar por largas jornadas, sin dormir ni comer, resistiendo el dolor.
“El cuerpo entra en un estado que se conoce como ‘respuesta de huida o de lucha’. Están sumidos en un estado de ‘estoy luchando por la vida’. El estado físico cambia, se libera una gran cantidad de hormonas, entre ellas la adrenalina, el cortisol y la testosterona, que incrementan la fuerza física y muscular. Disminuye el efecto inflamatorio de los golpes, disminuye la percepción del dolor. Incrementa la alerta y la vigilancia; así como la frecuencia cardiaca y la frecuencia arterial”.
Sin embargo, explica, llega un momento en el que el sujeto sale de esta circunstancia y se da cuenta de que está agotado. En su momento no sintió todo el esfuerzo. Pero, incluso, está psicológicamente resentido, porque en el momento de la urgencia el sujeto no se da cuenta ni procesa emocionalmente que ha estado sacando cadáveres y que ha visto escenas desgarradoras.
ESTRÉS POSTRAUMÁTICO. Por su parte, Benjamín Domínguez Trejo, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, refiere que la mayoría de la población que vivió el temblor del pasado 19 de septiembre experimentará, o ya sufre, síndrome de estrés postraumático.
Gran parte, apunta, podría resistir esta circunstancia debido a su edad y sus redes de apoyo, “pero existe un sector en el que el síndrome no desaparecerá y se tiene que trabajar rápido y con precisión para identificar los casos de vulnerabilidad, de otra manera ese segmento puede quedar discapacitado”.
El especialista señala que al vernos amenazados o en situaciones impredecibles e inmanejables, hay reacciones como el miedo que pueden considerarse normales, puesto que tienen la función de protegernos.
Domínguez Trejo explica que varias personas que vivieron los sismos ya cursan por la etapa aguda y se sienten estresadas y temerosas ante la posibilidad de que se repitan. “Si no son tratadas, pierden el deseo de trabajar y de convivir, y en ocasiones recurren al uso del alcohol o de drogas para superar sus alteraciones”.
El síndrome de estrés postraumático es un conjunto de síntomas que casi siempre se presentan juntos después de una experiencia traumática, como el pasado sismo. Otra característica del síndrome es la respuesta de evitación o de huida, así como la activación simpática, en la que el individuo se siente sobresaltado, con demasiada energía, tanta que no puede estar sentado por un rato ni dormir.
El especialista acota que también se presentan secuencias retrospectivas o flashback: aunque no lo deseen, las personas repiten escenas traumáticas de manera involuntaria, en este caso los recuerdos del temblor.
RECUPERACIÓN. Domínguez Trejo señala que en la primera etapa del estrés postraumático los afectados deben dejar que su organismo descanse. El sueño fisiológico es el antídoto contra esta sensación y, aunque mucha gente sufre alteraciones a la hora de dormir, es importante que intente descansar porque eso permite al organismo recuperarse y resistir los síntomas del síndrome, que en condiciones adecuadas debe disminuir o desaparecer a los tres meses del evento.
“A algunas personas les es útil el ‘ayuno’ de noticias, porque si bien estar al pendiente nos mantiene informados, en ciertos casos son evocaciones (del temblor) que afectan emocionalmente e impiden una pronta recuperación”. Otra sugerencia es mantener las redes de apoyo social, estar cerca de amigos y familiares, “personas con las que nos sintamos apoyados, pues eso nos ayuda a mantenernos en un estado de serenidad”, abundó.
Por su parte, el especialista de la Ibero refiere que la sensación de alerta que vive actualmente la población es, hasta cierto punto, normal. Sentir inseguridad, incluso, padecer insomnio, es una de las formas defensivas características del estado de alerta.
“Esto es normal. En este momento todas estas reacciones son normales. Una vez superado el estado de emergencia todo estará encausado a recuperar la vida ‘normal’, entre comillas, y en ese sentido cuando las personas no pueden reintegrase a sus actividades cotidianas, familiares, culturales educativas y laborales se está hablando de un problema”. Por ello, enfatiza, es importante buscar ayuda profesional en estos momentos, puesto que para muchas personas, si no se atiende, las cosas emporarán.
Desde el inicio de la emergencia, después de los sismos, la Facultad de Psicología puso en marcha un programa de atención para quienes lo requieran. Pueden llamar a los siguientes números telefónicos: 4161-6041 y 5622-2288.
App para reportar daño estructural en edificios
El Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) diseñó la aplicación Reporte Responsable para que la ciudadanía reporte los daños estructurales que sufrió un edificio, casa o negocio, informó el doctor en ingeniería Sergio Alcocer Martínez de Castro, vicepresidente del Colegio. La app ya está disponible para teléfonos celulares con IOS y Android.
“Le pedimos a la gente que nos ayude a tomar una o varias fotografías de los daños que sufrió su inmueble, a partir de ahí, los expertos del Colegio de Ingenieros podrán ayudar a identificar si el daño es muy severo o no, con lo cual se programaría una visita y se analizaría lo que se tiene que hacer con la construcción”, dijo Alcocer.
“Nosotros estamos encargados sobre todo de visitar los edificios con mayor daño, catalogados como urgencias. Si vemos que el edificio, a partir de la aplicación, tiene un daño importante, los peritos certificados en seguridad estructural y de la construcción irán directamente para hacer la evaluación, pero si después del análisis no se requieren peritos se canaliza a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México para su reparación”, expuso el investigador.
La app Reporte Responsable funciona de la siguiente manera: se toma una fotografía de la afectación del inmueble y se comparte la ubicación exacta que se toma del GPS del celular. Momentos después, una brigada de especialistas responde por esa vía sobre las condiciones en las que se encuentra la edificación. Por el momento, la aplicación dará prioridad a los casos de emergencia.