La doctora María Cristina Velasquillo Martínez, del Instituto Nacional de Rehabilitación, logró cultivar tejido de cartílago con la forma tridimensional de una oreja humana e implantar esta estructura, construida en laboratorio, en un paciente pediátrico, informó la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
El experimento de la mexicana tuvo varias fases de desarrollo, entre ellas una muy compleja en la que se imprimió un molde biodegradable 3-D con la forma de la oreja y se implantó debajo de la piel de un ratón para que se construyera alrededor del molde el cartílago de oreja que después fue retirado del ratón y colocado en el paciente. El procedimiento se realizó apegado a reglas de seguridad establecidas por autoridades sanitarias de Estados Unidos, detalló la doctora Velasquillo.
El esfuerzo mexicano es una nueva opción biotecnológica para tratar la microtia, que es el nombre médico con el que se refiere a una malformación del oído externo o pabellón auricular que además afecta el lenguaje y autoestima de quien la padece.
“Se trata de sembrar y hacer crecer células de cartílago auricular —de la propia persona afectada— sobre una impresión tridimensional de forma y tamaño de una oreja, la cual se implanta en el paciente para solucionar lo que se refiere a la estética del problema”, resumió la doctora Velasquillo Martínez.
La especialista en ingeniería de tejidos, líder del proyecto, informó que el primer implante exitoso se realizó con un paciente pediátrico, de nueve años de edad, que ya fue beneficiado con esta nueva técnica.
CULTIVO CELULAR. El procedimiento consiste en hacer crecer las células de cartílago (condrocitos) in vitro en un biomaterial que se degrada en poco más de un año y que está aprobado por la FDA (Food and Drug Administration, de Estados Unidos), y forma una oreja nueva con las propias células del paciente.
Es preciso señalar que no se trata de una prótesis, aunque se utiliza un material “sostén” donde los condrocitos crecen y se multiplican tomando la forma del molde, en este caso de una oreja.
“Después de ocho meses de haberse realizado el primer implante en el país y en el mundo en su tipo, el seguimiento ha demostrado que ha sido un éxito y ya estamos cultivando células de tres pacientes más que pronto serán implantados”, dijo Velasquillo Martínez, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En las etapas previas de la investigación, la doctora en ciencias trabajó en un proyecto liderado por el doctor en investigación en medicina, José Clemente Ibarra Ponce De León, director general del INR, en el que desarrollaron, junto con un equipo de colaboradores, el cultivo de cartílago articular para lesiones en rodilla.
“Demostramos que se podía cultivar cartílago articular in vitro y se estableció una metodología completa para hacer medicina traslacional. Luego de pruebas de laboratorio el equipo de Ibarra pasó a la fase clínica y hoy se tienen 50 pacientes implantados con condrocitos autólogos (del propio paciente), lo que indica su éxito a partir de los análisis macroscópicos y en los cuestionarios que llenaron los pacientes”, comentó.
Con los resultados del proyecto de cartílago articular María Cristina Velasquillo pensó que podría ser posible atender a pacientes con microtia que llegan al INR a través del área de comunicación humana. Lograron primero la colaboración con otras instituciones, entre ellas el Hospital Gea González, de donde se obtuvo tejido de cartílago de la oreja, un remanente que se desecha cuando realizan cirugías para tratar la microtia.
“Gracias al apoyo del INR tenemos un pequeño proyecto piloto con la Subdirección de Otorrinolaringología para tratar a cinco pacientes con microtia unilateral, de quienes, a través de imágenes de tomografía computarizada, se obtuvieron las características para imprimir los pabellones auriculares donde se cultivan los condrocitos autólogos in vitro. Por lo pronto, ya se implantó en el primer paciente, de manera subcutánea, y se cubrió con su piel. Los resultados son muy alentadores porque al utilizar el propio tejido, el cuerpo lo acepta y se observa como una oreja natural”, describió la científica en entrevista para la AMC.