Un nuevo estudio reveló que el clima cálido reduce las posibilidades de quedar embarazada, y se espera que el problema empeore debido al calentamiento global.
El miembro del Instituto de Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad de California (UCLA), en Los Ángeles, Alan Barreca, observó que agosto y septiembre, son dos de los meses más activos para nacimientos en Estados Unidos.
Barreca llevó a cabo una investigación en la que estudió datos y tendencias de 80 años de nacimiento, lo que le permitió encontrar que las altas temperaturas tienen un efecto negativo significativo sobre la fertilidad y las tasas de natalidad.
En un comunicado de la UCLA, el economista ambiental señaló que el estudio proyecta que a medida que el cambio climático aumenta las temperaturas y aumenta la cantidad y severidad de las olas de calor, quedar embarazada puede ser más difícil.
“Si miras nueve meses después de una ola de calor en agosto, en el siguiente mes de mayo verás un número significativamente menor de nacimientos”, apuntó.
Explicó que no es que las personas tengan menos relaciones sexuales en climas cálidos (de hecho la investigación no publicada de Barreca indica que las personas realmente tienen más relaciones sexuales cuando aumentan las temperaturas), sino que los estudios muestran que la producción de esperma baja en climas cálidos.
El investigador comentó que el estudio también reveló un efecto de rebote: las tasas de natalidad aumentaron durante varios meses después de que estaban deprimidas por el clima cálido.
Algunos ecologistas podrían sentirse tentados a leer los hallazgos como buenas noticias, pensando que los humanos causan emisiones de carbono, y que las tasas de natalidad más bajas limitarían el crecimiento de la población, lo que podría desacelerar el cambio climático; sin embargo, Barreca rechazó esa idea.
“Hay formas mucho más efectivas de reducir la tasa de natalidad en el planeta. Brindar a las mujeres oportunidades económicas y acceso a métodos anticonceptivos tiene un efecto mucho mayor sobre la tasa de natalidad”, aseguró.
Si bien se ha prestado mucha atención a la superpoblación en todo el mundo, la disminución de las tasas de natalidad y la subpoblación son amenazas inminentes en los Estados Unidos, Europa occidental y Japón, expuso Barreca.
Según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, hubo menos nacimientos en Estados Unidos en 2017 que en cualquier año desde 1978.
“Las tasas de población ya son tan bajas que no podríamos mantener una población estable si no fuera por la inmigración”, resaltó.
Barreca precisó que también proyecta que el cambio climático cambiará el número de nacimientos desde la primavera hasta el verano, lo que sería una mala noticia para la salud prenatal.
Las mujeres que dan a luz en agosto o septiembre estarán expuestas a mucho más calor durante el tercer trimestre, y los estudios han sugerido que el clima cálido durante el tercer trimestre de un embarazo afecta negativamente la salud del feto, según el peso al nacer, sugirió.
Indicó que la temperatura es solo una de muchas cosas que afectan la fertilidad, por ejemplo; a pesar de ser candente, India y algunas naciones del África subsahariana todavía tienen altas tasas de natalidad.
Pero en las regiones con mayores tasas de pobreza y menor acceso a educación y control de natalidad, y sin igualdad de derechos para las mujeres, las tasas de natalidad tienden a ser más altas, enfatizó.