Arritmia cardiaca afecta a mexicanos y no lo saben: Alex Pacheco

Sus dos abuelos fueron médicos y recuerda que uno de sus juegos favoritos era ir a la casa de uno de uno de ellos, que tenía el consultorio en su propio domicilio y jugar con sus instrumentos, entre los cuales había un viejo estetoscopio.

“Siempre supe que quería ser médico, nunca me planteé estudiar en otra universidad que no fuera la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y antes de ser universitario ya había decidido que quería ser cardiólogo”, explica a Crónica este hombre nacido en la Ciudad de México, quien es uno de los escasos 140 cardiólogos electrofisiólogos que existen en el país para atender a casi tres millones de pacientes con algún tipo de arritmia cardiaca.

Las enfermedades del corazón todavía son la causa número uno de muerte en México. Existen diferentes tipos de males cardiacos, pero las arritmias como la taquicardia —latido acelerado— y la bradicardia —latido lento— aumentan en el país sin que haya mucha conciencia de ellas. Estos padecimientos pueden ser atendidos por la especialidad médica que maneja más física, electrónica, tecnología y software: la electrofisiología.

“El primer año de la carrera me di cuenta que, dentro de la cardiología, quería enfocarme a la electrofisiología. Entre las cosas que me dirigían mucho a ese campo estaba el estudio del electrocardiograma, que aunque es una prueba que ya tiene más de 100 años, es una herramienta de diagnóstico invaluable, incluso muy usada por médicos de otras especialidades. Cuando un electrocardiograma no es normal, cuando revela una arritmia o un bloqueo, comienza a generar muchas dudas y preocupaciones entre médicos y pacientes. Entonces yo me di cuenta de que tenía ciertas habilidades para generar respuestas en este campo y seguí por ahí”, indica el integrante de la Unidad de Electrofisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM.

En sentido figurado se puede decir que las arritmias son patologías muy democráticas pues se presentan por igual en todos los grupos de la población, géneros, edades y estratos socioeconómicos. Para muchas de ellas existen soluciones muy eficientes mediante cirugías, como la ablación, pero en algunos casos se pueden instalar marcapasos. Cada paciente es diferente y a cada uno se debe diagnosticar y comunicar de una manera individual, como indica el doctor Pacheco Bouthillier, quien tiene una larga historia de atención directa a pacientes en el Hospital Regional de Puebla , en el Centro Médico Nacional Siglo XXI y en el Hospital ABC.

“Hay ciertas aptitudes que debemos tener todos los médicos, pero que los cardiólogos las tenemos que practicar más y con mucho cuidado, por ejemplo, la aptitud de comunicar diagnósticos en los que debes tener mucho tacto porque las noticias sobre el corazón preocupan mucho al paciente y a todos sus familiares”, indica el cirujano mexicano.

“Cuando un electrocardiograma no sale normal, la gente empieza a padecer y a no entender qué puede hacer. La facilidad que adquirí para interpretar estos electrocardiogramas es lo que reforzó mi vocación”, agrega.

ALTA COMPLEJIDAD. Además de la formación académica que le dio la UNAM, y sobre la cual expresa gran orgullo, Alex Pacheco se refiere con mucho afecto a su aprendizaje en el Centro Médico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que es un hospital donde le tocó recibir algunos de los casos médico y humanos de mayor complejidad.

“Atiendes a personas que llegan con enfermedades cardiacas que se están presentando al mismo tiempo que muchos otros males muy complejos”, dice en voz alta. Todo esto le llevó a desarrollar una faceta más de su carrera, la de investigador.

El doctor Pacheco Bouthillier ha participado en estudios sobre problemáticas muy complejas del corazón y publicado, en coautoría, artículos como “Cardiopatía inducida por taquicardia en niños y adolescentes”; “La electrofisiología del Wolff-Parkinson-White en el paciente asintomático con actividad o riesgo profesional alto”, o “Miocardiopatía inducida por taquicardia ventricular fascicular incesante”.

“Si de ciencia hablamos, tenemos que publicar. Una cosa es ser muy buen médico y otra cosa diferente es hacer más que la atención clínica y querer comprender y averiguar más. Tenemos que demostrar que la cardiología mexicana ha llegado a ser de las mejores del mundo y que se llegó a estancar cuando dejamos de publicar nuestras investigaciones. Muchas veces vamos a congresos internacionales y nos damos cuenta de que en México se hacen cosas muy buenas y al mismo nivel de los mejores del mundo, por eso yo y todos los cardiólogos deberíamos publicar mucho más. Quizá es el factor del tiempo el que no nos deja hacer más investigaciones”, dice el hombre que ha escrito sobre patología poco conocidas o sobre abordajes poco ortodoxos de atención a arritmias cardiacas.

El electrofisiólogo nacido en la Ciudad de México, donde también vivió su infancia, dice que aunque sí hay buenos programas de formación de electrofisiólogos en este país, el número no es suficiente.

“Hay autores que dicen que debería haber un electrofisiólogo por cada 200 mil personas, pero la realidad es que en todo México, más de 140 electrofisiólogos no los hay. Somos muy poquitos. Además, existe el problema de que, en caso de que llegáramos a formar mucho más electrofisiólogos, todavía no hay la suficiente infraestructura pública ni privada para que esos profesionistas puedan estar desarrollando su trabajo adecuadamente”, explica el universitario.

El médico, que afirma que la electrofisiología es una alta especialidad que es capaz de curar totalmente muchas arritmias, dice que la poca cantidad de especialistas en este campo puede conducir a que los pocos que hay pierdan de vista su desarrollo personal y familiar, lo cual considera un error.

“La pasión por tu trabajo es lo que te empuja a seguir creciendo y querer más, pero si tienes la fortuna de tener una familia, tienes que darle el justo peso y atención porque regresar y encontrar a tu pareja, a tu hijo o a tus hijos, si tienes varios hijos, te hace darte cuenta que la familia es lo mejor que puedes tener. Si eso lo puedes combinar con un trabajo que amas, es el mejor tipo de vida”, concluyó.

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