En esta temporada de frío, la Secretaría de Salud recomienda que los jóvenes con antecedentes de asma diagnosticada durante la infancia, y cuyos síntomas hayan desaparecido en la adolescencia, mantengan los cuidados a fin de evitar recaídas.
José Luis Miguel Reyes médico especialista de la dependencia, explicó que gran parte de los casos de infantes con esta patología entra en periodo de remisión durante la juventud. “Esto no significa que se haya curado, ya que la enfermedad puede mantenerse apagada siempre y cuando no exista un desencadenante que reinicie los síntomas, como el pelo de las mascotas, polvo o humo de tabaco”, apuntó.
En entrevista, señaló que el asma afecta con mayor frecuencia a infantes a partir de los cuatro años de edad; algunas personas nacen con la predisposición a desarrollarla y otros pueden presentarla en algún momento en su vida.
Citó que entre los factores de riesgo de asma infantil se encuentra la predisposición genética, el tabaquismo durante el embarazo, los cambios en la microbiota intestinal en el periodo de gestación, bajo peso al nacer y deficiencia pulmonar.
La exposición tardía a los microbios después del nacimiento, infecciones por el virus sincicial respiratorio (VSR), y los efectos de la contaminación por vivir a menos de 100 metros de una avenida primaria, son otros causantes de este padecimiento.
Este problema de salud se registra principalmente durante la temporada de frío y cuando hay mayor prevalencia de infecciones virales. Sin embargo, también depende de la susceptibilidad de las personas, y los síntomas pueden presentarse en los cambios de estaciones, cuando se registra la polinización de plantas y hay un incremento en la humedad ambiental, detalló el especialista.
Para evitar complicaciones recomendó no realizar actividades al aire libre en temporadas de contingencia ambiental, vacunarse cada año contra influenza, hacer ejercicio, evitar el tabaquismo, y no acudir a sitios donde haya mucho polvo o el uso de alfombras, ya que acumulan una gran cantidad de ácaros.
Miguel Reyes sugirió a las personas con esta enfermedad acudir al médico para dar seguimiento de su tratamiento, y ajustarlo de acuerdo con los síntomas, grado de inflamación y función pulmonar.
Algunos síntomas, prosiguió, son falta de aire, sibilancias en el pecho, sensación de opresión torácica y tos habitualmente seca, que se presentan con mayor intensidad en la noche o madrugada y habitualmente son provocados por un factor que los exacerba, como frío, alérgenos, pólenes, mascotas, emociones o estrés.
En la etapa adulta se puede presentar lo que se conoce como asma en la vejez, esto significa que una persona pudo no ser asmático a lo largo de su vida hasta llegar a la edad mayor, concluyó.