¿Tienes COVID-19 o algún familiar se contagió?

La mayoría de la gente que se enferma con COVID-19, solo presentará una enfermedad leve y puede recuperarse en casa. Los síntomas pueden durar unos días, y las personas que tienen el virus podrán sentirse mejor en más o menos una semana, entre los síntomas están: fiebre, tos, dolor de garganta, escalofríos, dolor muscular, dolor de garganta, a veces pérdida del gusto u olfato o dificultad para respirar, síntomas parecidos a un resfriado, gripe o cualquier otra enfermedad respiratoria de temporada.

Sin embargo se requiere de la asesoría médica en cuyo caso el tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas, e incluye descansar, y tomar líquidos y analgésicos.

Primeramente sigue las recomendaciones del médico sobre el cuidado y el aislamiento en casa para ti o tu ser querido. Ayuda a la persona que lo necesite si es de grupo de riesgo o está enferma a hacer compras de tienda y de medicamentos y, si es necesario, cuídala y encárgate de cuidar a su mascota.

También es importante considerar cómo puede afectarse tu salud si cuidas de una persona que está enferma. Si eres un adulto mayor o si tienes una afección crónica, como enfermedades cardíacas o pulmonares, hipertensión, obesidad o diabetes, puedes correr un riesgo más alto de que se complique la enfermedad y en estos casos es mejor aislarte y buscar ayuda de otra persona.

SIGNOS QUE ADVIERTEN QUE SE TRATA DE UNA EMERGENCIA

Vigílate a ti mismo o a tu ser querido para notar si los síntomas están empeorando y es necesario buscar atención médica de inmediato. Llama al 911 o al número local de emergencias establecidos para esta contingencia en cada estado de la República.

Recuerda que los síntomas más graves son: fiebre elevada, dificultad respiratoria, dolor o presión persistente en el pecho, nueva confusión o incapacidad para moverse, labios o cara azulados. (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) en cuyo caso deberán trasladarse de inmediato a un hospital.

CÓMO PROTEGER A OTROS SI ESTÁS ENFERMO. Si estás enfermo con COVID-19, puedes ayudar a prevenir que se propague la infección.

Quedándote en casa, a no ser para recibir atención médica.
Evita el transporte público.
Si es posible, aíslate en un solo cuarto, separado de tu familia y de otras personas. Esto incluye comer en tu cuarto. Abre las ventanas para que el aire circule. Usa un baño separado, si es posible y si no lo es, desinfecta todas las superficies que toques con frecuencia, conserva puesto tu cubrebocas y cámbialo todos los días, destrúyelo cortándolo y tíralo envuelto a la basura.
Evita compartir el espacio en tu casa, tanto como sea posible. Ventila bien la cocina y otros espacios que se compartan.
Todos los días limpia las superficies que tocas con frecuencia, como las manijas de puertas, barandales, interruptores de luz.
Evita compartir objetos personales de la casa, como vajilla, toallas, ropa de cama y dispositivos electrónicos.
Si no es posible ponerte una mascarilla, cúbrete la boca y la nariz con un pañuelo o con el codo cuando tosas o estornudes. Después, desecha el pañuelo descartable o lávalo si es de tela.
Lávate las manos con frecuencia, con agua y jabón, por lo menos por 20 segundos, o usa un desinfectante para manos con base de alcohol que contenga al menos 60% de alcohol.
Por ningún motivo de automediques, sigue las instrucciones del médico.

CÓMO PROTEGERTE MIENTRAS CUIDAS A ALGUIEN QUE TIENE COVID-19

Para protegerte si cuidas a alguien que tiene COVID-19, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan:

Mantén las manos limpias y no te toques la cara. Lávate las manos con frecuencia con agua y jabón por lo menos por 20 segundos, especialmente después de estar en contacto cercano o en el mismo cuarto con la persona enferma. Si no dispones de agua ni jabón, utiliza un desinfectante de manos que contenga por lo menos un 60% de alcohol. Evitar tocarte los ojos, la nariz, y la boca.
Considera ponerte una mascarilla. Si tienes que estar en el mismo cuarto con la persona enferma, y esta persona no puede ponerse una mascarilla, póntela tú. Mantén una distancia de por lo menos 2 metros con la persona enferma. No toques ni muevas la máscara mientras la tienes puesta. Si la máscara se moja o se ensucia, reemplázala con una que esté limpia y seca. Desecha la mascarilla usada y lávate las manos.
Limpia tu casa frecuentemente. Todos los días usa productos de limpieza en forma de aerosol o paños húmedos para limpiar las superficies que se tocan con frecuencia, separa la ropa de cama y utensilios para el uso exclusivo de la persona enferma y usa guantes para lavarlos, igual que para el aseo de los baños.
Ten cuidado con la ropa sucia. No la sacudas. Usa el detergente que usas siempre y lava con el agua a la temperatura más alta posible. Lávate las manos después de poner la ropa en la secadora. Seca la ropa completamente. Si tienes que tocar la ropa sucia de la persona enferma, ponte guantes desechables y mantén esta ropa lejos de tu cuerpo. Lávate las manos después de quitarte los guantes desechables. Destruye y pon los guantes y las máscaras usados en un bote de basura con tapa fuera del alcance de otros miembros de la familia.
Ten cuidado al lavar la vajilla. Ponte guantes al tocar los platos, tazas, o cubiertos que usó la persona enferma. Lava estos utensilios con agua caliente y jabón, o ponlos en el lavaplatos. Lávate las manos después de sacarte los guantes o de tocar objetos usados.
Evita el contacto directo con los fluidos corporales de la persona enferma. Ponte guantes desechables y una mascarilla cuando ayudes a la persona enferma con cuidado oral o respiratorio, y cuando te encargues de sus heces, orina, u otros desechos. Lávate las manos antes y después de quitarte los guantes desechables y la mascarilla. No vuelvas a usar esos guantes ni la mascarilla.
Evita que vengan visitas innecesarias a tu casa. No permitas visitas hasta que la persona enferma se haya recobrado completamente y ya no tenga signos ni síntomas de COVID-19 y que esto haya sido confirmado mediante una prueba.

EL FIN DEL AISLAMIENTO

Los CDC recomiendan las siguientes pautas para terminar con el aislamiento en casa después de haber tenido COVID-19.

Si no te haces una prueba para determinar si todavía puedes contagiar la infección, puedes salir de casa si has pasado 3 días enteros sin fiebre y sin tomar medicamentos para bajarla, han mejorado los otros síntomas, y han pasado al menos 7 días desde que empezaron tus síntomas.
Si te hacen una prueba para determinar si todavía puedes contagiar la infección, puedes salir del cuarto donde te aislaste o de casa si ya no tienes fiebre sin tomar medicamentos para bajarla, han mejorado los otros síntomas, y te has hecho dos pruebas con resultados negativos con 24 horas de diferencia, el problema es que no se dispone de pruebas en todos los lugares.
El caso de regresar a casa después de haber estado hospitalizado, hay que vigilar bien al paciente y mantenerlo en cuarentena hasta que esté completamente bien.
La OMS también recomienda que, al cuidar a la persona enferma, vigiles tu salud por 14 días después de que empezaron los síntomas de esta persona.

CÓMO AFRONTAR EL ESTRÉS DE SER CUIDADOR

Al recuperarse tú o tu ser querido, busca apoyo emocional. Continúa en contacto con otros a través de textos, llamados telefónicos, o videoconferencias. Comparte tus preocupaciones. Evita la exposición a demasiadas noticias sobre COVID-19. Descansa y enfócate en actividades que disfrutes, como leer, mirar películas, o participar de juegos en línea.

Cuando cuidas de un ser querido que tiene COVID-19, quizás también te sientas estresado. Puede que te preocupes sobre tu salud y sobre la salud de la persona enferma. Esto puede afectar tu capacidad de comer, dormir, y concentrarte, así como empeorar problemas crónicos de salud.

Si padeces un trastorno de salud mental, como ansiedad o depresión, continúa con tu tratamiento. Comunícate con tu médico si tu problema empeora.

Para practicar el autocuidado, sigue estos pasos:

Mantén una rutina diaria, que incluya bañarte, o ducharte, y vestirte.
Ignora por períodos de tiempo las noticias sobre COVID-19, incluyendo las redes sociales y no hagas caso de todo lo que se dice, hay muchas noticias falsas.
Come comidas equilibradas y mantente hidratado.
Haz ejercicio.
Duerme bien.
Evita el consumo de drogas y alcohol.
Haz estiramientos, respira profundamente, o medita, camina por lo menos 30 minutos diarios, aunque sea en tu hogar.
Concéntrate en actividades que disfrutes.
Comunícate con otros y comparte cómo te sientes.
Cuidarte a ti mismo puede ayudarte a afrontar el estrés. También te ayudará a ser capaz de apoyar la recuperación de tu ser querido.

¿Qué debe comer una persona enferma de COVID-19?

En cuanto a la elección de alimentos y bebidas, una alimentación saludable habitual es la recomendación para toda la población, y también para personas afectadas de COVID-19 con sintomatología leve y/o asintomáticas. (BBC)

Una alimentación saludable se define como aquella que es suficiente, completa, equilibrada, satisfactoria, segura, adaptada al comensal y al entorno, sostenible y asequible’.

Consume diario alimentos de origen vegetal como frutas, hortalizas, legumbres, cereales y sus productos derivados como el pan o la pasta, arroz y otras semillas, principalmente en sus variedades integrales, frutos secos y aceite de oliva, especialmente el virgen extra y, en menor medida, alimentos de origen animal como carnes, pescados, huevos, quesos y otros productos lácteos.

A pesar de que el consumo moderado de alcohol (vino y cerveza) se reconozca como parte del patrón alimentario, debido a sus posibles efectos beneficioso no están tan claros y que además existen potenciales efectos adversos, no se recomienda su consumo dentro de un patrón alimentario.

La hidratación es uno de los pilares básicos de la alimentación saludable en toda la población. La recomendación de ingesta de líquidos es primordial y se debe garantizar el consumo de agua a demanda (según la sensación de sed) o incluso sin dicha sensación, especialmente en persona mayores prefiriendo siempre el agua como fuente de hidratación.

También pueden ser de gran interés el consumo de caldos vegetales, de carne y de pescado (desgrasados), infusiones y té.

Una dieta rica en frutas y hortalizas también contribuye a la ingesta de agua. El consumo de gelatinas neutras o saborizadas sin azúcar puede ser un recurso muy útil para ayudar a los más mayores a beber la cantidad de agua recomendada, sobre todo cuando hay fiebre, se debe evitar el consumo de bebidas refrescantes o edulcoradas. No se recomienda el consumo de bebidas alcohólicas, incluyendo el vino o la cerveza.

En el caso de existir molestias en la garganta, fiebre o falta de apetito, es importante preparar alimentos que contribuyan a una fácil deglución.

Se recomienda elegir cereales integrales procedentes de grano entero (pan integral, pasta integral, arroz integral), elegir productos lácteos bajos en grasa. El consumo de carnes debe realizarse en el marco de una alimentación saludable, eligiendo de forma preferente carnes de aves y las magras de otros animales preparados con muy poca grasa o con aceite de oliva. Los frutos secos (almendras, nueces, etc.) y semillas (girasol, calabaza, etc,) también son una excelente opción siempre que sea naturales o tostados.

El consumo de alimentos precocinados (croquetas, pizzas, lasañas, canelones, etc.) y la comida rápida (pizzas, hamburguesas, etc.) no están recomendados en general en una alimentación saludable, debido a su elevado contenido en grasas y/o azúcares), su consumo no está recomendado en general, y por lo tanto tampoco en períodos de aislamiento o cuarentena domiciliaria debido a que pueden aumentar el riesgo de sobrepeso u obesidad y otras patologías asociadas.

La disminución de ejercicio físico y las conductas sedentarias durante el confinamiento y una dieta insana podría aumentar el riesgo de padecer enfermedades crónicas y son un factor de riesgo adicional para que se complique el COVID-19.

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