Por: Laura Rosado
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Si, hoy es mi cumpleaños, nací un 20 de julio, siendo las 6:25 horas en un día sábado en la Ciudad de México, salí del vientre de mi madre a la vida. En aquél revoltoso y violento año 1968 para México. Vivimos de cerca esos sucesos, vivíamos en Tlatelolco y desde julio ya se sentía la tensión y problemas que culminaron en lo sucedido el 2 de octubre. Salimos huyendo de ahí, siendo yo una recién nacida, así que seguramente algo de eso marcó mi personalidad algo irreverente, apasionada y buscadora de algo más, siempre de algo más. Hoy en día la vida ha mesurado un poco mi carácter y personalidad, pero solía ser más violenta y arrebatada. Pero va pasando la vida y te comienzas a dar cuenta de lo que realmente es importante, y qué batallas hay que luchar, y ante cuáles rendirte o dejar pasar.
Fui la cuarta hija de mis padres, habían nacido mis dos hermanas, y mi mamá tuvo un tercer embarazo, un bello bebé varón, quien perdió la vida justo en el parto, y ahí es donde ocurre lo mágico de la vida, al tener dos hijas mujeres, y llegara un hombre. ¿Habrían tenido una hija más? Dios acomodó las cosas para que así fueran, y llegué a la vida. Me he sentido siempre portadora de alegría para mis papás y es un sentimiento que me acompaña y me hace sentir agradecida hacia ellos.
Me gusta mi cumpleaños, me gusta porque marca un límite entre un año y otro, marca el camino de mi vida y su llegada me hace reflexionar en mis acciones y decisiones, siempre se vuelve un recordatorio de que la vida no para, y de que, si no estoy atenta a lo que estoy haciendo con ella, puede que se vaya sin dejar algo grande en mí y en todo lo que me rodea.
Porque finalmente esa es la vida, es una serie de sucesos que si les pongo corazón, razón y acción serán hechos productivos que me llevarán a encontrar el sentido de vida. Eso es lo que nos debe ir dando cada cumpleaños, motivos para vivir, motivos para ser feliz, motivos para sonreír y disfrutar, motivos para conocerme más y a partir de ahí, salir de mí, compartir y poner al servicio de los demás mis dones y capacidades, esos que Dios coloca amorosamente dentro del corazón, para reconocerlos, crecerlos y darlo a los demás, si hago lo que me apasiona y motiva cumpliré cada vez más años productivos y que no solo me den a mí, sino le den a los demás. Mi padre decía que la misión del hombre era trascender, y hoy en día estoy más de acuerdo que nunca con sus palabras.
Hay que darnos cuenta que cada cumpleaños realmente es un año menos de vida, es irnos acercarnos al final, y esto no debe ser motivo de ansiedad o tristeza, sino todo lo contrario, debe ser motivación para ser más libres, romper con lo que nos frena, romper literal las cadenas que nos encarcelan. Y buscar la plenitud y libertad.
¿Cómo buscamos plenitud y libertad? Amando, perdonándonos, identificando cuando el sufrimiento me vuelve víctima, saber que el dolor es una fuerza que impulsa, buscando la armonía con mi entorno, entender la conexión entre las personas y el planeta. Decidir la vida a través de la consciencia, ¿qué es vivir en consciencia? Aceptar la vida como es; reconocer nuestra esencia, no tomarnos las cosas personal, saber que somos terminales, que somos un instante en la eternidad, que vivir en automático nos lastima y lastima a los demás.
En el día de mi cumpleaños siempre busco celebrar, rodearme de las personas que amo, recibir con el corazón todas las llamadas y mensajes. Me gusta decirles a las personas lo que han nutrido mi vida. Al despertar cada 20 de julio, sonrío y agradezco a Dios y a mis padres este gran regalo que es vivir. Me gusta preparar algo especial, cocinar, decorar una bella mesa, poner flores y velas, y ahí, en ese espacio creado, levantar las copas y brindar con los que me rodean haciendo contacto visual y sentir cómo se humedecen mis ojos y me late el corazón, algunas veces siento que hasta me tiembla el pulso de la emoción. ¿Te parece que exagero? Quizá sí, no lo sé. Solo sé que me maravilla la vida, el haber nacido en ese justo instante, como dice la canción de Coincidir, que tanto me gusta “soy vecina de este mundo por un rato, y resulta que también tú estás aquí….” “tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio, y coincidir”. ¡Es una maravilla! Saber que nacemos en el momento perfecto para desarrollarnos y ser protagonistas de ese momento de la historia del mundo.
¿Me preocupa envejecer? que vengan las arrugas, que todo se caiga… cada vez menos, busco llevar una vida saludable, lo más que se pueda, para llegar a una vejez funcional, buscando eso, pero consciente que la vida se vive hoy, y que nadie sabe “el día, ni la hora” de la muerte y yo añado, ni el cómo. Lo hago porque quiero que cada día me sienta saludable, con energía, movilidad en mi cuerpo, mi mente creando y aprendiendo, mi espíritu buscando la calma, paz y amor. Añado lo siguiente, tomado del libro “Barquitos de papel” escrito por mi papá: Hay un pensamiento de Cicerón que dice -Nadie envejece sólo por vivir un número de años. La gente envejece únicamente al abandonar sus ideales. Los años arrugan el rostro, pero perder el entusiasmo arruga el alma. La preocupación, la duda, el egoísmo, el miedo, la desesperación, éstos son largos, largos años que inclinan la cabeza y llevan el espíritu nuevamente al polvo-.
En este cumpleaños del 2020, en que nos encontramos en circunstancia extraordinarias en la historia de la humanidad, me siento privilegiada que me está tocando ser de esa generación que “nos tocó vivir la pandemia por Covid-19” (o morir en ella, aún no termina, como ha sucedido con amigos queridos), somos una generación que nos está tocando ser parte de un suceso que impacta a todo el planeta y eso nos debe hacer sentir la importancia de cómo mi actuar individual ante este hecho puede hacer diferencia en cómo viviremos después que pase, porque sí, “todo pasa y esto también pasará”.
La supervivencia de la humanidad a través de los siglos nos da el mensaje de nuestra capacidad de adaptación, aún así, los hechos actuales es que el planeta tiene que ser salvado ante la contaminación y de nuestro consumo irresponsable y desmedido, y que este virus vino a detenernos y hacernos ver que no hemos aprendido y aprender a partir de ahora. Elegir a líderes que sean más humanos, con más compromiso por el bien de la humanidad y más diálogo y entendimiento entre naciones. Me parece trascendental este suceso para muestra supervivencia.
Te dejo parte de mi historia en esta columna de hoy, te la dejo como un regalo de cumpleaños, esperando que algo de lo que leíste llegue a tu corazón.
“Así es hoy mi cumpleaños, así lo recibo, así lo abrazo y así celebro mi vida y mis años”
Gracias por leerme.
LAURA ROSADO/, LA VIDA ES HOY