El director de los Centros para el Control de Enfermedades de EU (CDC), Robert Redfield, aseguró este miércoles que usar una mascarilla, o cubrebocas, es más efectivo para combatir a la COVID-19 de lo que lo será la vacuna, cuando llegue.
Redfield explicó durante una audiencia en el Senado que la vacuna no se espera que funcione en el 100 por ciento de la gente, y que, por ejemplo, podría funcionar solo en un 70 por ciento de las personas. En cambio, el cubrebocas asegura ofrecer al menos algún grado de protección para el 100 por ciento de las personas que lo usan, aunque no sea una protección perfecta, agregó.
“Los cubrebocas son la herramienta de salud pública más potente e importante que tenemos”, agregó Redfield, cuya postura contrasta radicalmente con la del presidente de EU, Donald Trump, quien, lejos de lo que defiende la ciencia, se niega a usar la mascarilla, al menos en público, de manera regular.
Redfield finalizó asegurando: “Continuaré apelando a todos los estadunidenses a que utilicen la cobertura de la mascarilla”. “Si lo hiciéramos durante seis, ocho, diez o doce semanas, lograríamos tener esta pandemia bajo control”, sentenció el director de los CDC.
Las declaraciones de Redfield llegan días después de que la jefa científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtiera de que la vacunación masiva, es decir, para la población en general y no solo para los grupos de mayor riesgo, no llegará hasta, al menos, mediados de 2022.