Aún con la epidemia de la COVID-19 circulando en nuestro país, la cual para sectores vulnerables de la población —niños y adultos mayores, principalmente—, los ha obligado a mantenerse en un confinamiento que se ha extendido por casi seis meses, el panorama de poder salir a las calles no es nada halagüeño si se toma en cuenta que México está por iniciar lo que comúnmente se ha llamado la temporada estacional del virus de la Influenza, vacuna que cobra especial relevancia en estos tiempos, si se toma en cuenta que los síntomas de ambos virus respiratorios son muy similares y a primera vista podrían causar confusión por la sintomatología tan parecida.
La enorme diferencia entre las enfermedades producidas por los virus de la Influenza y el del SARS-CoV-2, es que la primera ya cuenta con una vacuna, que si bien es cierto no evita que la persona que se aplica dicha dosis enferme, porque puede suceder, sí es cierto que permite tener la enfermedad de influenza sin mayores complicaciones, el impacto es menor, si la persona no se aplica esta vacuna, corre el riesgo de complicaciones respiratorias y hasta perder la vida.
El doctor Salvador Pineda, gerente médico de Vacunas de la farmacéutica Sanofi-Pasteur enfatizó que otro de los retos en materia de salud en nuestro país, es que todos los niños menores de cinco años tengan completos sus esquemas de vacunación, los cuales en la actual epidemia de la COVID-19 prácticamente se derrumbaron a niveles preocupantes, debido a que un gran número de infantes no están vacunados y eventualmente comenzará a perderse el efecto “rebaño”, que es aquel en el cual, un enorme número de niños vacunados repelen la enfermedad y así evitan que llegue a los pocos niños no vacunados.
En este momento, señaló que no es tan notorio la pérdida de protección por las vacunas, porque la mayoría de los niños, aunque no están vacunados, están encerrados en sus casos y no hay una exposición al medioambiente ni a otros niños, pero lo cierto es que se ha perdido esta protección de rebaño, ante la baja cobertura en la aplicación de diversas vacunas, y los pocos que han sido llevados a vacunar, tampoco se les aplicó la dosis en la edad exacta que les correspondía, sino que se hizo a destiempo.
Para el caso específico de sarampión y poliomielitis, el especialista sostuvo que la fuerza y capacidad de la enfermedad de diseminarse, y de que un solo individuo a cuántas personas más es capaz de contagiar, el sarampión -enfermedad viral altamente transmisible-, puede diseminarse hasta en 15 a 17 individuos, y aunque la poliomielitis no tiene una fuerza de diseminación tan fuerte, sí puede ocasionar problemas serios y al respecto recordó el brote que se registró en la Ciudad de México y algunos municipios del estado de México que se registró a principios de este año.
Advirtió que el sarampión es una enfermedad que fue endémica en todo el mundo, causando epidemias en el mundo cada dos a tres años y se estima que se registraban alrededor de 30 millones de casos a nivel mundial y más de dos millones de muertes al año, por esta enfermedad, incluso, hoy en día es la principal causa de muerte en niños pequeños, pese a que hay una vacuna segura y eficaz para prevenirlo y en 2016 se registraron casi 90 mil muertes por sarampión en todo el mundo.
Para garantizar que la fuerza de transmisión del sarampión no sea tal, se debe vacunar al 92-95 por ciento de la población, por debajo de eso, el riesgo es tener brotes importantes en México o cualquier parte del mundo. Lo mismo ocurre con la poliomielitis, aunque se piensa que es una enfermedad del pasado, porque en el país hace 30 años que ha habido un solo caso de esta enfermedad, el riesgo es que si se vacuna al 80-85 por ciento de la población protegida, nos podríamos llevar alguna sorpresa en estos tiempos de pandemia bastante desagradable”.
Al 31 de julio, de este año, datos del Observatorio Nacional de Vacunación señalan que sólo cuatro estados están reportando su información, con lo que, el porcentaje de población protegida al año de edad, sólo el 27.5 por ciento la recibieron, aunque en tiempo adecuado sólo fue el 25 por ciento, por lo tanto “si hoy en día el confinamiento desapareciera y volvieran los niños a las escuelas, muy probablemente tendríamos un brote muy importante de esta enfermedad. El hecho es que si no vacunamos habrá brotes en el país, aumento de casos, y desafortunadamente también se registrarán decesos”.
En el caso del virus de la Influenza, que está por iniciar la temporada de transmisión, el doctor Ricardo Iglesias, de la Universidad de Buenos Aires, recordó que todas las personas corren el riesgo de contraer esta enfermedad, la cual es de fácil transmisión al toser, estornudar o hablar, aunque hay ciertos grupos de personas con mayor vulnerabilidad al desarrollo de complicaciones asociadas a la Influenza como diabéticos, personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias, mayores de 50 años, mujeres embarazadas, inmunosuprimidos, entre otras, quienes deben vacunarse tan pronto como inicie la temporada de vacunación a partir de octubre.
Asimismo, señaló que después de una infección por influenza, el riesgo de un ataque cardíaco aumenta 10 veces, mientras que las personas que viven con diabetes tienen entre tres y seis veces más probabilidades de ser hospitalizadas y el riesgo de muerte por complicaciones es seis veces mayor en este grupo.
La doctora Flor Muñoz, subrayó que es muy importante vacunar a los niños en etapa escolar, ya que ellos son considerados como los súper-diseminadores del virus al resto de la comunidad, ya que tan solo en 2019, este grupo fue el segundo más afectado por influenza, de ahí que se vuelva trascendental la vacunación para este grupo poblacional durante la temporada de influenza que está por comenzar”.