Los componentes bioactivos que contienen la mayoría de ellos no benefician mucho nuestra salud
Londres
Hace años que se conoce la estrecha relación entre la alimentación y la salud.
Los alimentos contienen nutrientes que son esenciales para el mantenimiento de la vida y la obtención de energía.
Gracias a esta energía podemos llevar a cabo las diferentes actividades a lo largo del día. Ahora bien, el consumo excesivo de ciertos nutrientes promueve el desarrollo de determinadas patologías.
Hay algunos que se comportan como sustancias tóxicas o tienen actividades antinutrientes. Otros pueden ser beneficiosos y son clasificados como compuestos bioactivos.
Un componente bioactivo de un alimento es aquel que aporta un beneficio a la salud, una ventaja más allá de las consideradas como nutrición básica, ahora bien, no son nutrientes, esto implica que no son esenciales para la vida.
Los compuestos bioactivos se encuentran en pequeñas cantidades en los alimentos. En los de origen animal están presentes, entre otros, los ácidos grasos omega-3 del pescado o el ácido linoleico conjugado de la carne de rumiantes y de los productos lácteos. También la luteína de la yema de huevo o los péptidos lácteos.
Sin embargo, estos componentes se encuentran en mayor medida en los alimentos de origen vegetal en forma de fitoquímicos, compuestos químicos producidos por las plantas.
FITOQUÍMICOS
Entre ellos, los fitoesteroles, que se encuentran en los vegetales de hoja verde, en frutos secos, en semillas o en legumbres. También los polifenoles, presentes en frutas, como las uvas y los cítricos; en verduras, como la remolacha y berenjena, o en legumbres como las lentejas.
Otro ejemplo son los terpenos, que destacan en los vegetales de hoja verde y en los productos derivados de la soja, finalmente, los tioles, mayoritariamente en vegetales crucíferos como el ajo y la cebolla, pero no solo los fitoquímicos forman parte de los compuestos bioactivos. Existen otros componentes que también se incluyen en este grupo. Por ejemplo, la fibra dietética, los prebióticos y probióticos y las vitaminas y minerales.
Las funciones que se les atribuyen a los compuestos bioactivos son muy variadas.
Destacan, por ejemplo, las propiedades anticancerígenas y de prevención de enfermedades cardiovasculares, atribuidas a los ácidos grasos omega-3 y al ácido linoleico conjugado.
También son importantes los beneficios antioxidantes, antihipertensivos, antiinflamatorios e hipocolesterolemiantes de los fitoquímicos. Por no hablar de los efectos antimicrobianos, antihipertensivos, antitrombóticos, inmunomoduladoras y de transporte de minerales a los péptidos lácteos. En conjunto pueden ser de gran utilidad en la prevención de enfermedades no transmisibles, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
EL DATO
- La cantidad de bioactivos en los alimentos de origen animal que más consumimos es mínima; es mayor en los de origen vegetal