Casi dos años sin medicamentos contra el cáncer

Impotentes ante la indiferencia del gobierno federal y de las autoridades de salud que desde que inició esta administración no han hecho nada por remediar el problema de desabasto de medicamentos oncológicos para cientos de menores que se enfrentan a esta situación en el país, padres de familia volvieron a alzar la voz este miércoles, con bloqueos en varias ciudades de México, entre ellas el principal acceso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, contra las falsas promesas del presidente Andrés Manuel López Obrador y los responsables de salud, mientras que los pequeños afectados por el cáncer se siguen debatiendo entre la vida y la muerte.

“Hacemos lo que está en nuestras posibilidades, todo lo que está a nuestro alcance para que mi hijo esté bien, y es duro enfrentar que lo más difícil de esta situación es ver a tus seres amados sufrir y no poder hacer nada”, dijo a Crónica Miriam, mamá de Enrique, un niño de 5 años que cada día lucha por sobrevivir al cáncer que padece.

La vida de Miriam cambio un 14 de marzo del 2020 cuando a su hijo le fue diagnosticado cáncer. A partir de ese momento las cosas no han sido nada fáciles para ella y su familia, ya que luego de que su esposo los abandonara, ella pasó a tomar las riendas de la familia y a ser el único sustento del hogar.

Miriam cuenta a este diario que el proceso de rehabilitación para su hijo no ha sido nada fácil, ya que el principal obstáculo es la falta de medicamentos oncológicos y las quimioterapias, lo que ha frenado la recuperación del pequeño Enrique.

“El principal problema es que, a causa del desabasto, les suministran otro tipo de medicamentos que no le ayuda a su recuperación. En todo el año mi hijo sólo ha recibido dos quimioterapias completas, y cada vez son más caros los medicamentos y difícilmente puedo solventar el gasto”.

Sin ocultar su preocupación por la situación que enfrenta al pensar que la salud de su hijo podría mermar cada día sino recibe los medicamentos que necesita, Miriam subrayó que uno de los medicamentos esenciales para la recuperación de Enrique es el Voriconazol, que le ayuda a tratar un hongo que tiene en el cerebro y que adquirió a causa de la enfermedad.

Con voz entrecortada, ojos vidriosos y apunto del llanto, la madre del menor narra que durante todo el año su hijo ha presentado múltiples recaídas en su salud, con dolores de cabeza, vómitos nocturnos y gripes constantes, padecimientos que se han convertido en parte de su vida, por lo que le aterra que esto pueda llegar a ser permanente.

“Daría todo para que mi hijo esté sano, para verlo jugar con otros niños, para que no tenga que tomar medicinas a diario y lo pueda ver crecer sano. Esta protesta no se trata de ninguna manera de golpear al gobierno, es una forma de alzar la voz para ser escuchados por estas injusticias ante la desesperación”.

Miriam, originaria de Iztapalapa, realiza todos los días un viaje de una hora para pedirle al gobierno que no se olviden de su pequeño Enrique.

Al igual que Miriam, en el grupo de padres que exigen atención y los medicamentos para sus hijos se encuentra Alejandro Carmona, quien contó a Crónica la difícil tarea que es cuidar a Jorge, su hijo de 10 años y quien aún no comprende por qué no se ha recuperado de la enfermedad que lo aqueja.

“Uno de los principales retos es explicarle a mi hijo lo que está pasando, lo que implica ser tener cáncer y cómo lidiar con éste. Uno quisiera verlos sanos y fuertes, pero es complicado ver sufrir a las personas que amas”.

Jorge fue diagnosticado con Linfomas hace más de año y medio, y desde ese momento los tratamientos que recibió en el Hospital Siglo XXl han sido intermitentes, lo que ha provocado que su recuperación sea casi imposible.

“Si algo me queda claro, es que esto le puede pasar a cualquiera, pero hoy es muchísimo más complicado que hace unos meses, ya que la escasez de medicamentos nos tiene contra las cuerdas, además, la falta de empatía por parte del gobierno es algo que nos asombra, y aunque lo que más quisiera es ver a mi hijo sano, pareciera que esto no va a suceder”.

Con lágrimas en los ojos y con preocupación, Alejandro señala que la esperanza va perdiendo poco a poco, y refiere que, aunque se esfuerza por mantenerse fuerte y positivo, esto parece inútil, ya que aún no puede ver la luz al final del túnel.

Con la esperanza de ver a su hijo sano, Alejandro cuenta que hipotecó su casa para solventar los gastos de los medicamentos, y entre algunas acciones, optó por vender la mayoría de sus bienes e incluso conseguir otro trabajo, aunque como él comenta, esto no tiene sentido, pues no hay dinero que le devuelva la salud de su primogénito.

“Me he endeudado hasta no más poder, vendí lo que tenía, ya no sé qué más hacer, los medicamentos cada vez son más caros y ni siquiera puedo pagar los tratamientos que necesita mi hijo. Así como yo, otros padres de familia que enfrentan una situación como la mía, nos hemos acercado al gobierno, pero éste ya nos dio la espalda”, aseguró sin ocultar su molestia.

Una situación similar vivió como padre de familia María, quien cuenta que luego de 2 años de tratamientos incompletos, su hijo Abraham falleció al perder la batalla contra el cáncer, por lo que ahora participa con los padres de familia que enfrentan esta situación y de lo que ella dice, ojalá y nos tengan que vivir el infierno por el que su hijo pasó.

“Mi hijo fue un de las víctimas por el desabasto de medicamentos, las quimioterapias incompletas son igual a no recibir nada, y mientras este gobierno invierte en el beisbol, los pacientes con cáncer se están muriendo”, comentó esta joven de 40 años, mientras mordía su labio inferior para no romper en llanto.

María narra que durante 2 años su hijo recibió una atención deficiente, pues su hijo, ya con dos años con el cáncer, éste le fue detectado un año después cuando ya iba avanzada la enfermedad. Abraham ya tenía metástasis en los riñones, cerebro y en el hígado, así como en los pulmones, lo que fue la principal causa de su fallecimiento.

La joven que no logró contener el llanto al recordar el sufrimiento que vivió su hijo hasta su desenlace, cuenta que le detectaron más de 60 tumores en los pulmones, y la pandemia de COVID-19 empeoró aún más la situación, pues comenta que desde que inicio de la enfermedad su hijo solo pudo recibir un tratamiento completo.

“La falta de medicamento fue lo peor, conseguirlo fue difícil, sobre todo por los altos precios, pero de nada servía tener las dosis cuando las quimioterapias eran incompletas”.

Cuenta que desde hace más de un año participa en estos movimientos para que el gobierno asuma la responsabilidad que le toca, aunque su hijo ya no está con ella, de algún modo le ha dado una tranquilidad, pues ya no ve sufrir más a Abraham.

Para estos padres de familia la prioridad es seguir luchando por el bienestar de sus hijos, aunque saben que la salud de sus hijos es incierta, pues desconocen lo que va a ocurrir, ya que lo único que les dicen las autoridades de salud es lo que les han repetido desde 3 años, “Las medicinas llegan mañana”.

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