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El barítono mexicano Eduardo Martínez, de 18 años de edad, recibió tres premios en la 20va edición de la Competencia Lírica Internacional Ottavio Ziino celebrada en Roma, Italia, y ahora, agradecido por los galardones, busca recursos para continuar su formación vocal en Europa.
El joven originario de Los Cabos, Baja California, quien fue reconocido como Revelación Juvenil, con el Premio de la Crítica y le fue otorgada una Beca para el programa de verano del Festival de Vicenza con clases a cargo de la soprano Renata Scotto y del barítono Leo Nucci.
“Estuve nervioso casi un año porque había aplicado para el concurso en 2020. Lo que hago muchas veces es que trato de buscar ser algo más, en esta carrera no podemos darnos el lujo de detenernos, más que nada en un país como México en donde no hay mucho trabajo y menos con la pandemia, entonces siempre trato buscar qué hacer fuera del país”, comenta el joven.
Eduardo Martínez mandó su video y le notificaron que había pasado a la semifinal de la competencia, sin embargo, no tenía los recursos para viajar a Italia, entonces llamó a los organizadores para agradecerles y decirles que le era imposible viajar.
“Estaba buscando los medios para pagar el vuelo, los permisos e ir a la embajada. Finalmente escribí un mensaje para decirles que no podía concursar porque no tenía dinero y me respondieron que por la pandemia se pospondría al próximo año (2021) y eso me dio mucha paz porque quedó la puerta abierta”, recuerda.
El barítono siguió preparándose y nunca dejó de sentir temor, confiesa.
“Tenía un miedo tremendo porque soy mexicano y como mexicano muchas veces tenemos miedo de salir y buscar nuevos proyectos, de competir con europeos que tienen toda la tradición de la ópera, toda la escuela y los maestros. También sentía miedo por el viaje que logré costear. Llegué y vi que el nivel de la competencia que era altísimo, de gente que ya está cantando profesionalmente”, narra.
Martínez ganó tres reconocimientos y expresa que la felicidad no se ha terminado, además, con el pretexto de la beca se quedará en Italia para seguir estudiando.
“Me quedaré un tiempo buscando los fondos tanto en apoyos en México y aquí para seguir desarrollándome y buscando prepararme para este curso que viene”, señala.
ÓPERA DE CALIDAD. La música siempre ha estado presente en la vida de Eduardo Martínez, su papá es baterista y tiene dos tíos que son guitarristas y pianistas.
“Ellos no son clásicos, pero cantan y tienen un grupo en Los Cabos. La ópera me llegó gracias a mi mamá quien un día me dijo que encontró una canción de unos italianos que le gustaría mucho que la cantara: ‘O Sole Mio. La canté en posadas familiares y así iniciaron mis ganas por este tipo de canto”, platica.
Eduardo Martínez inició sus estudios de canto bajo la tutela del barítono Armando Piña, fue becario del Opera Studio Beckmann y actualmente es parte del Mexican Opera Studio de Monterrey.
“Armando Piña me dio las bases de la técnica vocal, nos entendimos mucho. Le debo mucho también a Alejandro Miyaki quien fue la primera persona que me abrió las puertas. Ellos son los que más me han guiado”, indica.
Al joven barítono le gustaría que la ópera en México fuera tratada como cualquier otra profesión.
“Al final es un negocio. Si nosotros empezamos a aumentar la oferta cultural, más conciertos y óperas, y si aumentáramos la calidad, si cultivamos ese deseo para que la gente conozca la ópera y si cultivamos que las personas defiendan que ese género se haga, creo que el apoyo, las escuelas y los mejores maestros llegarán por consecuencia”, opina.
MÁS PROYECCIÓN. Eduardo Martínez observa que en la televisión, radio y en las calles de Roma existe publicidad para ver ópera, y en México falta esa proyección continua.
“Nos falta ser conscientes de lo que tenemos, de hacer algo rentable y apoyar más a los artistas. Tiene que haber una unión más fuerte de las instituciones porque hay producciones que son buenas y costosas pero vacías y no es porque la gente no quiera ir, es porque no sabe que hay ópera programada”, opina.
