Por sus enormes bondades, esta planta mexicana figura entre los 50 alimentos del futuro. Además, a medida que madura, ayuda en el control de la diabetes y depura toxinas, explica el profesor investigador del Laboratorio de Física en Alimentos Mario Rodríguez García, del Centro de Física Aplicada y Tecnología Aplicada (CFATA) de la UNAM.
Árbol sagrado presente en la multiculturalidad de México desde hace 20 mil años, según diversas fuentes, el nopal (Opuntia spp) es el cactus elevado al escudo patrio desde la mitología fundacional de esta nación, y también puesto en nuestra mesa como alimento imprescindible. Rige, además, la economía de muchos pueblos y comunidades indígenas, y reúne propiedades asombrosas para la salud, el arte, la conservación de los suelos y la biodiversidad.
Sin embargo, a mediados del siglo XVI, cuando los europeos invadieron estas tierras, azorados ante lo que aparecía ante sus ojos como un extraño vegetal, calificaron de “planta monstruosa” al árbol de cuyo tronco salían cladodios, nombre de las hojas suculentas del nopal, gruesas, anchas, espinadas, comestibles y en forma de raquetas y que, con el tiempo se supo, poseen extraordinarias cualidades, como una gruesa cutícula que impide la evapotranspiración y lo hace resistente a la sequía.
Domesticado por los antiguos mexicanos hace 9 mil años, junto con el maguey, el maíz y el frijol, el nopal fue el alimento principal de los grupos chichimecas, quienes lo llamaron nohpalli, voz náhuatl que se transformó en nopal a la llegada de los españoles.
Originarias de América, desde el sur de Canadá hasta la Patagonia, se sabe de 1,400 especies de cactos, 670 de los cuales viven en nuestro país, y 508 son endémicos del territorio mexicano, centro de la mayor diversidad de cactos del continente y, asimismo, centro de la diversidad de nopales.
De las aproximadamente 200 especies de nopales que existen, 101 viven en México. De las 93 del grupo Opuntia, 62 son endémicas del país, y de las ocho especies de Nopalea, seis son endémicas, según la botánica Leia Scheinvar, del Instituto de Biología de la UNAM.
Más allá de la biología, la presencia del nopal se manifiesta en las raíces culturales de este país, lo mismo en la alimentación que en la ganadería, el arte, la construcción, la ciencia y la estética, entre otras. La planta espinada impacta transversalmente a todos los mexicanos.
Por todo lo anterior y mucho más, en 2017 se propuso en la Cámara de Diputados proclamar el 18 de septiembre como Día Nacional del Nopal, habida cuenta de que la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad reconoce que en México existen entre 60 y 90 especies de Opuntia, y que es necesario impulsar la producción y el consumo de este cacto.
México produce anualmente más de 812 mil toneladas de nopal, y es el estado de Morelos líder en su cultivo. Se estima que el 90% de esta siembra corresponde al centro del país, y Estados Unidos es el principal destino de exportación, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, citados por la Gaceta del Senado.
Tanto las tunas -fruto del nopal- como las hojas o cladodios, poseen importantes propiedades nutritivas, entre las que destacan abundante fibra, mucílagos, pigmentos, minerales como calcio, potasio y magnesio, y vitamina C, entre otros.
Sus cualidades antioxidantes son muy apreciadas porque proporcionan buena salud y también son ingredientes para el diseño de nuevos alimentos. La pulpa de la fruta es más rica en vitamina C, mientras que los tallos contienen abundante fibra. Los pigmentos sólo se encuentran en la cáscara y la pulpa de las tunas. El nopal verdura, nopalito, contribuye con una alta proporción de agua a la dieta y es muy cotizado por su alto contenido de fibra, además es bajo en lípidos, hidratos de carbono y proteínas.
Científicos del Centro de Física Aplicada y Tecnología Aplicada, campus Juriquilla, suministraron durante seis meses nopal en polvo a un grupo de mujeres con osteopenia y demostraron el 100% de efectividad del nopal para combatir este problema de salud. Alrededor de 10 artículos científicos avalan el valor nutrimental y clínico de esta planta en el combate a la osteoporosis y ostopenia.
La cantidad de calcio que contiene la penca del nopal es comparable a la de la leche: tiene entre 4.000 y 5.000 miligramos, por cada 100 gramos. «Uno podría esperar que todos los nopales que son consumidos en México tienen un alto contenido de calcio, hay mucho por hacer, pocos recursos, pero es muy acertada la decisión de incluir al nopal”, dice el académico.
Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indican que en el mundo el 75% del suministro de alimentos proviene de 12 especies de plantas y cinco de animales, por lo que el Fondo Mundial para la Naturaleza, la empresa Knorr y expertos en nutrición, agricultura y sustentabilidad lanzaron la iniciativa “Los 50 Alimentos del Futuro» para diversificar la alimentación y mitigar una posible crisis, y entre los 17 que crecen en México están los nopales que, junto con el amaranto, destacan por sus múltiples propiedades y beneficios.
«Los dos son alimentos mexicanos y tienen propiedades muy especiales para la nutrición y para la industria, los dos son excelentes», dice la investigadora del área de alimentos y tecnologías emergentes de la UNAM, Elsa Gutiérrez Cortez.