El consumo de cannabis, principalmente fumando marihuana, aumenta el riesgo de sufrir un infarto de miocardio entre adultos de 18 a 44 años, revela un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Toronto, Canadá, el cual fue publicado por la revista médica Canadian Medical Association Journal.
Según los especialistas, la asociación entre los problemas cardiacos aumenta entre los consumidores más frecuentes de cannabis.
En los 33 mil 173 adultos jóvenes que estuvieron en el análisis, 4 mil 610 encuestados dijeron que consumieron cannabis recientemente. Además, los antecedentes de infarto de miocardio fueron más frecuentes entre los consumidores recientes de cannabis, en comparación con los que no la habían consumido.
«Los antecedentes de infarto de miocardio se asociaron con el consumo de cannabis de más de 4 veces al mes y con fumar como método principal de consumo», dice el estudio.
El estudio fue hecho de forma transversal, donde se usaron datos agrupados entre 2017 y 2018 en la encuesta del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo del Comportamiento Estadunidense de adultos de ese país.
Fumar cannabis fue el método primario de consumo más prevalente de quienes estuvieron en el estudio, con un 76.3 por ciento, en comparación a técnicas como con la vaporización, con 11.3 por ciento y otras formas de consumo, incluidos los comestibles, con un 12.4 por ciento.
Los análisis muestran que 61 de 4 mil 610 consumidores de cannabis (es decir, el 1.3 por ciento) y 240 de 28 mil 563 no consumidores (en referencia al 0.8 por ciento) informaron antecedentes de infarto de miocardio, lo cual muestra que en los consumidores el riesgo es casi del doble.
La relación entre el consumo reciente de cannabis y el infarto al miocardio fue similar en magnitud a las asociaciones con problemas cardiacos observados para el tabaquismo actual y el consumo actual de tabaco sin humo, según afirman el estudio.
«Después de una exposición aguda, el cannabis induce taquicardia dosis dependiente y, en algunos casos, disminución de la contractilidad ventricular, palpitaciones, fibrilación auricular y arritmia», dicen en los investigadores en la interpretación de datos.
Con esto, los expertos argumentan que una «exposición frecuente y sostenida al cannabis puede contribuir a un desajuste entre el suministro y la demanda de oxígeno del miocardio y, en el contexto de la disfunción miocárdica inducida por el cannabis y el deterioro coronario macrovascular o microvascular, puede actuar como un mecanismo potencial para el infarto de miocardio agudo».
«Además, se ha demostrado que la inhalación de humo de cannabis induce un aumento de casi cinco veces en las concentraciones de carboxihemoglobina (proteína creada por la unión de la hemoglobina con el monóxido de carbono en la sangre) y un aumento de tres veces en el alquitrán, en relación con la inhalación de humo de tabaco».