Los ahorros de 31 años de vida laboral de una familia fueron esfumados por una presunta desarrolladora de vivienda que ofreció “una oportunidad inigualable”, pero entrego problemas y fraudes como la mayoría.
Y es que actualmente, 7 de cada 10 procesos de compraventa inmobiliaria en este otrora bello Puerto de Acapulco, son fraudulentos, incumplidos, y dejan una ola de clientes abusados, robados, y timados.
Los presuntos agentes inmobiliarios aprovechan la intención de invertir que algunas personas buscan hacer para “asegurarse económicamente el futuro”.
En Acapulco han aparecido una gran cantidad de marcas que en menos de un mes inician la construcción de un aparente edificio de condominios, generando campañas de marketing con obras que son un gancho para atraer a quienes habrán de defraudar.
El procedimiento es implementar el tradicional departamento muestra, amueblarlo con piezas hechas a la medida, usar colores estimulantes que fomentan una compra muy emocional con la promesa de venta de un “precio inigualable”, de mayorista.
Estas figuras presuntamente inmobiliarias tientan a sus clientes con precios que no superan los 300 mil pesos por departamentos de 40 metros cuadrados o menos, en pleno Puerto de Acapulco, y los enganchan con la firma de contratos que suelen ser incumplidos.
El departamento prometido, y comprado, no es entregado y se inicia otro procedimiento para llevar al comprador a que acepte otro similar al que vio primero, pero en una ubicación y condiciones de edificación muy distintas.
La situación ha escalado a tal grado que en octubre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que intervendría para resolver una denuncia de fraude inmobiliario en 800 departamentos contra trabajadores, por un “influyente constructor”.
Crónica constató el procedimiento y la forma en que son “informadas” las personas compradoras, como la Sra. Vicky, que pidió omitir su apellido por temor a represalias de la constructora “Acapulco Paraíso”. Ella compró 5 departamentos, y su dinero ya no está.
31 años esfumados
“Compré unos departamentos con la constructora “Acapulco Paraíso”; ubicados en las calles de Aguascalientes, esquina con Puebla, Colonia Progreso; vimos los departamentos bonitos, y cuando estábamos en las pláticas con ellos, nos dijeron que podíamos comprarlos a precio de mayoreo, en 275 mil pesos”, relata.
Dice que “la oportunidad” la llevó a habilitarse como vendedora solidaria de la constructora.
“Fuimos pasando la voz, comentándole a los amigos, vecinos, y ellos fueron comprando, pero todo ha sido un fraude porque a la fecha desde que firmamos en 2019 antes de la pandemia, no nos han entregado ningún departamento”, se lamenta con voz entrecortada.
Explica que el compromiso firmado fue que les entregarían en diciembre de 2019 y constantemente les han cambiado la fecha, incluso negociando que destruyeran el contrato original firmado, y aceptando contraer un documento nuevo.
“Nos hicieron firmar un nuevo contrato porque supuestamente les clausuraron la obra con la cual nos entregarían los departamentos, y nosotros para no perder nuestro dinero, aceptamos firmar, y seguimos a la espera de que nos entreguen unos nuevos departamentos, pero con irregularidades, porque estarán más reducidos en los espacios, no hay donde colocar una estufa, un refrigerador, un clóset, y seguimos a la espera de alguna resolución”, detalla con hartazgo y enojo en su voz.
Se ingresó a los departamentos que se ofrecen como “oportunidades” y, en efecto, la distribución espacial supone todo un reto creativo para poder instalar una estufa en lo que llaman cocina, y un clóset, buró, base de cama, y una cómoda en lo que llaman recámara.
Con los muebles que sean instalados, la movilidad queda sumamente apretada, sin espacios para electrodomésticos, lámparas, u otro tipo de implementos que usualmente instalan las personas o familias en sus viviendas.
La señora Vicky comenta que otra irregularidad de la empresa “Acapulco Paraíso” es la promesa de entregarles departamentos en un noveno piso, pero el último informe que recibió es que el edificio ya no será de nueve pisos, sino que solo tendrá seis.
En el séptimo piso presuntamente habrá áreas comunes pero hasta este julio de 2022, no le han informado oficialmente que no le entregarán en el piso 9, ella se ha enterado gracias a un trabajador de la propia empresa que está en desacuerdo con lo que hacen.
“Acapulco Infierno”
Así, lo que parecía una gran oportunidad se convirtió en un gran problema porque la empresa “Acapulco Paraíso” incumplió presuntamente porque le clausuraron la obra que los clientes compraron.
Ahora ofrecen otros departamentos en una dirección diferente, y las soluciones habitacionales que entregarán son completamente distintas, con un diseño en el cual la distribución de los metros impide colocación correcta de mobiliario, han incumplido en construcción, tiempos y dimensiones.
La Sra. Vicky y su Familia quisieron aprovechar lo que parecía una “gran oportunidad”, el paraíso como promete el nombre comercial de la empresa, sin embargo muy pronto llegaron a la experiencia del infierno porque sus ahorros y esperanzas fueron quemados.
“Debido al precio económico que nos dieron y la oportunidad que no encontraríamos en ningún lado, compramos cinco departamentos, cuatro de mi familia y uno de mi Mamá, en el cual yo aparezco como responsable”, recuerda.
“Los departamentos los compramos con los ahorros de 31 años de trabajo, toda una vida laboral, que es el finiquito de mi marido; quisimos invertir ese dinero para tener un futuro asegurado, pero pues, ahora lo único que tenemos seguro es un fraude”, se lamenta.
¿Y qué le dicen actualmente en la empresa?, se le pregunta.
Pues hoy me dijeron informalmente que la construcción no fue autorizada para nueve pisos, que solo habrá hasta un sexto piso, y yo estoy de nuevo con unos contratos que nuevamente serán incumplidos pues se supone que compré, firmé, para el piso 9, explica.
“Desafortunadamente no sabemos qué pasará con este problema; el dinero sigue ahí invertido, pero yo no tengo hasta la fecha ningún beneficio a cambio de ese dinero, ninguna utilidad”.
¿Y quién le da la cara por parte de la empresa “Acapulco Paraíso”?
Un muchachito nada más, un vendedor hasta ahora, porque el Contador Artemio con el que firmamos el contrato en un principio, quien fue muy amable al principio hasta la firma, pero a la fecha ya no contesta el teléfono ni da la cara.
Fueron buenos para comprar, pero malos para entregar; ya pagué el 100 por ciento de los departamentos y no he podido recibir nada aún.
Durante la entrevista, otra compradora defraudada estuvo presente, aunque por miedo a peores experiencias omitió la entrevista, aunque aceptó entregar al reportero copia de los contratos firmados para que sea constatado el incumplimiento constante de la empresa.
7 de cada 10 son fraude
Entrevistado en el lugar del presunto fraude, el abogado que presta asesoría a las personas compradoras explicó que actualmente en Acapulco el 75 por ciento de las compraventas termina en fraude e incumplimientos graves de las constructoras.
El experto en procesos penales y administrativos de lo Familiar también pidió omitir su nombre por temor a perder la vida “pues actualmente en el sistema judicial de Guerrero no se sabe quién es quién y estos casos llevan muchos intereses detrás”.
Derivado de este caso de “Acapulco Paraíso”, sugirió a las personas que siempre se asesoren con una persona experta en la materia, para que antes de comprar un bien inmueble sepan cómo hacerlo, y eviten que les cometan fraude.
Las personas, explica, entran en un proceso muy emocional al adquirir un bien inmueble y la mayoría cree que sabe, pero la realidad es que desconocen y es precisamente de esa ignorancia que las constructoras se aprovechan para abusar del cliente e incumplir repetidamente.
¿Qué debe revisar la persona compradora en quien le está vendiendo?, se le pregunta.
“Que en el contrato vayan bien las cláusulas, que estén correctamente las direcciones de las partes y las oficinas, y si están vendiendo en Guerrero, solicitar que todos los documentos y direcciones sean en el estado y no en otras regiones como Monterrey, Tijuana, o Cancún, porque si alguien hace esto es un tipo de fraude porque están poniendo otro tipo de direcciones falsas”, detalla.
Señala que esto frecuentemente lo hacen para que cuando el cliente quiera demandar o recuperar su dinero, la persona defraudada tenga que realizar el gasto de irlos a buscar a Cancún o en Tijuana, si es que los encuentra.
Al no haber alguien que dé la cara legalmente, las personas aceptan lo que la constructora les plantea, o les impone, como la firma de nuevos contratos y la entrega de algo que no compraron.
El abogado comenta que por esto es “muy recomendable que el contrato donde tú vayas a comprar se haga y se asiente en la localidad de la transacción, evitando la imposición de una dirección fuera del estado, eso hoy es muy riesgoso”.
Dice que desgraciadamente 7 de cada 10 acciones de compraventa en Acapulco y Zihuatanejo, son fraudulentas, incluso con la complicidad de figuras tan relevantes como Notarios Públicos y funcionarios de gobierno.
Al reunir la cantidad necesaria para la compra o el enganche de una vivienda, el sentimiento de ilusión puede generar que nos precipitemos en comprar un inmueble sin antes tomar en cuenta varios aspectos, como la documentación y el valor de esta, la legalidad de la obra, las direcciones, y entonces nos exponemos a un fraude.
Algunos de los fraudes inmobiliarios más comunes en México son la documentación falsa o incompleta, propiedades inexistentes o la ausencia de contratos de compraventa, según el abogado experto.
“Yo he tenido unos clientes que vienen de fuera del estado, compran, pero habitualmente los nombres, las direcciones que les dan, el condominio, o la razón social no existe, y cuando la persona quiere demandar ya es muy tarde y difícil porque casi toda la información oficial de la empresa es incorrecta, no existe, o los nombres de los vendedores también son falsos, o no aparece el dueño ni un responsable”, señala.
Expertos de la Cámara Nacional de Desarrolladores de Vivienda (Canadevi) señalan que es fundamental tener asesoría sobre el tema legal, para no caer en estafas, pues a su consideración una compra bien informada se traduce en una mejor adquisición.
“Esto evita situaciones de fraude, vacíos legales, incumplimientos, e inconsistencias; al conocer estas nociones es posible entender mejor cuáles son los trámites, derechos, garantías y precios de un bien raíz”, comentaron.
“Contrato de humo”
El contrato que firmaron los compradores con la constructora es uno privado de promesa de compraventa, de acuerdo con lo que puede ser leído en el documento.
A lo largo de las 9 cuartillas que lo conforman, no se encuentra por ningún lugar a la empresa “Acapulco Paraíso”, aparece como nombre del condominio “Acapulco Tampico”; y está como “promitente (el que promete) vendedora” la señora María Estela González Ornelas.
De acuerdo con lo señalado en el documento, los tiempos de entrega de los departamentos, de marzo a diciembre de 2021, fueron nuevamente incumplidos, a pesar de que los compradores ya liquidaron los 275 mil pesos que costó cada vivienda.
El contrato estipula, eso sí, penas de 50 mil pesos al cliente comprador si este incumple su promesa de adquisición o falla en algún pago; pero para la constructora aparecen una serie de “facilidades” para ejecutar lo que considere pertinente.
Se intentó la comunicación con la constructora y, en efecto, nadie responde teléfonos, mensajes, ni existe ya una oficina formal que provea información; solo una persona de ventas es la que se ostenta como parte de la firma.
La Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), delegación Acapulco, omitió dar algún tipo de información sobre estos casos, a pesar de las reiteradas solicitudes de esta.
Sin embargo, datos formales de la AMPI revelan que los fraudes inmobiliarios generan anualmente un daño superior a 600 millones de pesos.
Parecería como si en este otrora bello Puerto que llegó a inspirar canciones e interpretaciones de Elvis Presley, Neil Diamond, y Juan Gabriel, alguna estela de silencio o peligro se hubiera extendido sobre la región, afectando los procesos inmobiliarios que justo por esta fecha en el año, se incrementan debido al movimiento de turistas.
Pero, sobre todo, al anhelo y esperanza de los trabajadores que buscan construirse un futuro mejor.