Busca CEAS certificar calidad de tratamiento de magaplanta

Con la puesta en marcha de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Noroeste, la Comisión Estatal y Agua y Saneamiento (CEAS) no solo busca evitar la descarga de aguas negras de Villahermosa a ríos, sino que sea certificada en calidad de tecnología y procesos para que destinar sus aguas a uso industrial o agrícola, e incluso, abrir laboratorios y el auditorio con el que cuenta a la investigación y formación académica.

En un recorrido que ofreció el director de ese organismo, Armando Padilla Herrera, la jefa de operaciones de la planta, Jésica Yesenia Hernández Méndez, explica que para el tratamiento de las aguas se usa un proceso ecológico de lagunas, donde estos cuerpos depuran el agua, luego de recibirlas y realizar una primera separación con biofiltros de sólidos en serie de tanques, que vierten hacia lo es una “rompedora”.

“Es una concentración de todos los cárcamos de la ciudad de Villahermosa, se concentra en lo que es el cárcamo Tabscoob, el cual nos envía y en este caso, estamos recibiendo una cantidad de 250 litros por segundo por una tubería de un diámetro de 36 pulgadas», explicó la funcionaria.

“Nos llega (el agua residual) a lo que es una caja rompedor, que es donde rompe la presión lo que es el agua y posteriormente, pasa lo que es los deserenadores y entonces, es en esta parte donde absorbe lo que es los sólidos más grandes, para así, posteriormente, distribuir a lo que es nuestro clarificador, y en este caso, los sólidos se suspenden (RECORTAR) y donde empieza el proceso de lo que es la desinfección y las bacterias empiezan a actuar, mediante nuestro proceso para ir tratando el agua residual”, describe la especialista de la CEAS.

La capacidad instalada de esta planta es de 750 litros por segundo y con posibilidad a expandirse a mil 050 y así sanear, el 70 por ciento, pero lograrlo se requiere de fases de prueba y un aumento gradual, en la medida que son conectados los cárcamos de Villahermosa.

“Ahorita estamos en un pre-arranque, estamos empezando, se está probando, como era una planta que no se echaba a andar, y entonces, estamos en ese proceso de estabilización, y entonces, y mi finalidad es que sea realmente la mejor planta del estado de Tabasco y mostrar que realmente puede ser y dar una calidad de agua, en base a lo que nuestras normas de calidad nos pide”, sostiene Hernández Méndez.

La jefa de operaciones de la planta expone que para obtener la depuración de acuerdo a las normas de la CEAS y de la SEMARNAT, el proceso de la Planta de Tratamiento Noroeste continúa hacia dos lagunas con espadañales, donde el agua circula por gravedad y en una primera de ellas, se quedan los sólidos de mayor tamaño, y en la otra, los residuos, hasta llegar a una última etapa, donde es pasada por rayos ultravioletas para limpiarla de bacterias.

Armando Padilla, director general de CEAS, destaca que sólo después de este proceso de tratamiento es que lo que era aguas negras, ahora depuradas, son vertidas al arroyo Pochitoque, que desemboca al Grijalva.

Yésica Hernández, recalca que luego de ese proceso, es posible presumir un agua que ya no está contaminada y que está en óptimas condiciones.

“(El agua) estará en óptimas condiciones, por qué, porque nuestra agua que estamos depositando ya no es una agua contaminada (RECORTAR), por qué, porque los microorganismos al pasar por el proceso de UV , los microorganismos se neutralizan, ya no tienen un crecimiento y entonces, el agua está dentro de nuestras normas, para así, ser depositadas en (¿) el río», refirió.

Decir “óptimas condiciones” es de acuerdo a Padillla Herrera, una calidad de agua que puede ser destinada para uso agrícola e industrial, por lo que, revela, la CEAS se encuentra en negociaciones para vender esta agua tratada a una primera empresa interesada.

Y para ello, destaca que para la CEAS es importante certificar esta planta sea certificada en cuanto al cumplimiento, tanto en normas estatales y federales, como en las de tipo internacional.

“Por eso, vamos a arrancar un proceso también de certificación para que desde su origen hasta el final del destino de la planta pueda certificarse con la Norma ISO-9001-2015, que sea un proceso que obviamente estamos entregando a la población de un agua libre de gérmenes y de bacterias e incluso, para uso industrial o uso agrícola”, comenta.

Padilla Herrera asegura que la operación de la planta, por ser por gravitación en la mayor parte del proceso, el consumo y costo de energía eléctrica en motores es mínimo, por lo que el costo de tratamiento del agua una vez procesada, es de menos de un peso por litro.

Sostiene además que el interés de la CEAS es que, una vez quede concluida la rehabilitación de laboratorios y del auditorio con el que cuenta de planta, sean estos espacios abiertos a estudiantes e investigadores para su formación académica.

«Este auditorio que aquí tengo la vista, ya nada más nos falta amueblarlo, ya nada más nos faltan las sillas para poder ser utilizado, para dar conferencias, para que venga un maestro de la Universidad, del Politécnico, del Golfo, del Politécnico, del Tecnológico de Villahermosa, de donde cualquier institución educativa y medioambiental pueden usarlo para dar conferencias. ¿Por qué? Porque el propósito de este edificio es que el laboratorio, que aquí está a mi derecha, es equipo de última generación, tecnológicamente hablando”, destaca Padilla Herrera.

En el laboratorio, Felipe de Jesús Marín Medina, auditor técnico de la CEAS, señala que es el lugar donde se miden y evalúan que el agua que es tratada cumpla con las normas y de ahí, según recalca, lo relevante que fue la inversión de dos millones de pesos para el instrumental y reactivos, como otros ocho millones de pesos para el equipo UV (rayos ultravioleta), como parte final de todo un proceso de depuración ecológico, en su mayor parte.

“Este proceso, es un proceso natural, tiene biofiltros y bioceldas. Ese proceso de descomponer la materia que está presente en el agua, se lleva a cabo por las bacterias, y entonces, a través de este equipo, podemos leer la demanda bioquímica de oxígeno, que es la cantidad de oxígeno que van a requerir las bacterias para descomponer la materia orgánica”, detalla.

El director de la CEAS asegura que al tener conocimiento el gobernador Carlos Manuel Merino Campos de estos avances de esta planta, le instruyó dar los primeros pasos para la certificación de los procesos de calidad, como del laboratorio.

“Es un equipamiento que nos permitirá procesar todas las plantas de tratamiento de aguas residuales del estado de Tabasco para ser analizadas aquí. Y de ahí, el propósito del Gobernador Merino para que certifiquemos, porque en el momento en que nosotros tengamos también laboratorio certificado por la EMA, cualquier prueba de análisis que aquí se haga va a tener un valor en cualquier lugar del mundo”, afirma el director de la CEAS.

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