En cuestión de tres años, el Hospital de Alta Especialidad en Traumatología Gustavo Rovirosa se convirtió en el pionero del sureste, en cirugías de mano de personas quienes por un accidente o agresión sufrieron el desprendimiento de esta extremidad.
El último paciente, José Ángel Alcudia Sánchez, un joven campesino de 20 años, originario de un poblado de Cárdenas, quien al ser agredido con un machete estuvo a punto de perder la mano.
Para Juan Antonio Torres Trejo, director general de Hospital Rovirosa, ésta última operación es la cuarta consecutiva y con éxito, y que además, afianza un protocolo con el que ahora Tabasco es puntero.
“Fue una cirugía que en los últimos tres años el hospital ha tenido esa posibilidad de poder intervenir en tiempo y en forma con el equipo multidisciplinario que cuenta este hospital. El hospital está recibiendo un promedio de entre 70 y 100 intervenciones por mes de osteosíntesis por el servicio de traumatología.
Se trata de una nueva etapa de este nosocomio, en el que cada vez más es posible por la suma de especialistas y de recursos, unir huesos con el apoyo de prótesis metálicas, cirugía que se conoce en la jerga médica, como osteosíntesis y por la cual, el Hospital Gustavo A. Rovirosa, desde inicios de la presente administración, a través del Insabi, aumentó el presupuesto mensual de un millón a 2.5 millones de pesos para diversas articulaciones.
Isaías Palomino Romero, jefe de servicio del área de traumatología, quien fue el líder de la intervención, explica todo lo que es el engrane del protocolo, en el que una primera parte del éxito radica en el tiempo que pasa del accidente a su llegada al Hospital General de Cárdenas y el del traslado al Hospital Rovirosa.
“En Cárdenas lo reciben (al paciente), estabilizan en la parte de sangrado hemodinámicamente, nos dan aviso y nos lo envían al hospital. Dentro de ese tiempo, nosotros empezamos- como dice el doctor- a activar todo un engranaje que ya se tiene en el hospital para ver que tengamos sala disponible, que tengamos el recurso, tanto el humano como todo, todo lo que no es humano”, explica.
Se trata de un protocolo en el que, según señala el traumatólogo, no sólo se involucra al área de administración para la disposición de quirófano, sino también para que en cuestión de horas de la madrugada, gestione con proveedores el suministro de prótesis y todo lo relacionado con la osteosíntesis, activar banco de sangre, alistar el área de rayos equis y los posibles medicamentos.
Y una vez listo todo ello, a las 9 de la mañana, menos de ocho horas después de ocurrida la agresión, todo un equipo interdisciplinario ingresa al joven al quirófano.
“Ya entramos a cirugía alrededor de las 09:00, en el cual tenemos que hacer estabilizar la parte ósea de primera instancia, posteriormente, hacer conexiones vasculares, la anastomosis de arteria radial y arteria cubital neurorrafia, que es la reconstrucción de los nervios de la mano. Los principales, es el mediano y el cubital y posteriormente, la reconstrucción de los tendones”, menciona el especialista.
El doctor Palomino estima que esta osteosíntesis de mamo cuesta tan sólo en material, 80 mil pesos, porque se requieren 48 mil pesos en tornillos y varias suturas de 2 milímetros de diámetro, que valen dos mil cada una, y si se considera hospitalización y honorarios profesionales en un hospital privado, unos 500 mil pesos, en total.
Sostiene que Tabasco es puntero en cirugías de mano en hospitales públicos del sureste, al contar con cinco especialistas, dos de ellos en el Hospital del Niño y el Hospital Rovirosa en tanto que estados como Chiapas, no se cuentan con ningún cirujano de este tipo, o Campeche, que solo tiene uno, pero en el ámbito privado, y en los mismos términos, Veracruz, que tiene aproximadamente cuatro en diferentes ciudades.
Palomino dice que el Hospital Rovirosa además ha logrado reducir el tiempo de la operación.
«De los cuatro casos que llevamos con éxito, cada vez hemos ido evolucionando más y viendo que qué partes nos faltaban entonces, de lo primero que duramos ocho horas, este último duramos aproximadamente cuatro horas de cirugía, entonces, acortamos el tiempo al mínimo, al tener ya todos los recursos disponibles y no esperar a que me traigan esto, que me traigan lo otro”, precisó.
Advierte que después de la operación, viene un periodo de observación, en el que la arteria que fue reconectada pudiera fallar, por lo que reingresaría el paciente al quirófano, y si todo sale bien, queda pendiente sólo darle seguimiento en consulta externa y rehabilitación.
Desde una de las camas del Hospital Rovirosa, en donde está a punto de ser dado de alta, José Ángel Alcudia Sánchez, confiesa que llegó pensar que perdería la mano, en medio de la emergencia en la que fue ingresado y del dolor que sufría.
“La verdad, me admiró, porque mi mano la traje, trozada, trozada; definitivamente, se podría decir que sólo colgaba de un pedacito de hueso y de carne. Yo pensé que no iba, no iba a sobrevivir”, recuerda.
Ahora a José Ángel se le ve tranquilo y con su mano recuperada, con ligeros movimientos y de buen color, por lo que después de la hazaña de cirugía que lograron los médicos, expresa el agradecimiento a ellos y al Hospital Rovirosa.
“Felicitarlos, porque sinceramente, realizan un trabajo excelente, la verdad, pues como le repito, pensé que mi mano no ya no iba, a que estuviera aquí, pues ahorita la verdad, sinceramente, pero pues gracias a Dios mi mano, pues es una nueva oportunidad, pues lo que los doctores y el personal de trabajo hicieron; me dieron una segunda oportunidad, se puede decir así, de salir allá afuera y pues que vea la gente que llega aquí, pues que sí los atienden”, expresa con satisfacción.
Textual:
“Sinceramente, cuando yo ingresé aquí, pues yo pensé que mi mano no iba a librarse, porque la verdad por el dolor y por la manera en que vi que llegó mi mano, que ya venía toda morada, pues y aparte se estaba poniendo negra entre sí. Pues, yo pensé que no la iba a liberar”: José Ángel Alcudia Sánchez.
Partida mensual que destina el Insabi para osteosíntesis de diversas articulaciones al Hospital Rovirosa: 2.5 millones de pesos.
Costo estimado de una osteosíntesis de mano en un hospital privado: 500 mil pesos.