Se estima que en nuestro país, poco más de siete mil personas viven con: Hipertensión Arterial Pulmonar (HAP) e Hipertensión Pulmonar Tromboembólica Crónica (HPTEC), ambas consideradas como enfermedades raras, progresivas, incapacitantes y potencialmente mortales, las cuales con facilidad suelen confundirse con otros padecimientos.
De ahí la importancia de que los médicos sepan diagnosticarlas a tiempo, ante algunos síntomas, aunque estos suelen ser inespecíficos y suelen confundirse con otros padecimientos respiratorios como falta de aire con el esfuerzo, manifestación que no debe desestimarse de que algo no anda bien en el individuo y considerar la visita a un especialista, ya que un adecuado diagnóstico, muchas veces demora en promedio hasta dos años en darse.
El doctor Tomás Pulido, cardioneumólogo y subdirector de investigación clínica del Instituto Nacional de Cardiología, precisó que en el caso de la hipertensión arterial pulmonar (HAP) los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón hasta los pulmones se endurecen y se estrechan.
Por lo que se refiere a la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC), trombos se adhieren a las paredes de las arterias obstruyendo el paso de la sangre, con lo que estas enfermedades pueden afectar a las personas de cualquier edad, con limitación física en sus actividades cotidianas incluidas las laborales, restándole independencia y pérdida de años de vida productiva.
En este contexto, adelantó que a fin de brindar certeza y bienestar a los pacientes mexicanos que viven con alguno de estos dos padecimientos pulmonares, en el marco del 13º Simposio Latinoamericano en HAP organizado por laboratorios BAYER, se presentará el Protocolo Técnico para el Tratamiento de la Hipertensión Pulmonar, primer y único documento médico en su tipo en Latinoamérica, que busca estandarizar y homologar la atención y el tratamiento de la enfermedad en todos los sistemas de salud públicos y privados del país.
Se destacó que este documento se representa un logro, después de 11 años de no actualizarse ninguna guía de tratamiento de HAP en México que esperaban médicos y pacientes, y coloca a México a la vanguardia mundial, al ser el primer y único documento en Latinoamérica que estandariza y homologa la atención médica en todas las instituciones de salud del país, a favor de los pacientes mexicanos tanto con HAP como con HPTEC, incluyendo por primera vez la atención pediátrica en un capítulo particular.
Ese documento va dirigido a médicos cardiólogos, neumólogos, internistas, pediatras, para orientarlos hacia un diagnóstico temprano y oportuno, al tratamiento y al seguimiento de los pacientes con la enfermedad tanto del grupo 1 HAP como del grupo 4 Hipertensión Pulmonar Tromboembólica Crónica (HPTEC), para que sin importar en que institución se atienda el paciente reciba el mismo tratamiento.
El pronóstico de salud en un paciente con Hipertensión Pulmonar es significativamente diferente al contar con tratamientos específicos, puede alcanzar una sobrevida de hasta 90% los primeros dos años de iniciar su administración, sin tratamiento disminuye en promedio 40% a dos años su calidad de vida destacó el cardioneumólogo.
La doctora Nayeli Zayas Hernández, médico intensivista con especialidad en Fisiología Pulmonar del Instituto Nacional Cardiología señaló que en las ventajas del citado protocolo están terapias innovadoras e intervenciones quirúrgicas, tanto de diagnóstico y tratamiento, que se encuentran apegadas a los más novedosos estándares y guías internacionales, incluyendo los medicamentos recientemente incluidos en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud, para su aplicabilidad en el Sistema Nacional de Salud, para toda la población sin importar su derechohabiencia.
Explicó que el tratamiento de los pacientes con HAP y HPTEC contempla actividad física y rehabilitación supervisada, embarazo, anticoncepción, terapia hormonal posmenopáusica, cirugía electiva, prevención de infecciones, apoyo psicosocial, adherencia a los tratamientos, asesoramiento genético y desplazamientos, así como terapia de apoyo con anticoagulantes orales, diuréticos, O2, digoxina y la derivación del paciente a un centro especializado.
En una segunda fase se prescriben tratamiento inicial con fármacos aprobados para ambos padecimientos con base en el riesgo pronóstico del paciente, el grado de recomendación y el nivel de evidencia de cada componente individual o de la combinación de componentes.
El tercer paso tiene relación con la respuesta al tratamiento inicial; si la respuesta es inadecuada, se propone la combinación de fármacos aprobados, a veces incluso cambio de medicamentos de la terapia inicial y finalmente en etapas avanzadas el trasplante pulmonar.