Al asegurar que la violencia de género es una realidad que lastima los derechos de las mujeres en Tabasco, la directora del Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), Nelly Vargas Pérez, llamó a unir esfuerzos en la lucha por la transformación a una sociedad sostenida por los principios de igualdad y respeto que merecen las niñas y mujeres.
En el respectivo círculo de reflexión que el instituto ofrece todos los días para combatir cualquier tipo de violencia contra las mujeres, agradeció la participación de los expertos en los diferentes temas que se abordan cotidianamente, porque a través de sus conocimientos brindan las herramientas necesarias para continuar con esa vital encomienda.
En el marco del mes rosa y el Día Internacional de la lucha contra el cáncer, este martes se presentó el tema “Cáncer de mama y las emociones”, a cargo de la psicóloga Joana Sánchez Almaraz, colaboradora de atención a víctimas del propio instituto.
La especialista inició su charla diciendo que la palabra cáncer es muy fuerte, porque cuando a una mujer se le diagnóstica un cáncer de mama, inmediatamente cambia su vida porque lo asocia con la muerte, aunque aclaró que cuando se detecta a tiempo o en una temprana etapa, igual que el cervico-uterino, se puede sanar.
“El diagnóstico de un cáncer de mama es un golpe tan importante que provoca cambios en todas las áreas de la vida, obligando a dejar el proyecto vital y a hacer cosas que no estaban planeadas, como ir a múltiples médicos, pruebas y tratamientos, que colocan a la persona en una situación de incertidumbre, inseguridad y sensación de pérdida de control”, aseguró.
Dijo que todas las emociones que aparecen ante un diagnóstico de cáncer de mama, se entienden como una reacción emocional adaptativa.
«Esas emociones ayudan a asimilar el diagnóstico y darnos cuenta de qué es lo que necesitamos», apuntó.
Mencionó que el cáncer de mama, además, tiene un impacto en la propia identidad, el auto concepto y la autoestima, por los cambios que genera en la imagen corporal, afectando además al rol femenino, social, maternal, y sexual, que ocasiona diferentes emociones y puede generar alteraciones en las relaciones sociales.
Sánchez Almaraz compartió una experiencia personal, pues cuando el instituto la invitó a ofrecer este tema, le costó un poco de trabajo asimilarlo, ya que hace pocos meses su padre perdió la batalla contra el cáncer, por lo que sus emociones volvieron a surgir.
Estableció que, ante un diagnóstico de cáncer de mama, es normal sentir confusión, angustia, evitación y sorprendente calma, tristeza, sensación de que no es real y enfado.
Ante el tratamiento, apuntó, se siente ansiedad, indecisión, preocupación y apatía relacionada con el estado físico.
“Al finalizar el tratamiento, se puede sentir desánimo, enfado, e inseguridad por haber estado yendo a tantas citas médicas y que ahora no me tengan tan controlada, así como sensación de un bajón físico, por haber estado todo el periodo en el esfuerzo y en la lucha activa, y sensación de que se está peor ahora que durante el proceso médico”, detalló.
La psicóloga de profesión opinó que se pide ayuda a un profesional cuando la intensidad, frecuencia y duración de los episodios son excesivos.
Subrayó que normalmente un psicólogo ofrece técnicas para el manejo de emociones negativas; que haya comunicación entre familiares, paciente y personal médico; que se acepte y se busquen soluciones ante la enfermedad y los cambios en la imagen corporal; además de ayudar a mantener o recuperar la calidad de vida.
Joana Sánchez Almaraz concluyó su colaboración con una frase: “no tengas miedo de tus miedos. No están ahí para asustar. Están ahí para hacerte saber que algo vale la pena”.