Promotores de la campaña nacional Sin Maíz No Hay País hicieron un llamado al panel de negociación mexicano del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) a insistir en la necesaria protección de la biodiversidad de los tipos de maíz nacionales, ya que se dan las herramientas para su conservación, y agregó que desde hace 20 años se ha comprobado científicamente el riesgo que implica la liberación del grano transgénico en su lugar de origen y diversificación.
Indicaron que es urgente y necesario proteger al maíz mexicano a partir del principio precautorio, con respeto a convenios internacionales, las leyes mexicanas y el capítulo 24 del T-MEC, en un manifiesto ante la posible controversia sobre la importación de grano transgénico.
Señalaron que la insistencia de Estados Unidos de que México demuestre los daños a la salud del maíz genéticamente modificado se da a pesar de que cada vez hay mayores evidencias científicas. «Ese gobierno y las trasnacionales han negado por años las repercusiones en la salud que tienen estos maíces, privilegiando sus intereses mercantiles».
Precisaron que el maíz se domesticó en México hace más de 7 mil años y es actualmente el reservorio genético más grande en el mundo. Aquí se encuentran al menos 60 razas de maíz nativo y miles de variedades en riesgo por la presencia de maíces transgénicos, por lo que consideraron que ese debe ser el argumento central de México.
El T-MEC tiene elementos para su defensa, como el artículo 24 «que reconoce el derecho soberano de cada parte a establecer sus propios niveles de protección ambiental y sus propias prioridades ambientales, así como a establecer, adoptar, o modificar sus leyes y políticas ambientales consecuentemente».