Parteras tradicionales tuvieron papel importante durante la pandemia por COVID-19

“De hecho, hay parteras que ya habían dejado de trabajar y que se tuvieron que reactivar en este momento de la pandemia. ¿Por qué digo que han dejado de trabajar? No es por gusto sino porque también ya se cansaron de tanto que nos persiguen, porque las amenazan, porque las maltratan, porque no las reconocen, porque ya no les dan el certificado de nacimiento. Por eso también las parteras ya no atendían. Pero justo con esto de la pandemia se reactivaron, empezaron a atender partos porque no había otra opción… tenían que atender porque las mujeres seguían atendiéndose con parteras y otro porque se cerraron algunos Centros de Salud, algunos hospitales”.

Vocera del Movimiento Nix Ichim, San Cristóbal de la Casas, octubre de 2021.

Según el INEGI, ocurrieron 1,891,388 nacimientos en México durante 2022, la gran mayoría en los hospitales, pero algunos también en casas de las mujeres o centros de nacimiento acompañados de parteras, familiares, doulas u otras personas cercanas.

La pandemia de COVID-19 trastocó nuestra sociedad en múltiples sentidos, incluyendo las formas y espacios para nacer. También nos permitió observar que muchas parteras se convirtieron en la primera línea de atención a los procesos reproductivos en una gran cantidad de comunidades y municipios en México. Los datos oficiales no dejan lugar a dudas, como tampoco el diagnóstico sobre la partería tradicional indígena en México, desarrollada por el CIESAS-Pacífico Sur en 2021 y 2022. Esta investigación nos permitió entrevistar a más de 250 parteras de 13 pueblos indígenas, en seis entidades federativas.

Las parteras durante la pandemia: presencias evidentes pero invisibilizadas

El diagnóstico evidenció que la búsqueda de atención con parteras tradicionales se incrementó en todo el país en 2020 y 2021, los años más difíciles de la pandemia. Los datos del Subsistema de Atención de Nacimientos (SINAC) de la Secretaría de Salud, así lo muestran:

Gráfica 1. Número de partos atendidos por parteras en México (2015-2022)

Fuente: Elaboración propia con base en datos SINAC, 2015-2022.

En términos porcentuales, las parteras pasaron de 1.3% de partos atendidos en todo el país hasta 2019, a 1.9% en 2020. En Chiapas, las parteras tradicionales de la red Nix Ichim duplicaron su atención, respondiendo a las demandas de la población y el INEGI señala que, en dicho estado, las parteras atendieron 47% de los nacimientos registrados de 2020.

Aunque estos datos presentan subregistro, muestran la importancia de las parteras para las personas de sus comunidades y entornos. Además de los nacimientos, atendieron a mujeres durante el embarazo y el puerperio y a otras personas que acudían en busca de atención frente a casos leves y moderados de COVID; o que procuraban la herbolaria como medida de prevención o recuperación. La investigación mostró que incluso otros miembros de sus familias se convirtieron en apoyo para la atención. Igual lo muestran otros estudios sobre partería, tanto en contextos rurales, como urbanos.

Las razones de este aumento en la atención son múltiples. En primer lugar, el cierre o reducción de varios hospitales y de sus servicios obstétricos; en segundo, el temor de las mujeres a acudir a unidades de salud ante la posibilidad de un mayor riesgo de contagio; en tercero, la propia crisis del sector salud debido a la pandemia y a sus transformaciones estructurales, incluyendo el paso de Seguro Popular al INSABI y posteriormente al IMSS-Bienestar. Esto generó incertidumbre, despidos de personal, cambios en las formas de asignación de recursos para salud materna y mayor dificultad de seguimiento a lo que sucedía en campo en las unidades de salud.

Por otra parte, la previa desaparición de los programas de transferencia condicionadas —como Prospera— que implicaban la obligación de las embarazadas a asistir al control prenatal mensualmente, generó una mayor libertad de decisión de las mujeres con quién atenderse durante sus embarazos y partos, incluyendo a las parteras.

Por supuesto dicho incremento también fue posible gracias a la presencia de las parteras en múltiples regiones del país y la labor de cuidado que realizan; las preferencias de algunas mujeres por estas curadoras (especialmente las de mayor edad o quienes ya habían experimentado un parto con ellas); así como el trabajo de promoción, visibilización y defensa que varias organizaciones de parteras habían emprendido previamente.

Un tiempo de “excepcionalidad” que se diluye para regresar al orden establecido

Todos estos procesos y factores confluyeron en ese momento de la pandemia abriendo un tiempo de “relajamiento” en las medidas de seguimiento y control por parte del sector salud, tanto a las gestantes como a las parteras. Ante la imposibilidad de atender los partos, de seguir a las mujeres durante el embarazo y de ir construyendo una ruta de atención biomédica; o ante las dificultades de regular y controlar a las parteras, de saber siquiera qué había pasado con ellas en esos meses, se fue construyendo un momento particular y acotado de ruptura temporal del orden establecido o de debilitamiento de los mecanismos cotidianos de control.

La pandemia se constituyó en un momento de excepcionalidad el cual abrió la puerta para una mayor flexibilidad en las medidas de control por parte del sector salud. Ello, sumado a la presencia de las parteras en muchas regiones del país y a los temores de las mujeres a acudir a unidades de salud por miedo al contagio, construyó este momento particular en el cual hubo un cambio en las tendencias sobre dónde y con quién dar a luz.

Sin embargo, lo que observamos en 2022 y en 2023, una vez pasada la crisis, fue un regreso a la hegemonía biomédica de la atención obstétrica y una reactivación de los mecanismos de control, tanto a mujeres como a parteras, mediante diversos mecanismos que incluyen los llamados directos, el condicionamiento en la entrega de los certificados de nacimiento, las presiones para que canalicen las mujeres a los hospitales o la abierta prohibición de atender partos que encontramos en algunos lugares. Frente a ellos surge la pregunta: Si la partería ha mostrado su importancia en la atención materna lo cual se evidenció aún más en tiempos de crisis pandémica, ¿por qué se regresa sin más a un modelo que no las considera y desconoce derechos, tanto de las parteras para desarrollar su labor, como de las mujeres a decidir con quiénes quieren atenderse?

Creemos que ello es posibilitado en parte por una política de ambigüedad respecto a la partería, mediante la cual se reconoce su derecho a existir pero no necesariamente se generan las condiciones concretas para que ello ocurra. Al tener una política ambivalente respecto a la partería, el sector salud puede adoptar una modalidad discrecional con respecto a estas curadoras permitiendo, promoviendo o restringiendo su accionar en función de las necesidades concretas y el momento específico. De este modo se cuenta con un recurso disponible y útil para la implementación de sus propias necesidades como la expansión de cobertura en los años ochenta del siglo XX; de promoción de prácticas preventivas o curativas que se consideró necesario difundir entre la población; o de atención en casos de emergencia, como ocurrió recientemente con el virus SARS-COV-2.

Por otra parte, mantener esta ambigüedad deja un margen amplio de acción para que sean los implementadores quienes finalmente decidan la operativización de dicha política de acuerdo con sus propias inclinaciones o necesidades. Esta discrecionalidad permite comprender la diversidad de comportamientos del sector salud en cada estado respecto a las parteras, construyendo restricciones locales específicas o, por el contrario, posibilitando su actuar cuando hay una buena relación o un mediano reconocimiento.

Estos márgenes de indeterminación preexistían a la pandemia y posibilitaron los momentos de excepcionalidad o de ruptura que a su vez hicieron posible esta flexibilización de los mecanismos de control, y un mayor margen de acción a las parteras y las mujeres. La pandemia fue un tiempo de excepción en el que muchas de las acciones de prevención, atención y recuperación fueron realizadas por los propios sujetos sociales, sin la participación del sector salud. Ello incluye también la atención obstétrica y el papel protagónico de actores invisibilizados o subordinados.

¿Qué lecciones nos deja este momento para revalorar formas alternativas de atención que han mostrado ser efectivas y altamente resolutivas, pero siguen siendo subalternizadas? La experiencia de la pandemia permitió reconocer el valioso papel y la vigencia de la partería como sostenedoras de la vida en muy diversos lugares. Al mismo tiempo, nos alerta sobre la desaparición de muchas parteras y de sus saberes, e igualmente, sobre la fragilidad de plantear un modelo de atención donde la partería no tenga lugar o sea objeto de hostigamiento y falta de apoyo por un sistema institucional de salud precario, especialmente en el primer nivel de atención.

Chávez-Courtois, Mayra, Irma Romero Pérez y Viviana Negrete Martínez

(2022). La partería, una acción perinatal emergente en tiempos de COVID-19, Revista CONAMED, 27(1):36-40.

INEGI (2021). Características de los nacimientos registrados en México durante 2020. Comunicado de prensa núm. 535/21, 23 septiembre 2021, México: INEGI. Disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/EstSociodemo/NamtosRegistrados2020.pdf

Sesia, Paola y Lina Berrio (2021). Situación actual de la partería indígena en México, 2021. Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Oaxaca: Agrafik/CIESAS-Pacífico Sur. Disponible en: https://pacificosur.ciesas.edu.mx/parircondignidad/

Vázquez Marín, Yaredh y Gail Mummert Fulmer (2022). Recalibrando vulnerabilidad y riesgo: atención en la pandemia para mujeres parturientas en México, en: Plural. Antropologías desde América Latina y del Caribe (10):191-216.

. Este artículo deriva de la investigación “Situación actual de la partería indígena en México, 2021-22”, coordinada por Paola Sesia y Lina Berrio y apoyada por el Pronaces Salud del Conahcyt (proyecto 321319). Para mayor información, véase: https://pacificosur.ciesas.edu.mx/parircondignidad/

* Profesoras-investigadoras del CIESAS Pacífico Sur

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