Además de su vínculo con la obesidad, la diabetes y los problemas cardiovasculares en la población mexicana, las bebidas endulzadas –como los refrescos– también aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama, señala un estudio de investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
De acuerdo con el estudio y como lo previene su título “Consumo de bebidas azucaradas y cáncer de mama en mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas”, la incidencia de desarrollar esta enfermedad se incrementa en mujeres que atraviesan por la menopausia.
La investigación publicada en “Cancer epidemiology, biomarkers and prevention” llevó a cabo un estudio multicéntrico de casos y controles que se realizó en la Ciudad de México, Monterrey y Veracruz, en el que todas las participantes eran mujeres premenopáusicas y posmenopáusicas de entre 35 y 69 años; se analizaron mil casos y mil 74 controles.
“Todas las participantes eran mujeres pre o posmenopáusicas de entre 35 y 69 años. La dieta antes de la aparición de los síntomas se evaluó mediante un cuestionario de frecuencia de alimentos. Realizamos un análisis de regresión logística condicional ajustado multivariable estratificado por estado menopáusico”, señala el artículo.
De acuerdo con los hallazgos de la investigación, las mujeres premenopáusicas que tuvieron mayor probabilidad de tener cáncer de mama fueron aquellas que bebieron una o más porciones de refrescos por día (1.78 veces), que corresponde casi al doble del riesgo de aquellas que bebieron una o menos porciones al mes.
A su vez, para las mujeres posmenopáusicas, el modelo correspondiente no fue “estadísticamente significativo”, agrega la publicación. “También observamos un mayor consumo de bebidas azucaradas entre mujeres premenopáusicas que posmenopáusicas (23,3% y 17,4%, respectivamente)”.
El estudio enfatiza que estos resultados y dado el alto consumo de bebidas endulzadas en México, sus resultados pueden ser base para la elaboración de políticas públicas que desincentiven el consumo de éstas.
Para las autoras, este estudio muestra evidencia sobre la importancia de reducir o evitar el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, además de tener hábitos saludables como realizar actividad física, llevar una alimentación saludable, evitar el sobrepeso… Por otra parte, se recomienda que las mujeres se autoexploren a partir de los 20 años, se realicen exámenes clínicos por personal de salud regulares a partir de los 25 años y se sometan a mastografías periódicas, especialmente a partir de los 40 años.
PESADILLA DULCE.
Por otra parte, en un comunicado del INSP, la institución recuerda que se ha documentado que el consumo de refrescos aumenta el riesgo de cáncer de mama debido, en parte, a que promueve el aumento de peso, lo que se relaciona con la resistencia a la insulina y la diabetes de tipo 2.
“La insulina puede incrementar el riesgo de cáncer de mama estimulando la proliferación celular e impidiendo el proceso natural de apoptosis o muerte celular. Además, el colorante de caramelo utilizado en las bebidas azucaradas tipo Coca-Cola, producido con compuestos de amonio, puede resultar en una mayor concentración de 4-metilimidazol, el cual es considerado un compuesto carcinogénico”.
De acuerdo con la evidencia internacional actual, agrega, el consumo de azúcar de forma excesiva potencia la proliferación celular, daños en el ADN y aumenta la inflamación. Estos efectos se relacionan con el desarrollo de distintos tipos de cáncer. En el caso de las mujeres se ha asociado con el porcentaje de densidad mamaria, un factor que aumenta el riesgo de cáncer de mama. Además, se asocia con diversas enfermedades como sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedad cardiovascular, hígado graso, caries, entre otras.
“En las últimas 2 décadas, se ha producido un incremento en las ventas de bebidas azucaradas en México; convirtiendo a la población mexicana en una de las principales consumidoras de refrescos a nivel mundial”.
MUERTE POR REFRESCO.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de México (ENSANUT) 2012, los azúcares añadidos contribuyeron con el 13% de la ingesta total de energía, de los cuales, el consumo de bebidas azucaradas representó el 69% del total de azúcares añadidos.
En México, 40 mil 842 muertes se relacionan con el consumo de refrescos, bebidas azucaradas o endulzadas con edulcorantes, de acuerdo con el estudio “Mortality attributable to sugar sweetened beverages consumption in Mexico: an update”, publicado en “International Journal of Obesity” el 2019.