La Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió el 26 de marzo de 2025 una alerta epidemiológica debido al aumento sostenido de casos de fiebre amarilla en Sudamérica, con especial impacto en Brasil, Colombia, Perú y Bolivia.
El resurgimiento de esta enfermedad viral, que se creía parcialmente controlada en algunas zonas, preocupa por su expansión a regiones urbanas y rurales de alta densidad poblacional.
¿Qué es la fiebre amarilla?
La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda y potencialmente mortal, transmitida por la picadura de mosquitos infectados de los géneros Aedes aegypti y Haemagogus. El virus afecta principalmente al hígado y puede causar daño multiorgánico en los casos más severos.
Síntomas más comunes:
Fiebre alta de aparición repentina
Dolor de cabeza y muscular (en especial en la espalda)
Náuseas, vómitos, fatiga extrema
Ictericia (color amarillento en piel y ojos)
Hemorragias y falla hepática en formas graves
¿Cómo se transmite?
El virus no se transmite directamente entre personas. La infección ocurre únicamente mediante la picadura de mosquitos infectados, los cuales pueden adquirir el virus al alimentarse de humanos o animales infectados (principalmente monos en zonas selváticas).
Situación actual en Sudamérica
Brasil: En 2024 se reportaron 61 casos y 30 muertes. En los primeros meses de 2025 ya se han confirmado 17 nuevos casos. La propagación se ha extendido desde zonas amazónicas hacia áreas urbanas como São Paulo.
Colombia: El departamento del Tolima es epicentro de un brote con 74 casos confirmados y 32 muertes. El gobierno ha declarado emergencia sanitaria y económica, implementando una campaña nacional de vacunación.
Perú: Se confirmó al menos un caso fatal en 2025. El Ministerio de Salud ha intensificado campañas de vacunación en zonas selváticas y rurales del país.
Bolivia: Desde 2022 se han registrado 20 casos con una letalidad del 50 %. La OPS ha manifestado preocupación por la baja cobertura vacunal y el riesgo de expansión.
¿Quiénes pueden vacunarse?
La vacuna contra la fiebre amarilla es altamente eficaz. Se administra en una única dosis y otorga inmunidad de por vida. Está indicada para:
Personas mayores de 9 meses
Viajeros a zonas de riesgo
Residentes en regiones endémicas
Personal sanitario y brigadas móviles en campo
No deben vacunarse:
Bebés menores de 6 meses
Personas con alergia severa al huevo
Pacientes inmunocomprometidos (por tratamientos oncológicos, trasplantes o VIH no controlado)
Adultos mayores de 60 años (requiere evaluación médica)
Mujeres embarazadas (excepto en situaciones de alto riesgo, con indicación médica)
Medidas de prevención para personas no vacunadas
Aquellos que no pueden recibir la vacuna deben seguir rigurosamente medidas de protección personal:
Usar repelentes aprobados con ingredientes activos como DEET, IR3535 o picaridina
Vestir ropa de manga larga y colores claros que cubra brazos y piernas
Dormir en lugares con mosquiteros tratados con insecticida o habitaciones cerradas con mallas
Evitar zonas selváticas o rurales durante brotes activos
Reducir la exposición al aire libre durante las horas de mayor actividad de los mosquitos (al amanecer y al atardecer)
Recomendaciones para viajeros
Tanto la OPS como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos han clasificado a Perú, Colombia, Brasil y Bolivia en el Nivel 2 (Alerta: práctica reforzada de precauciones) de sus Travel Health Notices por fiebre amarilla.
Esto significa que los viajeros deben:
Vacunarse al menos 10 días antes del viaje a cualquiera de estos países
Portar el certificado internacional de vacunación contra la fiebre amarilla
Aplicar rigurosamente medidas de protección contra mosquitos, incluso estando vacunados
Consultar con su médico en caso de pertenecer a grupos no vacunables
Para consultar los avisos actualizados, visite:https://wwwnc.cdc.gov/travel/notices
El resurgimiento de la fiebre amarilla en Sudamérica representa un serio desafío para la salud pública regional. Aunque se dispone de una vacuna efectiva, la baja cobertura vacunal, la expansión territorial del virus y el cambio climático aumentan el riesgo de brotes severos. La prevención, la vacunación oportuna y la cooperación internacional son esenciales para contener esta amenaza.