La hipertensión arterial es una de las principales enfermedades crónicas a nivel mundial, y constituye un factor de riesgo importante para desarrollar complicaciones graves como infartos, insuficiencia renal y accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, adoptar ciertos estilos de vida saludables puede reducir significativamente el riesgo de padecerla.
¿Qué es la hipertensión arterial?
La hipertensión, también conocida como presión arterial alta, es una condición en la que la presión de la sangre en las arterias se mantiene constantemente elevada, lo que pone una gran presión en el corazón y los vasos sanguíneos. Esta enfermedad es conocida como “el asesino silencioso”, ya que, en la mayoría de los casos, no presenta síntomas evidentes y las personas pueden vivir con ella sin saberlo.
Causas de la hipertensión
El aumento de la presión arterial puede estar relacionado con una serie de factores de riesgo. Entre los más comunes se encuentran:
Sobrepeso y obesidad: El exceso de peso aumenta la carga sobre el corazón y los vasos sanguíneos.
Mala alimentación: Dietas altas en sal, grasas saturadas y calorías favorecen el desarrollo de hipertensión.
Consumo de alcohol y tabaco: Ambos hábitos aumentan la presión arterial y dañan los vasos sanguíneos.
Sedentarismo: La falta de actividad física contribuye al aumento de peso y al deterioro de la salud cardiovascular.
Factores genéticos: La predisposición genética también juega un papel importante en la aparición de la enfermedad.
Prevención: Estilos de vida saludables
El jefe del Área de Hemodinámica y Cardiología Intervencionista del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, Javier González Maciel, , enfatiza que la hipertensión es prevenible y controlable. Adoptar hábitos saludables puede marcar una gran diferencia en la prevención de esta enfermedad. Algunas de las recomendaciones son:
Mantener una dieta balanceada: Reducir el consumo de sal, grasas saturadas y alimentos procesados. Optar por una alimentación rica en frutas, verduras, y productos bajos en sodio.
Ejercicio regular: Realizar actividad física de forma constante, al menos 30 minutos al día, para mantener un peso saludable y fortalecer el sistema cardiovascular.
Control del peso corporal: Mantener un peso adecuado puede ayudar a reducir la presión arterial.
Evitar el consumo de alcohol y tabaco: Limitar o eliminar estas sustancias de la vida cotidiana es crucial para la salud del corazón y los vasos sanguíneos.
Monitoreo regular de la presión arterial: Realizar chequeos periódicos para detectar posibles alteraciones en los niveles de presión arterial.
La Secretaría de Salud, como parte de su compromiso con la prevención de enfermedades crónicas, ha desarrollado el Protocolo Nacional de Atención Médica (PRONAM) para la Hipertensión Arterial Sistémica. Este protocolo busca fortalecer la atención en el primer nivel médico, promoviendo un enfoque integral que prioriza la detección oportuna, el control continuo y, sobre todo, la educación en estilos de vida saludables como pilar fundamental para reducir la incidencia de la hipertensión en la población.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión, conmemorado cada 17 de mayo por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Secretaría de Salud hace un llamado a la población, especialmente a los adultos mayores de 40 años, a acudir a sus unidades médicas para realizarse revisiones periódicas de la presión arterial y prevenir complicaciones graves como los infartos o los accidentes cerebrovasculares.