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No todas las manchas en la piel son inofensivas. Algunas pueden ser señales tempranas de melanoma, un tipo agresivo de cáncer de piel que, si no se detecta a tiempo, puede poner en riesgo la vida. Aunque suele presentarse en personas mayores de 35 años, afecta también a jóvenes y a quienes creen que por tener piel morena están fuera de peligro.
¿Quiénes tienen mayor riesgo?
La especialista en dermatología del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, Judith Domínguez Cherit, advierte que existen varios factores de riesgo para desarrollar melanoma:
Piel muy blanca
Presencia de múltiples lunares
Antecedentes familiares de melanoma
Exposición frecuente o intensa al sol, especialmente con quemaduras que generan ampollas
Incluso las personas con piel morena pueden desarrollarlo, especialmente si se exponen de forma excesiva al sol.
Melanoma acral
En las personas mestizas o con piel más oscura, el tipo más frecuente es el melanoma acral, que aparece en las palmas de las manos, plantas de los pies y uñas.
En palmas y plantas se manifiesta como manchas oscuras que parecen suciedad.
En las uñas, puede aparecer una línea negra vertical, que puede permanecer durante años.
En 50% de los casos en uñas o plantas, hay antecedentes de un trauma, como un machucón o una espina.
¿Cómo identificar el melanoma?
Este tipo de cáncer suele aparecer como:
Una mancha oscura que se expande
Una peca que crece rápidamente, de forma asimétrica, con bordes irregulares y tonos variados (negro, café)
Una bola que sangra en etapas avanzadas
¿Qué hacer ante una mancha sospechosa?
La especialista recomienda que ante cualquier mancha oscura nueva o que no desaparece al lavar con agua y jabón, se acuda de inmediato al dermatólogo. No deben usarse productos milagro, ya que sólo retrasan el tratamiento y complican la enfermedad.
“La detección oportuna permite la curación. Si se deja avanzar, el melanoma puede diseminarse a los ganglios u otros órganos y ser mortal”, alertó la doctora Domínguez.
Consejos para la prevención
Usar protector solar al ir a la playa o centros vacacionales.
Evitar la exposición directa al sol entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Tomar fotos de los lunares en el pecho, espalda, brazos y piernas, y llevarlas a la consulta dermatológica cada seis meses o un año.
Vigilar cualquier nuevo lunar después de los 30 años, ya que en esa edad normalmente dejan de aparecer.
