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En el marco del Día Nacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, la Secretaría de Salud, a través del Hospital Juárez Centro, hace un llamado a la población para detectar de forma temprana estas alteraciones, caracterizadas por una distorsión en la imagen corporal y patrones alimentarios dañinos que pueden poner en riesgo la vida.
Aunque pueden presentarse en personas de cualquier edad, género o grupo étnico, los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son más comunes en adolescentes y adultos jóvenes, con una mayor prevalencia en mujeres. Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut 2022), el 1.6% de las adolescentes mexicanas presentan algún tipo de TCA.
Trastornos reconocidos
Entre los trastornos alimentarios más conocidos se encuentran:
Anorexia nerviosa
Bulimia nerviosa
Trastorno por atracón
Ortorexia (obsesión por comer “sano”)
Vigorexia (obsesión por el ejercicio y el desarrollo muscular)
Estos padecimientos no se deben a una sola causa. De acuerdo con la nutrióloga clínica del Hospital Juárez Centro, Gabriela Chávez Basurto, su origen puede estar relacionado con diversos factores como el entorno social, las expectativas estéticas impuestas, el bullying relacionado con el peso corporal, y algunas condiciones psicológicas subyacentes.
Un tratamiento integral y especializado
Para el diagnóstico de un TCA, se consideran diversos aspectos como el historial médico, los síntomas reportados, las conductas alimentarias y una exploración física completa. El tratamiento debe ser multidisciplinario, liderado por profesionales de la salud mental (psicología o psiquiatría), y apoyado por áreas como:
Nutrición clínica
Enfermería
Medicina interna
Laboratorio clínico
Trabajo social
La terapia nutricional desempeña un papel fundamental en la recuperación, ya que ayuda a restablecer los depósitos de grasa, recuperar masa muscular y equilibrar los electrolitos en el cuerpo.
Visibilizar para prevenir
El 2 de junio, Día Nacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria, busca visibilizar la importancia de la prevención, la detección temprana y la atención integral de estos trastornos, además de combatir los estigmas sociales que los rodean.
La participación de las familias, escuelas y la sociedad en general es clave para crear entornos seguros, empáticos e informados, donde se promueva una relación sana con el cuerpo y la alimentación.
