La bebida de rehidratación Electrolit, producida por Laboratorios PiSA, quedó en el centro de una polémica campaña en redes sociales bajo el hashtag #QuePaguenYa, que buscó desacreditar su legitimidad. La ofensiva digital coincide con recientes acusaciones del gobierno federal contra PiSA por presunto incumplimiento en la entrega de medicamentos, así como con una propuesta legislativa para gravar los electrolitos como si fueran refrescos.
El pasado 23 de septiembre, el gobierno federal señaló a 34 farmacéuticas, entre ellas PiSA, por no cumplir con contratos de suministro, principalmente de medicamentos oncológicos. Días después, la entonces virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, culpó públicamente a estas empresas por el desabasto, afirmando que se beneficiaron de un sistema corrupto de distribución.
Casi de inmediato, comenzó a circular en la plataforma X el hashtag #QuePaguenYa, acompañado de mensajes que atacaban a Electrolit, cuestionando su calidad y uso. Usuarios y analistas detectaron patrones atípicos en la difusión, señalando que muchas cuentas participaron de forma simultánea con mensajes similares, lo que levantó sospechas sobre una campaña pagada.
La situación se volvió más polémica cuando el comentarista Chumel Torres publicó en la mañana del lunes que se trataba de una “campaña chafísima”, con personas que jamás hablarían del tema repentinamente activadas para atacarlo. También cuestionó que se eligiera a Electrolit como blanco, pese a que es una bebida reconocida, formulada con electrolitos de grado farmacéutico y vendida en tiendas de todo el país.
En paralelo, la tensión entre el gobierno y las farmacéuticas se ha intensificado, según reportó la columna Bajo Reserva del diario El Universal, que señala que las acusaciones recientes contra PiSA ocurren en medio de la disputa por contratos millonarios y por el control del nuevo sistema de distribución de medicamentos del gobierno federal. De acuerdo con esa columna, funcionarios han escalado los señalamientos pese a que las causas del desabasto también están relacionadas con errores en la planeación gubernamental.
Además, la campaña #QuePaguenYa surgió justo después de que legisladores de la 4T propusieran un impuesto especial para las bebidas con electrolitos, como Electrolit, argumentando que deberían recibir el mismo trato fiscal que los refrescos azucarados. Esto reforzó la percepción de que el ataque a la marca fue coordinado desde esferas políticas, con el fin de influir en la opinión pública.
La estrategia, sin embargo, terminó siendo contraproducente, pues en redes sociales fue rápidamente desarticulada. Usuarios la ridiculizaron, la calificaron de obvia y mal ejecutada, y defendieron el valor del producto, especialmente en un país con altas tasas de deshidratación.