Es fundamental reconocer que los profesionales de la salud mental enfrentan un desgaste emocional profundo, derivado del contacto constante con el sufrimiento humano. El trauma vicario y el burnout son realidades que afectan con frecuencia a médicos y terapeutas, enfatizó el psiquiatra egresado del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM), José Villela Vizcaya.
Al dictar la Conferencia Magistral “Neurociencia, trauma y esperanza”, en el marco de la 7ª Reunión de Egresados del INPRFM, subrayó que los espacios de supervisión y reflexión colectiva no deben considerarse un lujo académico, sino una necesidad esencial para preservar la salud mental de quienes cuidan a otros.
Puntualizó que la psiquiatría implica no sólo conocimiento científico, sino también una manera ética y humana de estar frente al sufrimiento de cada paciente. “Ser psiquiatra no es únicamente aliviar síntomas, sino convivir con lo más complejo de la experiencia humana: la fragilidad, la pérdida, la enfermedad mental y la muerte”, aseguró.
En la parte final de su ponencia, el especialista vinculó la resiliencia y la esperanza como pilares esenciales del trabajo clínico. Retomando a Viktor Frankl, explicó que “la esperanza no es creer que todo saldrá bien, sino sostener un propósito incluso en la adversidad”.
Destacó que acompañar a una o un paciente implica mantener abierta la posibilidad de encontrar sentido y futuro aun en medio del sufrimiento, y cuidar también de la propia esperanza para poder sostener la del otro.
La conferencia cerró con un llamado a preservar la dimensión humana de la psiquiatría, a fortalecer los vínculos entre generaciones de médicos y a promover una cultura del cuidado mutuo dentro de las instituciones de salud mental.
“Cada vez que un médico residente aprende a mirar al paciente sin perder la humanidad, la psiquiatría se renueva. Cuidar del otro también implica aprender a cuidar de uno mismo”, concluyó.