Uso de plaguicida en proceso de prohibición no disminuye

De acuerdo al decreto presidencial emitido en diciembre de 2020, el glifosato tiene una fecha fatal para dejar de utilizarse en 2024

Villahermosa

Un plaguicida de alta peligrosidad, el glifosato, cuya prohibición gradual fue decretada en a finales de 2020, para ser total en 2024, sigue siendo comercializado en el mercado local y utilizado en diversas actividades agrícolas en Tabasco.

En un recorrido realizado por Novedades de Tabasco en tiendas de venta de productos agrícolas, se constató que todavía es un líquido muy vendido por su eficacia en el combate a la maleza y las plagas.

El 26 de diciembre de 2018, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió la recomendación 82/2018 “Sobre la violación a los derechos humanos a la alimentación, al agua salubre, a un medio ambiente sano ya a la salud, por el incumplimiento de la obligación general de debida diligencia para restringir el uso de plaguicidas de alta peligrosidad, en agravio de la población en general”.

En respuesta, el gobierno federal, el 31 de diciembre de 2020 publicó el Decreto para suspender el uso, adquisición, distribución, promoción e importación del glifosato por alternativas sostenibles y culturalmente adecuadas que permitan mantener la producción y resulten seguras para la salud humana, la riqueza biocultural del país y el ambiente.

Al mismo tiempo, el Conacyt emitió una recomendación dirigida a las autoridades competentes sobre las cotas máximas de importación de glifosato a México.

De acuerdo con investigadores tabasqueños, tanto el paraquat como el glifosato dañan la salud de las personas y el medio ambiente.

Los efectos negativos no se limitan a las personas que están en contacto directo, sino también al resto de la población: estudios científicos han documentado contaminación por glifosato en agua embotellada, agua potable, cervezas y hasta tortillas. Los análisis alertan al país acerca del uso indiscriminado de este tipo de herbicidas, que vulnera los derechos humanos a la salud, al agua, al medio ambiente sano y a la alimentación.

Su efectividad en el control de malezas en diversos cultivos ha posicionado al glifosato como el herbicida más vendido en el mundo. A pesar de que la Agencia para la Investigación contra el Cáncer (de la OMS) lo cataloga como “probablemente cancerígeno en humanos” desde 2015, solo 17 países lo han prohibido o regulado y México no es uno de éstos.

La Ley General de Salud define las sustancias tóxicas como aquel elemento o compuesto, o la mezcla química de ambos, que al entrar en contacto por cualquier vía de ingreso provoque efectos adversos de manera inmediata, media, temporal o permanente, como las alteraciones genéticas y carcinógenas.

IMPACTO EN TABASCO 

En una revisión realizada al portal de la Dirección General de Epidemiología, se constató que durante el 2022 se registraron a nivel nacional un total de 2,370 casos de intoxicaciones por plaguicidas.

En el caso de Tabasco, se tiene documentado 31 casos, de los cuales corresponden 11 a mujeres y 25 en hombres.

Por su parte, el investigador del Colegio de Postgraduados, Campus Tabasco, Apolonio Valdez Balero, al ser consultado por Novedades confesó que el glifosato fue utilizado en la actividad cañera hasta hace un par de años. “Ahora lo que utilizan los productores es paraquat para limpiar la maleza”, dice el doctor en ciencias, quien no deja de aceptar que, tanto uno como el otro, son altamente mortales.

El cultivo de caña de azúcar en Tabasco involucra gran diversidad de plaguicidas, ya que la superficie plantada, supera las 40 mil 600 hectáreas, en las cuales 9 mil 690 productores enfocan su trabajo, inversión y empeño para extraer un producto de alta calidad, que siga manteniendo a la entidad, en los primeros lugares de producción a nivel nacional.

Sin embargo, el investigador Tovilla Hernández advirtió que la aplicación indiscriminada de plaguicidas puede ocasionar también diversos daños al ambiente, tanto a la flora como a la fauna, incluyendo la contaminación de suelo, mantos freáticos y aguas continentales y costeras.

Según la organización ambientalista Santo Tomás, los diferentes plaguicidas –entre ellos el paraquat y el glifosato– llegan al medio ambiente de tres diferentes formas: primero, el producto por sus características fisicoquímicas se queda en el suelo; segundo, el plaguicida se filtra al agua a través de las lluvias o las épocas de humedad; y, por último, se volatiliza, lo que sería mucho más grave porque podría llegar al agua, al aire y al suelo.

En cuanto al glifosato, asegura que su vida media en el suelo es de 60 días; “es decir que si pones 1 kilo de glifosato en el suelo en 60 días vas a tener 500 gramos; en los siguientes 10 días, 250 gramos; el chiste es que a final del año no debería haber restos de glifosato. La bronca no es la vida media, sino la cantidad que se utiliza”.

DOCUMENTAN EVIDENCIAS

En la revisa de divulgación científica Kuxulkab’, editada por la División Académica de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), investigadores tabasqueños advierten que, durante décadas, pobladores de la reserva de pantanos de Centla han utilizado herbicidas como el glifosato (prohibido a nivel mundial) con un impacto en el ecosistema, en especial en el cocodrilo moreleti y los peces.

La utilización de este químico en México y el mundo, ha estado asociado con varias afectaciones a la salud, que van desde mareos e irritaciones en la piel hasta el desarrollo de cáncer.

En el 2018, un estudio de toxicología llevado a cabo, en correlación con la muerte de manatíes, realizado por el Laboratorio de Investigación y Servicio en Toxicología (LISTO) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), se detectaron diversas anomalías.

Posteriormente después un equipo integrado por personal de la Conagua, Imta, Sernapam y Profepa realizó la toma de muestras de sedimentos, fitoplancton (microcistina) y plantas de lirio acuático, que arrojaron la presencia de sustancias contaminantes como hidrocarburos, aluminio, arsénico, cromo, níquel, plomo, mercurio y vanadio.

El biólogo Juan Carlos Romero Gil, coordinador de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (ANP), dio a conocer que la dependencia lleva a cabo de manera permanente un programa de restauración del hábitat del manatí, y se trata de separar y recolectar todos los residuos sólidos que generan las comunidades, entre otros, recipientes de fungicidas, pesticidas, herbicidas, agroquímicos, botellas de pet y pilas.

Glifosato

Es un herbicida de amplio espectro no selectivo y sistémico: cualquier planta puede absorberlo a través de sus tejidos. El activo químico evita que la planta afectada produzca proteínas necesarias para su crecimiento, lo que la conduce finalmente a la muerte. Puede ser tóxico para seres humanos y otros animales tanto por inhalación como por consumo de productos que hayan sido expuestos a altas cantidades de estas sustancias.

Paraquat

Se utiliza como herbicida, pero también es un veneno mortal. La mayoría de las personas envenenadas por el paraquat lo han tomado como una forma de autoenvenenamiento.

Numérica

  • 2,370 intoxicaciones a nivel nacional
  • 31 en Tabasco

SU USO EN LA ENTIDAD

  • Cultivos de caña y de cacao
  • Comunidades de Pantanos de Centla

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