Ropa de muñecas con recuerdo de nostalgia

Mecánico industrial de profesión, pero comerciante de convicción, Adelaido Sánchez vendió por 25 años ilusiones para los niños en forma de accesorio de muñecas. Hoy, de ese trabajo quedan los recuerdos y la certeza de haber marcado la infancia de muchos tabasqueños.

Villahermosa

Adelaido Sánchez Mejía, de 73 años llegó acompañado de una de sus hijas a las instalaciones de Novedades de Tabasco para recordar historia de ese comerciante que mantuvo su lugar de trabajo en la esquina de la Avenida Francisco Mina, justo frente a una cadena de supermercado.

Un ramblet americano del 78 se encuentra en el colectivo de los  tabasqueños que ubicaban el paraíso de las muñecas. Ahí este señor inició una actividad comercial que lo ayudaría a llevar el sustento a su familia y lograr pagar su casa y estudios a sus hijos.

Mecánico industrial en una fábrica de la Ciudad de México y con la intención de querer sorprender a sus hijas, Adelaido Sánchez recibió regalo de sus jefes de aquella empresa: una bolsita de zapatillas de muñecas tipo barbie para sus hijas. Aquellas niñas que no podían tener acceso a los accesorios de la marca Mattel por su precio, disfrutaron tanto el regalo que su padre había llevado y fue ahí, cuando en una reunión, una persona le sugirió al señor Adelaido que debería vender esos accesorios pues, eran de buen material y no era fácil adquirirlos para toda la población. Armado de paciencia y ,miedo,el mismo que se siente cuando se inicia nuevos retos en la vida, Adelaido logró vender en su  primer día, en un mercado ambulante de Chalco, la cantidad de 7 mil pesos. Así de pasó de ganar 3,500 pesos al mes a vender esa cantidad en un día. Viendo que ese negocio era rentable se dedicó a la vendimia en distintos puntos del estado de México y al segundo día de dedicarse a vender zapatillas de muñecas junto a su esposa, lograron vender 24 mil pesos en aquellos años.

Bienvenidos al Edén

La vida los llevó a  establecerse en Villahermosa, y una vez estando aquí, decidió que retomaría el negocio de las muñecas y se instaló en la banqueta del super, en un improvisado ‘puesto’ que consistía de un plástico. A merced del calor y la lluvia, Adelaido inició su venta. Hasta que consiguió los permisos de Ayuntamiento para poder establecer su negocio en la cajuela de su vehículo. Cientos de niñas se arremolinaban en el cofre de su vehículo para ver las novedades que el señor vendía, poco a poco el mercado fue creciendo y hubo necesidad de no solo ofrecer zapatillas, sino tennis, chanclas, ganchos, vestidos, blusas, y un sinfín de accesorios a bajo costo y de gran variedad.

Durante 25 años, el señor de la ropita de las barbies se convirtió en un referente de la cultura tabasqueña, pues muchas de las niñas que acudíamos a esa esquina nos emocionábamos ver tanta variedad de ropita, bolsos, zapatos y demás para nuestras muñecas. De cinco pesos, de dos pesos, de diez pesos eran los montoncitos. Adelaido, con toda la paciencia de un buen vendedor  nos enseñaba los colores, las formas y todo lo que preguntábamos para después, darle nuestras monedas e irnos felices con la compra realizada.

El tiempo fue pasando y los cambios llegaron, con ellos, aquellas niñas que consumían esa mercancía crecieron y el negocio comenzó a mermar. Fue hasta el día que Adelaido Sánchez vendió un par de zapatos en toda la jornada que decidió que el ciclo había llegado a su fin. Recogió su mercancía y enfiló con su automóvil hacia Nacajuca para nunca más volver.

La llegada de los videojuegos, las muñecas bratz y la tecnología terminó con 25 años de trabajo ininterrumpido para este hombre. Hoy, a sus 73 años, agradece todas las vivencias que tuvo en este sitio y  envía, a través de las páginas de Novedades,un agradecimiento a todos esos niños  que confiaron en su trabajo, agradece a los papás por haber llevado a sus hijos  a ese sitio tan mágico para ellos. Sus fuerzas no han mermado y actualmente cambió la venta de ropa de muñecas por el oficio de cerrajero. Ahí en su vivienda, ubicada en Bosques de Saloya, ha establecido su negocio del cual sigue llevando sustento a su familia.

“Me da mucho gusto saber que no pasé desapercibido en esa época de la vida y que fui parte de la infancia de muchos niños tabasqueños. Yo siempre los atendía con todo el amor y respeto que los pequeños merecen. Son grandes maestros de vida. Muchas gracias Novedades de Tabasco por darme voz”

Adelaido Sánchez

Comerciante

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