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El domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio al segundo tramo del Tren Maya, conectando Cancún, Quintana Roo, con Palenque, Chiapas, en el sureste de México. No hubo una ceremonia oficial para marcar este evento.
A las 6:30 am hora local, el presidente, junto a la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, abordó el tren en el aeropuerto internacional de Cancún. Este tren recorrerá 22 de las 34 estaciones planeadas en su totalidad.
Lezama elogió en redes sociales la apertura del tramo Cancún-Palenque, destacando el cumplimiento de la promesa por parte del presidente López Obrador y el resplandor renovado en el sureste mexicano.
Antes de la partida, la gobernadora resaltó la importancia de esta obra federal como un proyecto magnífico y emblemático para el desarrollo de Quintana Roo. Mencionó acciones y proyectos complementarios a lo largo de la ruta, incluyendo exhibiciones de prendas regionales, como el traje que ella llevaba con orgullo, confeccionado por una artesana de la comunidad de X-Pichil.
El Gobierno de Quintana Roo enfatizó su colaboración con el Gobierno federal para llevar justicia social y bienestar a toda la entidad, especialmente a las comunidades rurales, con el objetivo de mostrar al mundo las maravillas del Mundo Maya, sus artesanías y su legado ancestral que forman parte de la identidad local.
En este viaje inicial, el presidente mexicano estuvo acompañado por funcionarios como Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana; Miguel Torruco Marqués, secretario de Turismo; el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, y la gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
El primer tramo, Campeche-Cancún, se puso en marcha el 15 de diciembre anteriormente. Se espera que el circuito completo, que abarca Cancún-Chetumal-Escárcega-Palenque, esté operativo para febrero de 2024.
El Tren Maya comprende más de 1,500 kilómetros de vías férreas para el transporte de carga, turistas y residentes locales en los estados sureños de Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán.
A pesar de que el proyecto comenzó su construcción hace cinco años con un presupuesto inicialmente estimado en alrededor de 8,724 millones de dólares, el Instituto Mexicano de la Competitividad (Imco) calculó que el costo habría aumentado a unos 30,000 millones de dólares.
El presidente López Obrador ha afirmado que este proyecto traerá prosperidad a una región que ha sido históricamente descuidada en México: el sureste del país.
