Velas de sebo, tradición viva

En pleno corazón de la zona Chontal existe un poblado con el nombre de Guaytalpa, en Nacajuca, donde la familia de Juan Torres López, propietario de la fábrica de veladoras San Antonio, se encuentra preparándose con la elaboración de velas de sebo y veladoras para el día de muertos.

A tan solo 40 minutos de Villahermosa, don Juan Torres López tiene su pequeño taller a un costado de su casa, junto a su familia, que se conforma de 8 personas, trabajan arduamente ya que de ese lugar sale la mayor cantidad de velas y veladoras que se consumen en todo el estado.

La tradición que continúa el propietario de esta empresa por más de 18 años se niega a morir, pese a que muchas personas han dejado de quemar velitas en esta temporada debido a la crisis económica y otro factor que afecta es que muchas familias han cambiado de religión, señala don Juan Torres.

La elaboración de velas de sebo es un proceso ancestral. Proviene de la grasa de la res, que en un inicio se hierve para poder moldearse. Esta empresa utiliza un tanque de 200 litros, sobre el que se coloca un bastidor con 6 varas de madera y en cada una de ellas se amarran 10 pabilos o hilos de 30 centímetros, los cuales sirven como base para la elaboración de la vela.

El bastidor se introduce a los tanques del aceite, en repetidas ocasiones hasta que la vela tenga el grosor deseado.

Ya que las velas están listas se dejan enfriar y se retiran de los bastidores, luego se forman los mazos de 10 velas cada uno.

Don Juan Torres y su familia producen 1800 velas diarias. Este año han fabricado más de 400 mil velitas de sebo y para esta fecha ya están surtidas todas las tiendas.

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