LOS FACTORES DE RIESGO DEL CÁNCER DE MAMA

OCTUBRE, MES DE LA LUCHA CONTRA EL CÁNCER DE MAMA

Ser mujer y hacerse mayor de edad son dos de los riesgos mayormente asociados con la enfermedad. La mayoría de los casos se detectan en mujeres de 50 años o más, no obstante cada vez son más las jóvenes que lo presentan

Ciudad de México

Algunos estudios han demostrado que el riesgo de tener cáncer de mama se debe a una combinación de factores. Los principales factores que influyen en el riesgo de una persona, está el ser mujer y hacerse mayor. La mayoría de los casos se detectan en mujeres de 50 años o más.

Algunas mujeres tienen cáncer de mama aunque no tengan ningún otro factor de riesgo conocido. Tener un factor de riesgo no significa que la persona tendrá la enfermedad, y no todos los factores de riesgo tienen el mismo efecto. La mayoría tienen algunos factores de riesgo, pero la mayoría no tienen cáncer de mama. Si usted tiene factores de riesgo de cáncer de mama, hable con su médico sobre las maneras en que puede disminuir el riesgo y acerca de las pruebas de detección de esta enfermedad.

Existen dos tipos de factores, lo que no pueden cambiar y los que se pueden cambiar.

NO SE PUEDEN CAMBIAR

Hacerse mayor: El riesgo aumenta con la edad. La mayoría de los cánceres de mama se diagnostica después de los 50 años de edad.

Mutaciones genéticas: Las mujeres que han heredado cambios (mutaciones) heredados en ciertos genes, tales como en el BRCA1 y el BRCA2, tienen mayor riesgo de presentar cáncer de mama y de ovario.

Historial reproductivo: El comienzo de la menstruación antes de los 12 años de edad y de la menopausia después de los 55 años de edad exponen a las mujeres a hormonas por más tiempo, lo cual aumenta el riesgo de cáncer de mama.

Tener mamas densas: Las mamas densas tienen más tejido conjuntivo que tejido adiposo, lo cual, a veces, puede hacer difícil la detección de tumores en una mamografía.

Antecedentes personales: Ciertas enfermedades de las mamas que no son cancerosas tienen mayores probabilidades de tener esta enfermedad por segunda vez. Algunas enfermedades de las mamas que no son cancerosas, como la hiperplasia atípica o el carcinoma lobulillar in situ, están asociadas a un mayor riesgo de tenerla o padecerla.

Antecedentes familiares: Cáncer de ovario; el riesgo de una mujer de tener cáncer de mama es mayor si su madre, una hermana o una hija (parientes de primer grado) o varios integrantes de la familia por el lado paterno o materno han tenido cáncer de mama o cáncer de ovario. Tener un pariente de primer grado de sexo masculino con cáncer de mama también aumenta el riesgo para la mujer.

Tratamientos previos con radioterapia. Las mujeres que han recibido radioterapia en el pecho o las mamas antes de los 30 años de edad (por ejemplo, para el tratamiento del linfoma de Hodgkin) tienen un riesgo mayor de presentar cáncer de mama más adelante en la vida.

Exposición al medicamento dietilestilbestrol. Dietilestilbestrol se administró a algunas mujeres embarazadas en los Estados Unidos entre los años 1940 y 1971 para prevenir el aborto espontáneo. Las mujeres que tomaron dietilestilbestrol, o cuyas madres tomaron dietilestilbestrol cuando estaban embarazadas de ellas, tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama.

PUEDEN CAMBIAR

No mantenerse físicamente activa: Las mujeres que no se mantienen físicamente activas tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama.

Tomar hormonas: Algunas formas de terapia de remplazo hormonal (aquellas que incluyen tanto estrógeno como progesterona) que se toman durante la menopausia pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama si se toman por más de cinco años. Ciertos anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) aumentan el riesgo de cáncer de mama también.

Consumo de bebidas alcohólicas: El consumo de bebidas con alcohol está claramente relacionado con un aumento en el riesgo de padecer cáncer de seno. El riesgo aumenta con la cantidad de alcohol consumido. En comparación con las mujeres que no beben alcohol, aquellas que toman 1 bebida alcohólica al día tienen un pequeño aumento (alrededor del 7% al 10%) en el riesgo, mientras que las mujeres que beben de 2 a 3 tragos al día tienen aproximadamente un 20% más de riesgo que las que no beben alcohol. El consumo de alcohol está también asociado con un mayor riesgo de otros tipos de cáncer.

Sobrepeso u obesidad: El sobrepeso o la obesidad después de la menopausia aumentan el riesgo de cáncer de seno. Antes de la menopausia, sus ovarios producen la mayor cantidad de estrógeno, y el tejido adiposo produce solamente una pequeña parte de la cantidad total. Después de la menopausia (cuando los ovarios dejan de producir estrógeno), la mayor parte del estrógeno de una mujer proviene del tejido adiposo. Un exceso de tejido adiposo después de la menopausia puede elevar los niveles de estrógeno y aumenta su probabilidad de padecer cáncer de seno. Además, las mujeres que tienen sobrepeso tienden a presentar niveles de insulina en la sangre más elevados. Los niveles de insulina más elevados están relacionados con algunos tipos de cánceres, incluyendo el cáncer de seno.

Inactividad física: La evidencia que vincula la actividad física con la reducción en el riesgo de cáncer de seno, especialmente en las mujeres que han pasado por la menopausia, está aumentando. La cuestión principal que se plantea es determinar cuánta actividad es necesaria. Algunos estudios han encontrado que incluso solo un par de horas a la semana podría ser beneficioso, aunque más actividad parece ser mejor.

No está claro cómo exactamente la actividad física podría reducir el riesgo de cáncer de seno, pero puede deberse a sus efectos sobre el peso corporal, la inflamación, las hormonas y el balance energético.

La Sociedad Americana Contra El Cáncer recomienda que los adultos tengan de 150 a 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o de 75 a 150 minutos de intensidad vigorosa por semana (o cualquier combinación de ambas que resulte equivalente). Lograr o sobrepasar el límite superior de los 300 minutos semanales sería lo ideal.

Mujeres que no han tenido hijos: Las mujeres que no han tenido hijos o aquellas que tuvieron su primer hijo después de los 30 años tienen en general un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de seno. Los embarazos múltiples y quedar embarazada a una edad temprana reducen el riesgo del cáncer de seno.

No dar de lactar a sus bebés: La mayoría de los estudios sugieren que la lactancia podría disminuir ligeramente el riesgo de cáncer de seno, especialmente si se prolonga por 1 año o más. Pero esto ha sido algo muy difícil de estudiar, especialmente en lugares como los Estados Unidos, donde la lactancia por un periodo tan prolongado como este no es común.

La explicación para este posible efecto puede ser que la lactancia reduce el número total de ciclos menstruales en la vida de una mujer (al igual que comenzar los periodos menstruales a una edad mayor o experimentar la menopausia temprano).

Control de la natalidad: Algunos métodos de control de la natalidad utilizan hormonas, lo que podría aumentar el riesgo de cáncer de seno.

Píldoras anticonceptivas: la mayoría de los estudios han descubierto que las mujeres que usan anticonceptivos orales tienen un riesgo ligeramente mayor de tener cáncer de seno que aquellas mujeres que nunca los han usado. Una vez que se suspenden las pastillas, este riesgo parece regresar a la normalidad en un plazo de 10 años.

Inyección anticonceptiva: la Depo-Provera es una forma inyectable de progesterona que se administra una vez cada 3 meses para la regulación de la natalidad. Algunos estudios han revelado que las mujeres que actualmente usan inyecciones para la regulación de la natalidad parecen tener un aumento en el riesgo de cáncer de seno, pero otros estudios no han encontrado un mayor riesgo.

Implantes, dispositivos intrauterinos, parches cutáneos, anillos vaginales para la regulación de la natalidad: estos métodos para la regulación de la natalidad también utilizan hormonas, lo que en teoría podrían impulsar el crecimiento del cáncer de seno. Algunos estudios han demostrado un vínculo entre el uso de dispositivos intrauterinos que liberan hormonas y el riesgo de cáncer de seno, pero pocos estudios han evaluado el uso de implantes, parches cutáneos y anillos vaginales con el riesgo de cáncer de seno.

Implantes de seno: Los implantes mamarios no se han relacionado con un mayor riesgo de los tipos más comunes de cáncer de seno. Sin embargo, se han relacionado con un tipo infrecuente de linfoma no Hodgkin llamado linfoma anaplásico de células grandes asociado a implante de seno (BIA-ALCL), que se puede formar en el tejido cicatricial alrededor del implante. Este linfoma parece ocurrir más a menudo en los implantes con superficies ásperas que en los que tienen superficies lisas (suaves).

¿Hereditario?

El cáncer de mama hereditario es cuando hay varios casos de cáncer de mama dentro de una misma familia. La mayoría de los casos de cáncer de mama ocurren de forma esporádica, es decir, como casos únicos en una familia.

Más o menos 5-10% del cáncer de mama se considera «hereditario» y se piensa que sea causado por una predisposición heredada al cáncer de los senos que se pasa de una generación para otra en una familia, de forma autosómica dominante. La “predisposición” significa que lo que se “pasa” no es el cáncer, sino que la chance de tener el cáncer.

En algunas de estas familias, la causa genética no se conoce, pero muchos de estos casos son causados por cambios (mutaciones) en los genes BRCA2, PTEN, TP53, CDH1 o STK11 (genes que están asociados con el síndrome de cáncer hereditario). También se han identificado mutaciones en otros genes, como CHEK2, BRIP1, RAD51, y ATM, que están asociados con cánceres de mama y / o ginecológicos en algunos casos.

Alrededor del 15-20% de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama tienen una historia familiar significativa de cáncer de mama (dos o más parientes de primer o segundo grado con cáncer de mama) pero no tienen una mutación identificable en un gen conocido por causar una predisposición hereditaria al  cáncer de mama. Estos casos, probablemente son causados por una combinación de genes y otros factores del medio ambiente y del estilo de vida.

EL DATO

Algunas mujeres tienen cáncer de mama aunque no tengan ningún otro factor de riesgo conocido. Tener un factor de riesgo no significa que la persona tendrá la enfermedad, y no todos los factores de riesgo tienen el mismo efecto.

PREVENCIÓN

Practicar ejercicio al menos 30 minutos diariamente.

Mantener un peso adecuado.

Evitar el cigarro y el alcohol.

Realizar una autoexploración mamaria mensual a partir de los 20 años, al quinto día de la menstruación.

Dieta equilibrada.

Disminuir el consumo de azúcares y grasas.

Controles mamográficos según estipula el programa de cribado del cáncer de mama.

Entidades con mayor mortalidad

Sonora (28.6)

Nuevo León (26)

Coahuila (25.7)

Chihuahua (24.8)

Cd. México (24.7)

Sinaloa (22.2)

CIFRA

45 % de los casos se presentan en grupos de mujeres de 50 a 59 años

15-20% de las mujeres diagnosticadas tienen una historia familiar significativa de cáncer de mama

Es importante que bajo la asesoría de un médico practique acciones para reducir la probabilidad de presentar la enfermedad

El ejercicio, una dieta balanceada y mantener un peso adecuado son una manera de prevenirlo

La autoexploración es una manera de tener un diagnóstico oportuno

El tabaco y el alcohol son dos causas que no ayudan a evitarlo

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