Emilio

Columna: Prospectiva

Por: Emilio de Ygartua M.

PRIMERA PARTE

“La promesa de la política no es la  inmortalidad sino la posibilidad de un comienzo”

Hannah Arendt

En entregas anteriores hemos planteado que en este 2024, cuyo primer mes está a punto de fenecer, habrá elecciones en 48 naciones involucrando a 47% de los más de 8 mil millones de habitantes del planeta. Procesos electorales que pondrán a prueba la fortaleza de la democracia en muchas de esas naciones en las que la polarización, las luchas intestinas, el enfrentamiento entre grupos antagónicos ideológica y políticamente hablando, es parte de ese escenario disruptivo que ha llevado a muchos teóricos, politólogos, sociólogos políticos, economistas y a filósofos, a tratar de explicar esta cosmovisión geopolítica que tiene efectos globales.

Las guerras en Ucrania y en la Franja de Gaza, los ataques de los rebeldes hutíes en aguas del Mar Rojo, tienen un impacto social, económico, político que no puede pasar desapercibido por nadie. Lo mismo los populismos de izquierda y de derecha empeñados en destruir la herencia de un pasado que resulta incómodo para su particular visión de futuro.

Javier Milei, presidente de Argentina, hizo su debut en el Foro de Davos, en Suiza, con un discurso, como es su costumbre,incendiario: “Occidente está en peligro”.Fue el primer dardo lanzado por el “libertario”, quien acto seguido señaló a los culpables de ello: “Son aquellos que supuestamente deben defender los valores de Occidente pero que se encuentran cooptados por una visión del mundo que inexorablemente conduce al socialismo y, en consecuencia, a la pobreza”, exclamó un colérico mandatario que, al tiempo de arremeter contra el feminismo, también lo hizo contra la justicia social “que se ha puesto de moda en la última década”.

Para Milei, la “justicia social es intrínsecamente injusta porque el Estado se financia a través de impuestos y los impuestos se cobran de manera colectiva”, afirmación que pretende echa por tierra los argumentos de quienes a lo largo de la historia del capitalismo han planteado la existencia de un modelo económico y social que tiende a la inequidad y se niega a poner límites a la concentración de la riqueza en pocas manos.

Las declaraciones del presidente argentino son símiles a las expresadas por Donald Trump quien la semana pasada “destruyó” en el primer Caucus, en Iowa, a sus dos últimos adversarios, al gobernador de Florida, Ron DeSantis, y a Nikki Haley, ex representante ante la ONU durante su administración.

“Sacó su instinto asesino”, coincidieron en manifestar algunos analistas que señalaron que, en este primer Caucus, el magnate neoyorquino quien lidia contra 14 cargos federales, “quiso noquear a sus dos rivales.

Su triunfo en las primarias republicanas para elegir al candidato presidencial no está en duda. La pregunta es cuándo y dónde los dos sobrevivientes de la lista de 16 que iniciaron esta larga marcha para estar en las boletas el primer martes de noviembre, entre ellos el exvicepresidente de los EU Mike Pence, se bajarán del ring.

DeSantis, quien fuera aliado de Trump, ha roto todos los puentes por lo que su posibilidad de ser compañero en la fórmula republicana es totalmente nula. En cambio, Nikki Haley puede tener posibilidades, ha sido muy prudente en el debate de concentrar sus ataques en todos sus oponentes, pero sin tocar a su exjefe. Su experiencia diplomática la ayudaría, ser mujer podría atemperar el repudio de muchas de sus congéneres al expresidente por su evidente misoginia.

La ruta para el triunfo final, el de noviembre, se fragua merced a la debilidad evidente de su seguro oponente. Joe Biden pierde cada día más los apoyos de los electores demócratas no sólo por las dudas acerca de su salud, además, por sus constantes bandazos en el ámbito internacional del que se suponía era experto.

Suma a lo anterior el hecho de que en los dos primeros años de su administración (resultado del binomio pandemia-crisis económica) los hogares de muchos estadounidenses se empobrecieron. Si bien el año pasado las cosas mejoraron, este hecho puede empujar a los votantes indecisos de EU a elegir a Trump.

Antes de este posible regreso a la Casa Blanca, su discurso se sigue sustentando en “Hacer a América grande, nuevamente”; en un fraude electoral nunca comprobado, y en los riesgos de la migración, mensaje que han hecho suyo los mandatarios de Texas, Abbot, y de Florida, DeSantis, el primero con iniciativas totalmente deshumanizadas que, incluso, han puesto en serios apuros al comercio bilateral, en el que México es ya el primer socio comercial.

La migración es hoy un tema global. En Europa, no obstante que se ha ampliado el número de países que integran el Espacio de Schengen, creada en 1985 y que es hoy la mayor zona de libre circulación del mundo,crecen los obstáculos y las acciones contra los migrantes ilegales que llegan desde distintos puntos del orbe. Por ejemplo, la semana pasada el gobierno socialdemócrata de Helmut Kohl dispuso duras medidas de repatriación de migrantes ilegales, lo mismo que ocurre en Italia y en la España gobernada por el PSOE.

“En una era de información post-verdad, la claridad se convierte en verdad”

Yuval Noah Harari

En México y en Estados Unidos habrá elecciones, junio y noviembre respectivamente. En la agenda de ambos países están temas como el fentanilo, donde se han construido acuerdos entre estas dos naciones y China. En lo que a migración se refiere, los demócratas saben que será un tema obligado en los debates que en su momento tendrán Biden y Trump.

El primero, mediante su secretario de Estado, Antony Blinken, ha acelerado las reuniones con su vecino del sur cuya frontera es la puerta migratoria más socorrida del planeta. El presidente de EU está urgido de alcanzar acuerdos: “Creo que necesitamos acuerdos políticos significativos en la frontera, incluido cambios en nuestro sistema de asilo”. Andrés Manuel López Obrador se ha cansado de presentar propuestas orientadas a generar desarrollo y riqueza en los países expulsores, incluyendo nuestro propio país.

Una “alianza para el progreso” 2.0 ha sido el planteamiento recurrente ratificado en una muy importante reunión celebrada en Washington la semana pasada, encabezada por la canciller mexicana Alicia Bárcenas, quien señaló en esa plenaria, “que el camino explorado es la cooperación regional, una perspectiva integral de largo plazo, lo que está marcando una diferencia en las vidas de millones de personas”. Ratifica estos avances su homólogo Antony Blinken: “Se han logrado avances en tan sólo tres semanas desde la anterior reunió en la Ciudad de México”.

La semana pasada, terminaron en nuestro país las precampañas segunda etapa de esta bizarra interpretación de la dinámica electoral gestada por los responsables de vigilar y normalizar las elecciones en nuestro país.

Si alguien duda que es necesaria una reforma de Estado, no sólo electoral, del tamaño de la ocurrida en 1977, vive en el engaño, atrapado en un negacionismo similar al que no quieren vacunarse o cierran los ojos a lo que está ocurriendo en el planeta con veranos a más de50º C., e inviernos a menos de 40ºC.

Estos temas, migración, salud, educación, cambio climático, inteligencia artificial, transición energética, equidad de género, pobreza, entre otros muchos, serán parte de la agenda de los tres candidatos (si son dos mujeres y un hombre, no deberíamos decir: “las candidatas”) que ahora se enfrentarán a otra absurda regla: 42 días de veda.

Hasta el 29 de febrero los tres aspirantes a ocupar la primera magistratura de la nación no podrán aparecer en spots ni anticipar en debates o mesas sus propuestas. “La propaganda de los partidos deberá ser solo informativa (sic)”.

Luego de esto, vendrá la “campaña de verdad”, en la que durante tres meses habrán de recorrer nuevamente el país (Claudia va por la tercera vuelta) para convencer al electorado de que son la mejor opción.

Al cierre de esta etapa las encuestas marcan como favorita a la abanderada de Morena-PT-PVEM con más menos 20 puntos porcentuales. ¿Ya ganó? Sería inadecuado decirlo, sobre todo luego de que en el cierre de campaña de Xóchitl sus promotores y muchos comentó cartas vieron una luz al final del túnel luego de que su estrella fulgurante se había apagado y navegado en medio de un discurso insulso, simplista y populachero.

“La aguerrida hidalguense” salió nuevamente a escena sin cargar en sus espaldas a los tres dirigentes de los partidos que la impulsan, pero que en realidad son un lastre por sus afanes personales y por su traspiés que dan pena. Todo ello llevó a bajarlos del entarimado (¿Claudio X, dixit?). Derivado de las infidencias de Marko Cortés en torno a los acuerdos realizados en Coahuila, desconocidos ahora por el flamante gobernador priista, se están diluyendo las alianzas del bloque opositor en varias entidades federativas.

Gálvez centró su discurso en un tema relevante, que va al corazón y al estómago de la sociedad: el combate a la inseguridad que es un flagelo que crece cada día más en nuestro país. Seguramente este tema se asociará a lo que está ocurriendo en Ecuador que muchos editorialistas opuestos a la 4T han calificado como un aviso de lo que puede pasar en México.

Que tengan cuidarlo al hacerlo, porque lo que hoy hace el gobierno del joven presidente ecuatoriano es lo mismo que se le ocurrió a Felipe Calderón Hinojosa: sacar al ejército a las calles y ya sabemos que su regreso a los cuarteles ha sido imposible.

“Yo si voy a enfrentar la delincuencia. Tengo la certeza de que tengo las agallas para que usted viva en paz”, resume el discurso de cierre de la senadora con licencia que aspira a convertirse en la primera mujer presidente del país. La que tiene esa misma aspiración, Claudia Sheinbaum, ha mantenido el discurso obligado para una candidata del oficialismo, con el riesgo evidente de que ello anime el discurso sobre un nuevo Maximato que no ocurrirá porque AMLO no es Plutarco, ni el 2024 es símil al 1929.

Por cierto, el año próximo el vetusto nieto del PNR, el PRI ¿cumplirá? en marzo 95 años desde su nacimiento como Partido Nacional Revolucionario (PNR), cuando vive su peor etapa, peor que cuando, en 1987, abandonaron sus filas un buen número de destacados miembros liderados por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y el recién finado Porfirio Muñoz Ledo, para crear el Frente Democrático Nacional y participar en los comicios del año siguiente, cuyo resultado se suma a los fraudes ocurridos en el México posrevolucionario.

“Siempre parece imposible hasta que se hace”

Nelson Mandela

“Voy a estar a la altura de las circunstancias, no les voy a fallar”, manifestó ante miles de correligionarios que la acompañaron a su cierre de precampaña. Réplica de lo dicho por el tabasqueño Andrés Manuel camino a su investidura en San Lázaro el 1 de diciembre de 2018.

Para millones de mexicanos que aún le dan su apoyo, AMLO no les falló, trabajó a favor de los pobres y eso, a los que sí defraudó, no se lo perdonan, aunque la economía mexicana no haya quebrado como se predijo desde el inicio de su gestión, y México esté entre las 20 primeras veinte economías del planeta, o que el salario mínimo haya crecido como nunca en nuestra historia.

¿Retos para Claudia? Muchos. No somos Dinamarca en salud. El IMSS-Bienestar es una posibilidad, pero está lejos de ser una realidad que recupere, al menos, lo que se perdió con la desaparición del Seguro Popular.

En educación, la Nueva Escuela Mexicana es un galimatías para muchos, y si bien la enseñanza pública nunca esta al margen de la ideología preponderante, acudir al rescate de planteamientos obsoletos fincados en un autoritarismo estaliniano no nos llevará a ningún buen puerto en estos tiempos de la educación digital y la inteligencia artificial que Xóchitl tanto presume en conocer, pero que en la práctica la ha aplicado la candidata opositora.

Pero la gran encomienda de la abanderada de Morena, la heredera del movimiento de transformación que lidera AMLO, es lograr que el Plan C se cumpla. Que la tríada  integrada por Morena-PVEM-PT logre, como en julio del 2018 lo hizo López Obrador, la mayoría absoluta en el Congreso, para que entonces sí se puedan lograr las reformas constitucionales que el 5 de febrero próximo enviará el presidente de la República al Poder Legislativo a sabiendas de que no pasarán, pero que sí tendrán una influencia en las urnas que el tabasqueño, que es un viejo lobo de mar, considera  ayudarán a poner los últimos clavos en el ataúd de la candidata de la oposición.

Migración y seguridad son temas centrales. Claudia y Xóchitl tienen que poner en el radar que serán, una u otra, la primera mujer presidente de México, y que muy posiblemente tendrán que lidiar con un Donald Trump más radical porque ya no buscará su reelección sino perpetuar en el poder al radicalismo de derecha que lidera, cuyo lenguaje es el de los supremacistas blancos que fueron a tomar sin éxito el Capitolio norteamericano dejando malherida a la ya de por sí frágil “Democracia en América”.

De Jorge Álvarez Máynez”, candidato emergente de Movimiento Ciudadano poco se puede decir. Llega tarde a la fiesta. Tiene 29 días para prepararse, pero creo que no le alcanzarán para llegar siquiera al punto en el que Samuel García le entregó la estafeta. Poco, muy poco restará este candidato a las dos verdaderas contendientes. Al tiempo.

“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”

Winston Churchill

El 14 de enero próximo pasado hubo elecciones en Taiwán. Los ojos del mundo estuvieron puestos en ese proceso electoral en razón de que esta isla ha sido parte de la polarización geopolítica marcada por la confrontación entre China y los Estados Unidos, en razón de que la nación asiática ha escalado su discurso en el que plantea que Taiwán es parte de China, lo que ha provocado que Washington,aliado principal de la antigua Formosa, nombre otorgado por los colonizadores portugueses, manifieste abiertamente su apoyo al gobierno de la isla.

El resultado de las elecciones presidenciales ratificó la independencia del país respecto al anexionismo chino. ¿Qué significa esta victoria del partido oficial? Desde el punto de vista Occidental, la consolidación de su democracia; desde la óptica de la República Popular China, es un resultado que conforta el statu quo, pero genera inquietud al régimen de Pekín, partidario de la anexión.

El triunfo de Lai Ching-Te, el actual vicepresidente y candidato del Partido Democrático Progresista, formación política que por tercera ocasión consecutiva retiene la primera magistratura -ya alcanzada por su predecesora, Tsai Ing-wen, en 2016-, viene acompañada de la derrota del Partido Kuomintang fundado en 1911 por el doctor Sun Yan-se, tras la Revolución de Xinhai.

Resulta paradójico, por decir lo menos, que este partido, cuyo liderazgo fue heredado por Chiang Kai-shek, enemigo acérrimo de Mao Zedong, y del modelo comunista empoderado luego de la derrota de los nacionalistas chino que obligó a Chiang a huir a Taiwán con el apoyo estadounidense que llegó a tal grado que la China Nacionalista fue hasta 1991 miembro del Consejo de Seguridad de la ONU.

La relación entre China y Taiwán ha sido un tema complejo y multifacético, especialmente en el contexto histórico de la Guerra Fría y en la situación actual, donde se contempla la posible unificación de Taiwán con China.

La división entre China y Taiwán tiene sus raíces en la Guerra Civil China, que concluyó en 1949 con la victoria del Partido Comunista de China (PCCh) en la China continental y el retiro del Kuomintang (KMT) a Taiwán. Esta división se intensificó en el contexto de la Guerra Fría.

Durante la Guerra Fría, Taiwán fue un aliado clave de los Estados Unidos y otros países occidentales como parte de una estrategia más amplia para contener el comunismo. A pesar de ser un gobierno en exilio, el KMT mantuvo el control sobre la representación de China en la ONU hasta 1971.

La República Popular China (RPC), bajo el liderazgo del PCCh, consideró a Taiwán como parte integral de su territorio y buscó su reincorporación. Durante este periodo, China intentó aislar diplomáticamente a Taiwán y afirmó su reclamo territorial en diversas plataformas internacionales.

Después del fin de la Guerra Fría, hubo un cambio significativo en el reconocimiento internacional, con muchos países cambiando su reconocimiento de Taiwán a la China continental. Esto aisló aún más a Taiwán internacionalmente, aunque mantuvo relaciones informales con varios países.

La RPC ha promovido la política de «Una sola China», lo que implica que otros países no pueden tener relaciones diplomáticas oficiales con ambos, la RPC y Taiwán. Esta política ha sido fundamental en los esfuerzos de China para limitar la influencia y el reconocimiento internacional de Taiwán.

En tiempos recientes, China ha intensificado sus esfuerzos para la unificación, empleando una mezcla de diplomacia, presión económica, y demostraciones militares. La propuesta de unificación sigue el principio de «un país, dos sistemas», similar al modelo aplicado en Hong Kong y Macao.

Estos esfuerzos de unificación han generado tensiones significativas en la región del Asia-Pacífico. Las maniobras militares, las incursiones aéreas en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán y las crecientes declaraciones políticas han exacerbado estas tensiones.

La unificación se enfrenta a varios desafíos, incluyendo la creciente identidad nacionalista en Taiwán y la oposición pública a la unificación bajo los términos chinos. Además, el apoyo internacional a Taiwán, especialmente de Estados Unidos, complica aún más los esfuerzos de China.

Las relaciones entre China y Taiwán, desde la época de la Guerra Fría hasta el día de hoy, representan un caso complejo de geopolítica, nacionalismo y estrategias de poder. Mientras China persigue activamente la unificación, Taiwán busca preservar su autonomía y democracia. Este delicado equilibrio de poder continúa siendo un punto focal en la política internacional, con implicaciones significativas para la estabilidad y la paz en la región de Asia-Pacífico. La evolución futura de estas relaciones dependerá en gran medida de las políticas internas de ambos, la diplomacia internacional y los cambios en el equilibrio de poder global.

La postura de Estados Unidos y de la Organización de las Naciones Unidas respecto al enfrentamiento entre China y Taiwán en 2024 se enfoca principalmente en la reciente tensión geopolítica y en las elecciones en Taiwán.
Por un lado, China ha reaccionado a la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán imponiendo sanciones a cinco empresas de defensa estadounidenses. Esta venta, valorada en 300 millones de dólares, incluye equipamiento, formación y servicios de reparación con el objetivo de mejorar las capacidades defensivas de Taiwán. China considera estas acciones como una injerencia en sus asuntos internos y una amenaza a su soberanía.

China ha expresado su oposición a cualquier intervención de Estados Unidos en las elecciones de Taiwán, enfatizando que Taiwán es una parte inalienable de China y que solo hay una China en el mundo. La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, instó a Estados Unidos a “abstenerse de intervenir” en las elecciones de Taiwán de “cualquier forma”, advirtiendo sobre los “graves daños” que esto podría causar a las relaciones bilaterales. Pekín considera que las visitas “no oficiales” entre la isla y Washington son una violación de su soberanía y una provocación a su integridad territorial.

“En tiempos de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”

George Orwell

La semana pasada en Prospectiva señalamos que es muy cierto el planteamiento de analistas que plantean que todas las guerras escalan. Lluís Bassets, columnista de “El País” considera que ello sucede porque: “Cuando las armas arrinconan a la política, solo rige la espiral de la violencia”. Lo vemos entre Ucrania y Rusia, entre Hamás e Israel y hace unos días con el doble atentado que costó la vida a un centenar de personas en Irán que acudía al homenaje a uno de sus líderes asesinado el año pasado.

La guerra de Gaza ya rebasó los 100 días sin que Israel haya acabado con Hamás ni liberado a los rehenes. La intolerancia del gobierno del primer ministro Netanyahu es patética. Su planteamiento de que le importa un bledo lo que diga la Haya, la propuesta de uno de sus ministros de que los palestinos migren a el Congo, evidencia lo irracional de este conflicto, en tanto Washington sigue poniendo leña en la hoguera apoyando con millonarios recursos y armas a su aliado, al tiempo que dice que la salida es reconocer la existencia de dos Estados, propuesta que el gobierno judío rechaza totalmente.

El escenario es dantesco. Medio millón de civiles se encuentran al borde de la hambruna en la Franja palestina, donde las lluvias invernales anegan refugios y campamentos de refugiados. ¿Y la ONU? Bien, gracias.

Ya lo hemos expresado en otras Prospectivas. El conflicto entre Israel y Palestina es uno de los más largos y complejos de la historia moderna, comenzando oficialmente con la creación del Estado de Israel en 1948. Este conflicto ha tenido numerosas fases, involucrando a diferentes actores y con una variedad de causas y consecuencias.

1948-1967. Esta fase inicial incluye la Guerra Árabe-israelí de 1948 y la crisis de Suez de 1956. La formación de Israel fue seguida por la guerra con los países árabes vecinos y el desplazamiento de un gran número de palestinos, lo que sentó las bases para futuros conflictos.

1967-1993. El período posterior a la Guerra de los Seis Días en 1967, donde Israel ocupó Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán y la Península del Sinaí, marcó un cambio significativo. La guerra y sus consecuencias llevaron a más desplazamientos y a un aumento de las tensiones

1993-2000. Los Acuerdos de Oslo en la década de 1990 representaron un intento significativo de resolver el conflicto, estableciendo la Autoridad Nacional Palestina y reconociendo mutuamente a Israel y a la OLP. Sin embargo, el proceso de paz se estancó y fue seguido por la Segunda Intifada.

2000- Presente. Esta fase ha sido testigo de una serie de guerras y enfrentamientos, particularmente en Gaza, y un estancamiento en el proceso de paz. La expansión de los asentamientos israelíes en territorios ocupados y la división política palestina entre Fatah en Cisjordania y Hamas en Gaza han complicado aún más la situación.La Guerra entre Israel y Hamas.

Hamas es un grupo militante islámico que controla Gaza desde 2007. Ha estado en conflicto abierto con Israel, lanzando cohetes hacia territorio israelí y enfrentando represalias militares.El conflicto actual se caracteriza por enfrentamientos intermitentes, con episodios de violencia intensa seguidos de periodos de calma relativa. La situación en Gaza se ve agravada por bloqueos y restricciones severas.

Postura de las Potencias Mundiales. Estados Unidos ha sido un aliado cercano de Israel, proporcionando apoyo militar y político significativo. La postura de EE.UU. ha sido generalmente a favor de la seguridad de Israel, aunque ha habido intentos de mediar en el proceso de paz

China, tiene una postura más equilibrada, promoviendo la paz y el diálogo. China mantiene relaciones con ambos, Israel y Palestina, y ha llamado a una solución de dos Estados.

Incapacidad de las Naciones Unidas. La ONU ha enfrentado desafíos significativos en resolver este conflicto debido a la complejidad de las cuestiones históricas, religiosas y políticas involucradas.

Las divisiones en el Consejo de Seguridad, especialmente con el uso del veto por parte de potencias mundiales, han impedido la implementación de muchas resoluciones.La ONU tiene limitaciones en términos de poder de ejecución y depende del consenso y la cooperación de sus Estados miembros, lo que a menudo ha sido difícil de lograr en este contexto.

El conflicto Israel-Palestina es multifacético y está influenciado por factores históricos, religiosos, políticos y geopolíticos. La resolución de este conflicto sigue siendo un desafío global debido a estas complejidades y a la implicación de múltiples actores internacionales.

Los efectos geopolíticos de la invasión de Rusia a Ucrania y el conflicto entre Israel y Hamas son complejos y variados. La invasión de Rusia a Ucrania ha generado una reevaluación de las políticas de seguridad y defensa en Europa y más allá, llevando a un fortalecimiento de la OTAN y a un aumento en el gasto militar.

Asimismo, ha causado una perturbación significativa en los mercados globales, especialmente en los sectores de energía y alimentos. Muchos países están buscando alternativas a los suministros de gas y petróleo rusos.Ha alterado las relaciones entre Rusia y Occidente, llevando a sanciones económicas severas contra Rusia y afectando las relaciones diplomáticas.

El Conflicto entre Israel y Hamas Contribuye a la inestabilidad en la región, afectando las relaciones entre los países vecinos y las dinámicas internas de los países involucrados.Puede afectar las relaciones de Israel y Palestina con potencias globales y regionales, como Estados Unidos, Rusia, Irán y países del Golfo.

En cuanto a la propuesta de coexistencia de un Estado israelí y un Estado palestino, es importante entender que este es un tema muy complejo, con profundas implicancias históricas, religiosas y políticas. La idea de dos Estados coexistiendo pacíficamente ha sido una meta central en muchas negociaciones de paz.

Sin embargo, hay significativos desafíos en términos de fronteras, seguridad, derechos de los refugiados, y el estatus de Jerusalén, entre otros.La implementación de tal solución requeriría un compromiso profundo y sostenido por parte de ambas partes, así como el apoyo de la comunidad internacional, para superar estos desafíos y establecer una paz duradera.

Ante la ineficacia de la ONU, el empeño de Washington de seguir financiado el ataque brutal a la zona de Gaza, ganan fuerza las voces de estudiantes universitarios que, como en los tiempos de la guerra de Vietnam, se manifiestan pidiendo a Joe Biden pongan fin a ese apoyo, los mandatarios de México y de Chile solicitaron a la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue posibles crímenes en la Franja de Gaza.

Antes de que se vuelvan a escuchar las voces de los opuestos al régimen de la 4T, especialmente en estos tiempos electorales, Andrés Manuel López Obrador señaló que su gobierno no toma partido en el conflicto entre Israel y Hamás: “Lo que queremos es la paz, vamos a estar por la paz, no tomamos partido por ninguna de las partes, aunque suene redundante, ni por Israel, ni por palestinos, o el grupo Hamás”, un mensaje claro que tiene total fundamento frente a las nefandas cifras que en 110 días genera este conflicto: 23 mil muertos.

“Para defender la democracia, no basta con votar”

Timothy Snyder

También el 14 de enero pasado, luego de un intento de golpe de Estado orquestado por la derecha guatemalteca teniendo como operador por la fiscal general y jefa del Ministerios Público, María Consuelo Porras Argueta, que hizo hasta lo imposible por evitar la toma de protesta de Bernardo Arévalo de León, que se retrasó más de nueve horas, mismas que aguantaron estoicamente los presidentes de Colombia y de Chile, nuestra Canciller, y otros representantes de gobiernos que atendieron la invitación, quienes se solidarizaron con Arévalo y emitieron mensajes denunciando este intento fallido de golpe al que se sumó el Congreso, de mayoría opositora.

¿Por qué esta resistencia a la llegada del nuevo mandatario que obtuvo más del 60% de los votos en la segunda vuelta de los comicios celebrados en diciembre pasado? Porque el hijo de Juan José Arévalo Bermejo, quien fue un revolucionario ex presidente entre 1945 y 1951, fraguó su victoria estableciendo el compromiso de poner un alto a la corrupción y desarrollando un proyecto de gobierno que vea por la población indígena y, en general, por las clases bajas que han visto, como durante décadas, las clases dominantes, en muchos momentos en alianza y contubernio con las fuerzas militares, expoliaron a la población y concentraron la riqueza en muy pocas manos, sí, las que hoy, como es común cuando accede un gobierno que quiere cambiar la historia, intenta dinamitar un proyecto desde antes de que se inicie.

La corrupción es un estigma en esa nación centroamericana. Tanto la fiscal general arriba mencionada como el presidente saliente son parte de esa trama. El departamento de Estado de Estados Unidos ha sancionado a la primera y a Alejandro Giammattei, y se le ha prohibido la entrada al país “por su involucramiento en significativos actos de corrupción”.

Lo que está a la vista es que la oposición y los grupos conservadores, que no asimilan el inesperado éxito del Movimiento Semilla, al que han declarado ilegal de manera grosera con el apoyo de la Corte de Constitucionalidad que ha ordenado al Congreso repetir la elección de la junta directiva que ganó una planilla presidida por un diputado de Semilla, no le permitirán ni a Bernardo Arévalo, ni a la vicepresidenta Karen Herrera, tener “una luna de miel”, ya que la administración entrante, que es minoría legislativa, gobernará en un claro ambiente de confrontación directa con la fiscal general, a la que el flamante mandatario le ha pedido su dimisión, lo cual será muy difícil de obtener porque su gestión concluye hasta el 2026.

Considero importante aportar algunos datos importantes para comprender el entorno guatemalteco. La historia electoral democrática de Guatemala desde 1940 hasta la fecha es bastante compleja, marcada por una serie de eventos significativos y conflictos. Desde 1940, Guatemala ha experimentado diversas fases políticas, incluyendo períodos de democracia, dictaduras militares, y conflictos internos.

La elección de Juan José Arévalo en 1944 marcó un cambio importante en la política guatemalteca. Considerado un líder reformista, introdujo políticas sociales y educativas progresistas. Su elección fue vista como un avance democrático, aunque también enfrentó oposición de grupos conservadores y del ejército.
Los conflictos con los grupos ultraconservadores en Guatemala han sido una constante, especialmente cuando los gobiernos han intentado implementar reformas sociales o económicas. Estos grupos, a menudo apoyados por sectores del ejército, han ejercido una influencia significativa en la política del país.

El papel del ejército en la política guatemalteca ha sido central. Los militares han intervenido en varias ocasiones para derrocar gobiernos o para mantener el control político, especialmente durante la larga guerra civil que duró desde 1960 hasta 1996.

La elección del nuevo presidente Arévalo y los efectos que esto puede tener en el interior con los grupos ultraconservadores y los militares es un tema de actualidad. La llegada de un nuevo líder siempre plantea interrogantes sobre cómo se manejarán las tensiones políticas y los equilibrios de poder existentes, especialmente en un país con un historial de conflictos políticos y sociales como Guatemala.

Es importante recordar que la situación política en Guatemala es compleja y multifacética, y cualquier análisis debe tener en cuenta los diversos actores y fuerzas en juego en el panorama político del país.

Era Democrática (1944-1954). La Revolución de 1944 marcó el inicio de una década democrática en Guatemala. Juan José Arévalo fue elegido presidente en 1945, seguido por Jacobo Árbenz en 1951. Durante este período, se implementaron reformas sociales y agrarias significativas.

Golpe de Estado de 1954. El gobierno de Arbenz fue derrocado por un golpe de Estado orquestado por la CIA de Estados Unidos, conocido como Operación PBSUCCESS. Este evento marcó el fin de la era democrática y el inicio de regímenes militares y autoritarios.

Guerra Civil (1960-1996). La guerra civil en Guatemala comenzó en 1960 y duró 36 años. Este conflicto fue entre el gobierno guatemalteco y diversas guerrillas de izquierda. Fue un período de violencia extrema y violaciones de derechos humanos.

Intervención de Estados Unidos. Estados Unidos jugó un papel significativo en la política guatemalteca, especialmente durante la Guerra Fría. Apoyó al gobierno guatemalteco en su lucha contra las guerrillas y fue un factor clave en el golpe de 1954.

Grupos Guerrilleros. Los principales grupos guerrilleros incluyeron las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), y la Organización del Pueblo en Armas (ORPA). Estos grupos lucharon contra las fuerzas gubernamentales y por cambios sociales y políticos.

El narcotráfico ha sido un problema significativo en Guatemala, especialmente desde los años 70 y 80. Los carteles de drogas han influido en la política y la sociedad, a menudo colaborando con grupos armados y corruptos.

Acuerdos de Paz de 1996. Los Acuerdos de Paz firmados en 1996 pusieron fin a la guerra civil. Estos acuerdos incluyeron reformas en derechos humanos, desmilitarización, y medidas para la reconciliación nacional.

Democracia Post-Guerra Civil. Desde los Acuerdos de Paz, Guatemala ha tenido varias elecciones democráticas. Sin embargo, el país todavía enfrenta desafíos como la corrupción, la violencia y la influencia del narcotráfico.

Desafíos Actuales. A pesar de los avances democráticos, Guatemala continúa enfrentando desafíos significativos en términos de gobernabilidad, derechos humanos y desarrollo socioeconómico.

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