Dos Bocas iba a ser reducto ecológico: Pemex

El proyecto de la nueva Refinería Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco, será sometido a una consulta popular amlista este fin de semana, aunque los trabajos de construcción ya empezaron y afectaron irreversiblemente lo que Pemex dictaminó como el último reducto de selva media (arboles de 20 a 30 metros de altura) y humedales con alto valor ecológico en la región. Este sitio desmontado estaba proyectado, desde hace seis años, para convertirse en una reserva ecológica a cargo de la empresa productiva del Estado.

La reserva debía revertir el impacto ecológico de las actividades petroleras al permitir que este núcleo vegetal absorbiera CO2 para “compensar Las emisiones de Gases de Efecto Invernadero de la Región Marítima Suroeste”, según se lee en el análisis Áreas Naturales Protegidas de Pemex, realizado por la Gerencia de Auditoría de Seguridad Industrial y Protección Ambiental de la empresa.

El centro de este proyecto de conservación era un polígono conocido al sur de la Terminal Marítima de Dos Bocas que destacaba en las imágenes aéreas por ser un bastión natural entre los diferentes complejos industriales e infraestructura carretera. Y en realidad era, porque ya no está.

Gracias a recientes reformas legislativas en el Congreso de Tabasco promovidas por la mayoría morenista, las obras vinculadas a la nueva refinería se entregaron sin licitación y se desarrollaron fast track. La selva media que estuvo allí por siglos, ya no está más.

DENUNCIA, MANGLARES Y PELÍCANOS. El pasado 20 de noviembre, una primera denuncia, por ecocidio en Dos Bocas, fue interpuesta formalmente por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental ante la Agencia de Seguridad, Energía y Medio Ambiente (ASEMA). La organización civil reclama que se removió vegetación “sin contar con las autorizaciones legales correspondientes”.

La denuncia ante la ASEMA del organismo civil se centra en la devastación del polígono de selva media que llegó a cubrir 300 hectáreas, “además de existir manglares en las zonas bajas e inundables. Resulta por lo menos sospechoso que las autoridades estatales y municipales no hayan hecho nada con respecto al desmonte ya realizado”, señala un comunicado del denunciante.

La denuncia pretende generar un análisis más detenido del impacto que puede producir la Refinería de Dos Bocas, vital en el plan de Andrés Manuel López Obrador para llevar petróleo y convertirlo en gasolina para el mercado interno.

En los documentos de Pemex en poder de Crónica, se hace evidente que la empresa, a través de su Auditoría de Seguridad Industrial y Protección Ambiental, ya había estudiado y dictaminado el valor de la selva media a la que pretendía convertir en una reserva ecológica privada (bajo gestión de la propia Pemex) y también sabía que los manglares están bajo protección especial de la Semarnat desde 2010. Aún más, sus análisis hicieron patente que hay áreas aledañas a Dos Bocas de alto valor ecológico, que debieron ser consideradas al momento de trazar un megaproyecto como el de la refinería… y uno se asemeja a los que los opositores al Nuevo Aeropuerto de Texcoco esgrimieron contra aquella megaobra del peñanietismo.

Justamente, uno de los argumentos que más se difundieron en el debate que terminó con la cancelación del NAIM en Texcoco fue el del impacto que tendría esa obra contra aves migratorias que estaban utilizando el cercano lago artificial Nabor Carrillo.

Paradógicamente, Pemex sabía desde 2012, al menos (año del informe citado), que la laguna de Mecoacán, a dos kilómetros de Dos Bocas, tiene el 20 por ciento de la anidación de pelícanos blancos en el Golfo de México, lo que la convierte en un Área de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA por las siglas que utilizan los ecólogos).

A raíz de esto, la propuesta de manejo que realizó internamente Pemex era que el área hoy desmontada fuera motivo de una solicitud para “certificación de 306 hectáreas de amortiguamiento de la Terminal Marítima Dos Bocas, en específico el predio conocido como CODEPET (el de selva media) bajo la figura de Reserva Privada, por un periodo de 15 años, para desarrollar el proyecto de conservación, reforestación, captura de carbono y paseo ecológico”.

Ya no habrá tal, la selva desapareció y pronto, si los planes lopezobradoristas van bien, muy pronto habrá allí un monstruo industrial tragando petróleo crudo y produciendo gasolinas baratas.

Acerca de NOVEDADES

Te puede interesar

En su día, Hospital del Niño festeja a reyes del hogar con juguetes

Autoridades y trabajadores de las distintas áreas del nosocomio, montan stands en festival para regalar …