Emilio

Columna: Prospectiva

Por: Emilio de Ygartua M.

PRIMERA PARTE

*Señales de flexibilidad de EU con Cuba y Venezuela

*Escala en Cuba que pone nerviosos a los contras

*Médicos cubanos en México

En el marco de su gira por Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue muy enfático en señalar que el gobierno de los Estados Unidos se ha comprometido a fortalecer la economía de esa región, pero que al momento ello se ha quedado en promesa porque el dinero no ha fluido. Fustigó que el vecino del norte está canalizando millonarios recursos hacia Ucrania, invadida por Rusia, aprovechando el viaje para señalar los errores y omisiones de la ONU y de las potencias mundiales que nada hicieron para impedir una guerra cuyos efectos para el mundo se evidencian en los altos niveles de precios que han obligado a tomar medidas urgentes a todas las naciones.

No es que le neguemos la importancia a los 30.5 mil millones de dólares que anunció el embajador Ken Salazar en un evento al que asistieron los gobernadores de la región del Sureste y el secretario de Hacienda que presentó un nuevo plan de infraestructura para impulsar la economía de esa zona del país. Esa cantidad está muy lejano de los 250 millones de dólares prometidos y mucho más de los millonarios apoyos que ha recibido Ucrania del gobierno de Joe Biden.

En tanto, Andrés Manuel ofreció a los países centroamericanos apoyos económicos y la implementación de programas como “Sembrando Vida”, para incentivar la producción en el campo, generar empleos y fortalecer los niveles de ingresos orientados a revertir la pobreza y la marginación que son la causa principal que mueve a los grupos de migrantes que salen de sus países, transitan por el nuestro, con la mira puesta en la frontera con Estados Unidos cuyo gobierno sigue solicitando a México sea muro de contención de esas movilizaciones. Empeora el escenario ya que un juez federal de Luisiana ordenó mantener vigente la medida conocida como Título 42, implementada por Donald Trump en marzo del 2020, con la excusa del Covid-19, que implica una deportación fasttrack, esto es, sin proceso jurídico.

Escala en Cuba que siempre pone nerviosos a los contras mexicanos

La última escala de la gira de López Obrador fue Cuba. Su arribo coincidió con la tragedia que sacudió a la Isla por el incendio del emblemático Hotel Saratoga que provocó la muerte de medio centenar de personas y muchos heridos. Recibido por el presidente Miguel Díaz-Canel, el mandatario mexicano refrendo el histórico aprecio hacia una nación con la que nos unen fuertes lazos que siempre preocupan a los que, como Miramón, ven únicamente hacia el Imperio en turno, y se manifiestan temerosos de que no cumplir puntualmente con el papel de vasallos, al que ellos se aferran, lastime nuestra relación y provoque el enojo del emperador en turno.

En La Habana, con la vista puesta en la Plaza de la Revolución que testimonia la lucha de un país contra la dominación externa, López Obrador refrendó su rechazo a un bloqueo económico calificado como “política medieval”. Sus palabras, sin duda, tuvieron eco en la “Casa Blanca”, que la semana pasada dispuso medidas que no resuelven el problema del inhumano e injusto bloqueo a punto de cumplir 60 años, que, aunque se insista en negarlo, es una de las razones principales de que el modelo socialista cubano no haya tenido los resultados esperados.

No obvio señalar que no podemos atribuirle a esa medida los errores y desviaciones, que también cuentan y mucho, a la hora del balance entre lo logrado y los saldos pendientes en la Isla. La crisis económica que hoy vive Cuba tiene otras muchas causas, entre ellas, la necedad de sus dirigentes de no promover una transformación económica, política y social.Desde luego, un tema ineludible es el asunto de los derechos humanos y la intolerancia evidente del gobierno con una disidencia creciente que ha sido víctima de un régimen aferrado a no escucharlos y que ahora penaliza cualquier manifestación en contra suya.

Señales de flexibilidad de Estados Unidos con Cuba y Venezuela

Las acciones tomadas por Washington flexibilizan la política hacia la Isla al revertirlas medidas adoptadas por Donald Trump quien, desde su arribo a la Casa Blanca en enero de 2017, echó para atrás todas las decisiones tomadas por la administración Obama-Biden, entre ellas, el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la autorización de entrega de visas, la ampliación de vuelos y el envío de remesas.

La decisión tomada, si bien no satisface plenamente al gobierno cubano, éste reconoce que es una decisión “en la ruta adecuada”. Más viajes desde Estados Unidos a la Isla; la autorización del envío de remesas por cantidades mayores a mil dólares por trimestre, el tope establecido por la administración Trump, son medidas que permiten pensar que la relación con la Isla puede tomar un nuevo cauce.

Al hacer pública esta decisión, el mandatario estadounidense no perdió la oportunidad de enviar un mensaje, desde el “Atalaya de la democracia en América”, cuyo sacerdocio se han asignado desde hace siglo y medio. “Cuba enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes y nuestra política continuará enfocándose en empoderar al pueblo cubano para ayudarlo a crear un futuro libre de represión y sufrimiento económico.” Un mensaje que evidencia los irremediables propósitos intervencionistas de una nación que mira con lupa la paja en el ojo ajeno, pero nunca la viga en el suyo, de lo que trataremos más adelante.

Aparejada a esta flexibilidad con Cuba, llegó un cambio de tratamiento con el gobierno de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. El fin del boicot a la compra del petróleo producido por esa nación es una buena señal, sí, pero no nos perdamos en la bruma, obedece a la crisis energética provocada por las sanciones a Rusia y, de paso, tiene como objetivo fortalecer a la diezmada y pérdida oposición venezolana. Se dice que no se les comprará petróleo, pero más pronto cae un hablador que un cojo.

Médicos cubanos en México

Volviendo a la visita de López Obrador a Cuba, cabe mencionar que, del diálogo abierto y cordial con el mandatario cubano, surgieron iniciativas para fortalecer nuestra relación en campos como la educación y la salud, en los que la isla caribeña ha logrado avances significativos reconocidos a nivel mundial. En ese contexto, se acordó la contratación de 500 especialistas cubanos, decisión que ha generado fuertes reacciones que descalifican la decisión de nuestro mandatario aduciendo que en México se forman médicos generales y especialistas suficientes para atender las necesidades de sector y que esos recursos deberían ser canalizados al fortalecimiento de la formación de especialistas.

En su más puro estilo, Andrés Manuel López Obrador salió al paso de estas objeciones empuñando su espada contra su alma mater (la mía también), señalando que los egresados de esa casa de estudios “se han vuelto muy neoliberales”, porque no quieren ir a las comunidades. Una crítica dura que no es del todo justa, pero que no carece de verdad. ¿En qué sentido? Es cierto que se batalla mucho con los recién egresados de la carrera de Medicina y con los especialistas, renuentes en muchas ocasiones a ir a trabajar a las comunidades y, sobre todo, orientarse a la medicina comunitaria. Es urgente modificar el modelo de atención poniendo el foco no en la cura, como sucede ahora, sino en la prevención de las enfermedades.

Es verdad que se incrementó el número de espacios para los aspirantes a cursar una especialidad, sí, pero los reportes que se tienen es que hay una sobre saturación en los centros hospitalarios lo que genera el riesgo de que la formación de estos especialistas no se dé con los niveles de excelencia que se requieren.

El rector de la UNAM, Enrique Graue, evitando caer en una confrontación, pidió que se haga un esfuerzo para rediseñar las estrategias de distribución de las plazas atendiendo las zonas más depauperadas que requieren de la presencia de esos especialistas. Al tiempo expresó que el señalamiento del presidente no demerita el trabajo del personal técnico médico durante la pandemia. “Él tiene todo el derecho, yo lo veo como egresado, es su capacidad de expresión, hubo cierta desinformación en relación con el papel de los estudiantes durante la pandemia, que se aclaró ya pertinentemente”.

¿Necesitamos reforzar aún más al sector salud? Sin duda. En Sonora, el viernes pasado, al defender su estrategia de que 500 médicos especialistas de Cuba lleguen a México, Andrés Manuel López Obrador, ante la polémica que han desatado “los sectores conservadores”, aseguró que “primero se contratará a personal médico que no tenga base y, “más adelante se contratará a los médicos de la Isla”. Enfatizó que se sabe “que nos harán falta sobre todo en el medio rural”. Indicó que los médicos pueden ser de México, de Cuba, de Francia o de Estados Unidos, “pero los médicos son para curar a la gente”.

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