Es La Venta, orgullo arqueológico de los tabasqueños: Rebeca González

Apenas inicia su conferencia, la antropóloga del INAH, Rebeca González Lauck, logra la atención del público al recalcar que la antigüedad y la arquitectura urbana de la zona arqueológica olmeca La Venta, son motivos para que los tabasqueños se enorgullezcan, a como ella en su misión de dirigir el salvamento de ese sitio olmeca desde hace tres décadas.

“Quiero empezar esta sección, diciéndoles de que en Tabaco, cuentan dentro de su territorio con el ejemplar más extenso y de urbanismo en el México antiguo en el primer milenio A.C. Es el ejemplo más claro y extenso, que no hay duda sobre el urbanismo en México… ¿Están orgullosos? Porque, yo sí siento que es realmente una maravilla, que se cuente con esto, aquí en Tabasco”, expresó.

Al disertar el tema Los olmecas de La Venta, mitos y realidades, en el marco del Festival Ceiba, sostuvo que este sitio arqueológico no fue sólo un centro ceremonial, a como en principio se le definió, sino una ciudad bien diseñada arquitectónicamente y organizada socialmente, antes de Teotihuacán, que fue posterior, entre 600 y 800 años.

La experta, quien se formó con postgrados de maestría y doctorado en la Universidad de California en Berkeley y que ha trabajado en proyectos arqueológicos en varias partes de México, Guatemala, Costa Rica, Bolivia y Estados Unidos, destacó que la pirámide que está al centro del sitio arqueológico, hecha de arcilla y arena, es considerada la más antigua dentro de las culturas mesoamericanas.

“Este basamento piramidal mide 30 metros de altura. Es la pirámide más antigua y fecha más o menos hacia 400 años antes de Cristo, la última etapa constructiva”, refirió.

Expuso que los vestigios arqueológicos encontrados en la superficie de La Venta son del periodo de 600 a 400 antes de Cristo, pero los olmecas a como otras culturas mesoamericanas, realizaron en esta edificación una construcción sobre otra, por lo que – remarcó- debe haber vestigios de otros periodos con mayor antigüedad.

Rebeca González Lauck sostuvo que, contrariamente a lo que por muchos años se planteó -sobre que se trataba sólo de un centro ceremonial-, las localizaciones de las últimas décadas arrojan evidencias de que, en realidad, La Venta fue una ciudad bien planeada en términos de urbanismo.

“Cuando por fin se hizo este mapa, ya completo en el 84, era imposible seguir pensando que La Venta era exclusivamente un centro ceremonial, sino que era una ciudad y tenía que haber otras cosas alrededor y es cuando compañeros investigadores me apoyaron y empezaron hacer prospecciones alrededor de La Venta y de empezaron a encontrar asentamientos al lado de estos ríos”, recordó la antropóloga.

Se trataba, expuso la responsable del Proyecto Arqueológico La Venta desde 1985,
de asentamientos rurales que abastecían a la ciudad de productos agrícolas o de pesca, aunque todavía se desconoce el origen de su población.

“Estamos en pañales, todavía falta muchísimo para investigar; no sabemos si como en Tehotihuacán, había barrios de personas oaxaqueñas o de diferentes etnias o barrios donde ciertos artesanos los ocupaban. A ése nivel no hemos llegado en La Venta. Estamos como 50 años atrás del resto de la arqueología de Mesoamerica”, reconoció.

En la conferencia, además de ponderar las virtudes arquitectónicas de La Venta, González Lauck desmitificó algunas de otras connotaciones con las que se ha caracterizado a la cultura Olmeca, como la interpretación de que en las esculturas, pequeñas y monumentales predomina la imagen grabada del jaguar, cuando en realidad hay otras figuras zoomorfas.

“Si ellos (los olmecas) querían representar un jaguar, lo hubiesen podido hacer; esto es lo que ahora consideramos más como figuras compuestas, que tiene una combinación de características humanas, de características de animales, que no necesariamente tienen que ser jaguares, pueden ser cocodrilos, pueden ser serpientes”, refirió.

En esos términos, también desestimó la identidad de jaguar que se dio a las ofrendas masivas de los olmecas, conformadas por un mosaico de cientos de piedras conocidas como serpentina y jade, de las cuales una se encuentra en el Parque Museo de La Venta, ubicado en Villahermosa.

Para cerrar su conferencia, González Lauck resumió en pocas palabras la relevancia de La Venta y llamó a visitar esta zona arqueológica.

“Sí les quiero decir que La Venta existe que no se ha ido a ningún lado y está en HuImanguillo, que La Venta fue una gran ciudad Olmeca en el primer milenio de nuestra era, con un trazo arquitectónico planificado y arquitectura monumental acompañada por área habitacional urbanas y rurales y que el tema principal del arte es el hombre y la representación de felinos, es una minoría”, concluyó.

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